Lisboa rindi¨® un caluroso homenaje extraoficial a los capitanes revolucionarios de abril
Al grito mil veces repetido de ?MFA, MFA!", Lisboa tribut¨® ayer una formidable ovaci¨®n a los capitanes de abril. Claveles rojos, banderas portuguesas, petardos, daban al desfile, organizado por una comisi¨®n no oficial, el car¨¢cter de fiesta popular del que carecieron totalmente las conmemoraciones gubernamentales. Aunque sea siempre arriesgado aventurar cifras de asistentes, puede decirse que decenas de miles de personas participaron ayer en la mayor manifestaci¨®n callejera de los ¨²ltimos a?os en Lisboa.
A la cabeza de la manifestaci¨®n, una nutrida delegaci¨®n de la Asociaci¨®n 25 de Abril, con algunos de los m¨¢s conocidos miembros del Consejo de la Revoluci¨®n, pero tambi¨¦n personalidades civiles, desde la primera ministra, Mar¨ªa Lourdes Pintasilgo, hasta un miembro de la actual direcci¨®n del Partido Socialista (Armando Bacetar), presidentes (socialistas) del Parlamento, ministros y diputados.Enrique de Barros, que fue el presidente socialista de la Asamblea constituyente, primer orador del mitin final, en la plaza del Roc¨ªo, totalmente llena de gente, record¨® que la manifestaci¨®n "no estaba dirigida contra nadie, o tan s¨®lo contra los enemigos de la democracia", y que los ausentes lo eran "porque as¨ª lo hab¨ªan decidido", ya que el acto era "abierto a todos los dem¨®cratas", afirmaci¨®n que fue saludada por gritos de "unidad, unidad", que no se escuchaban en Lisboa desde hace tiempo. Si los propios organizadores se quedaron sorprendidos por el ¨¦xito de la manifestaci¨®n, ¨¦ste qued¨® todav¨ªa m¨¢s realzado por comparaci¨®n con el formalismo y la escasa participaci¨®n popular de las conmemoraciones oficiales.
Por la ma?ana, el desfile militar de la avenida de la Libertad, con la asistencia del presidente, general Antonio Ramalho Eanes, y el mariscal Antonio de Sp¨ªnola, presidente de honor de la comisi¨®n, rodeados de los miembros del Gobierno y del cuerpo diplom¨¢tico, se desarroll¨® en medio de la mayor frialdad.
Unos pocos aplausos para Antonio de Sp¨ªnola y, sobre todo, para el presidente Ramalho Eanes, unos silbidos y gritos hostiles contra Mario Soares y su viceprimer ministro y ministro de Defensa, el socialdem¨®crata Mota Pinto, fueron las ¨²nicas manifestaciones que quebraron un poco el clima de pesada indiferencia que rode¨® tambi¨¦n por la tarde el recital de bandas militares (entre las cuales se hallaba la de la VI Flota norteamericana), transmitido en directo por la televisi¨®n estatal, que ignor¨® completamente la manifestaci¨®n que se desarrollaba, a la misma hora, en el centro de Lisboa.
El p¨²blico asistente a este segundo acto parec¨ªa empe?ado en transformarlo en una manifestaci¨®n de oposici¨®n al actual Gobierno, a pesar de los esfuerzos de los organizadores por situarse en el plano de un " a los h¨¦roes de abril".
El mensaje del general Lemos Fereira, jefe del Estado Mayor General, que fue le¨ªdo en todas las ceremonias militares que se realizaron en cada una de las regiones militares, evit¨® cuidadosamente los temas pol¨¦micos. Despu¨¦s de una referencia a las grandes glorias militares portuguesas que parcialmente recuerda la fiesta del D¨ªa de la Libertad (Alfonso Enriques, el santo condestable, Alfonso de Albuquerque), Lemos Fereira dijo que, dentro de la normalidad democr¨¢tica ya completamente realizada, los intereses nacionales esenciales deben prevalecer sobre las ideolog¨ªas y los intereses de grupos.
"Las fuerzas armadas est¨¢n unidas, como debe ser; sirven a los superiores intereses de la naci¨®n y obedecen a los ¨®rganos de poder competente", realz¨® el general Lemos Fereira. Los discursos del presidente Eanes en el Parlamento y del mariscal Antonio de Sp¨ªnola en el acto solemne de clausura de las conmemoraciones oficiales fueron los ¨²nicos que suscitan un poco de curiosidad y expectaci¨®n.
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