El presidente Ronald Reagan alcanza en Pek¨ªn un acuerdo de cooperaci¨®n para el uso pac¨ªfico de la energ¨ªa nuclear

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, cuya visita a China comenz¨® el jueves con el anuncio de un acuerdo de cooperaci¨®n nuclear con fines pac¨ªficos entre Washington y Pek¨ªn, inici¨® ayer sus contactos con los dirigentes chinos con una entrevista mantenida con el primer ministro, Zhao Ziyang, quien le transmiti¨® la voluntad de su Gobierno de mantener relaciones equilibradas con las dos superpotencias. Por su parte, el jefe del partido comunista chino, Hu Yaobang, ha aceptado la invitaci¨®n formulada por Reagan para que visite Estados Unidos en fecha a¨²n no determinada.

Poco antes de iniciar su primera conversaci¨®n, de 1 hora y 40 minutos, con el presidente norteamericano, Zhao se manifest¨® "muy satisfecho" por el acuerdo de cooperaci¨®n para el uso pac¨ªfico de la energ¨ªa nuclear alcanzado con Estados Unidos. El acuerdo, que ser¨¢ firmado el pr¨®ximo lunes, ha sido extensamente buscado por China desde 1981 y considerado como el principal logro de la visita de Reagan, informan las agencias Efe, Reuter y France Presse. El tratado crear¨¢ un marco legal para que las empresas norteamericanas puedan vender reactores nucleares, componentes, materiales y tecnolog¨ªa a China a fin de resolver la escasez energ¨¦tica que tan seriamente frena su proyectos modernizadores.Las ventas norteamericanas emanadas del acuerdo nuclear pueden superar los 20.000 millones de d¨®lares (3 billones de pesetas) en los pr¨®ximos 20 a?os.

Concesiones de ¨²ltima hora por parte china permitieron que el anuncio del acuerdo -que no entrar¨¢ en vigor hasta que lo aprueben los respectivos gobiernos y parlamentos- coincidiera con la estancia de Reagan en Pek¨ªn. Las negociaciones permanecieron en punto muerto hasta que China se comprometi¨® a no enriquecer o reprocesar el combustible procedente de los reactores que fabrique Estados Unidos o almacenar residuos que puedan ser utilizados en armamentos nucleares sin el consentimiento previo de Washington.

China no es signataria del Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear, pero la Administraci¨®n Reagan se dio por satisfecha con la declaraci¨®n efectuada en enero, durante su visita a Washington, por Zao Ziyang en el sentido de que "no practicaremos la proliferaci¨®n nuclear, ni ayudaremos a otros pa¨ªses a desarrollar sus armas at¨®micas".

La primera entrevista entre Zhao y Reagan, mantenida en la Asamblea del Pueblo, fue dedicada a analizar los grandes problemas de la situaci¨®n internacional, entre ellos, de forma destacada, la pol¨ªtica sovi¨¦tica en el continente asi¨¢tico. Ambos volvieron a reunirse por la tarde para estudiar, una agenda exclusivamente dedicada a temas bilaterales.

Zhao explic¨® a Reagan en el curso del primer encuentro, seg¨²n un portavoz oficial chino, que el enfrentamiento chino-sovi¨¦tico "no beneficia a ninguno de los dos pueblos, ni a la seguridad y la estabilidad del mundo".

El primer ministro chino record¨® al presidente norteamericano que su Gobierno es partidario de "la normalizaci¨®n de las relaciones chino-sovi¨¦ticas sobre la base de los principios de la coexistencia pac¨ªfica". Zhao ha pedido a Estados Unidos que cese el despliegue de misiles nucleares de alcance medio en Europa occ¨ªdental y que reanude las negociaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica para la reducci¨®n de misiles "lo antes posible".

Centroam¨¦rica y OLP

En relaci¨®n con la situaci¨®n en Centroam¨¦rica, el jefe del Gobierno chino manifest¨® que su pa¨ªs se opone "a la injerencia de toda potencia en los asuntes de esa regi¨®n". Zhao pidi¨® tambi¨¦n a Reagan el inicio de negociaciones con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP).

Reagan, por su parte, defendi¨® la necesidad de un reforzamiento de las relaciones entre Pek¨ªn y Washington para contrarrestar "el expansionismo sovi¨¦i¨¢co". El presidente norteamericano atac¨® duramente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y declar¨® que "la paz del mundo est¨¢ amenazada por una gran potencia que concentra sus recursos y su energ¨ªa no en el progreso econ¨®mico, sino en el poder¨ªo militar". "Una China fuerte", a?adi¨®, "veladora de la paz, es, lo mejor para la estabilidad internacional y lo mejor para Estados Unidos".