Vitalidad y entereza de Alberti en el homenaje multitudinario que le tribut¨® la poblaci¨®n de C¨¢diz
Con un pasacalles sobre un coche de caballos por el casco antiguo de C¨¢diz, un paseo en el vapor del puerto y el festival de cantantes y cantaores finalizaba ayer en C¨¢diz el homenaje multitudinario que durante tres d¨ªas seguidos ha ocupado la vida de Rafael Alberti. El premio Cervantes ha recibido multitud de muestras de cari?o, y ha correspondido a todas ellas con tal vitalidad y entereza que ha llegado a sorprender a los propios participantes en el homenaje.
Rafael Alberti ha repartido la semilla de la paz y del amor por todos los rincones de su C¨¢diz, su bah¨ªa y su provincia. El calor del homenaje que le ha tributado su pueblo ha tenido momentos verdaderamente emocionantes, y nada, ni siquiera algunos momentos de mal tiempo, ha restado un ¨¢pice de brillantez a los cientos de muestras de cari?o de que ha sido objeto.Incluso el acto m¨¢s oficial, el comienzo del homenaje, estuvo cargado de la emoci¨®n que la palabra del poeta pone a su discurso. Alberti recibi¨® el tercer n¨²mero de la colecci¨®n Maestros de la Poes¨ªa Contempor¨¢nea, que edita la librer¨ªa Papiro, y que incluye un in¨¦dito titulado No era flor. Los poetas" gaditanos le homenajearon con sus escritos y con la m¨²sica de una guitarra flamenca. El aula magna de la facultad de Medicina estaba abarrotada en la mesa redonda en la que participaron especialistas en su obra y su persona.
"Que no haya m¨¢s guerras"
Y los ni?os. Los m¨¢s peque?os, que han aclamado como nadie al marinero en tierra. El instituto que lleva su nombre descubri¨® un busto al que Rafael Alberti coloc¨® su gorra de marinero "para ver si realmente se parece a m¨ª". Miles de ni?os le rodearon en Rota, la oriental Spain norteamericana, cuando el ayuntamiento de esa localidad le hizo hijo adoptivo. Inaugur¨® la Feria del Libro de Jerez, dedicada a la generaci¨®n del 27, y escribi¨®, en una bota de una bodega, la frase: "Que no haya m¨¢s guerras".En el sal¨®n regio de la Diputaci¨®n de C¨¢diz recibi¨® la carpeta de Andaluz universal de la Junta de Andaluc¨ªa. Su presidente, Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla, se refiri¨® a su voz como de "brumete alegre, vozarr¨®n de vig¨ªa, grito de timonel empecinado en medio de la noche", y los ojos del poeta, de plateada melena de le¨®n, brillaron y se enrojecieron. Tuvieron que contener las l¨¢grimas los que lucharon al calor de sus poemas, ahora presidentes y consejeros, cuando N¨²ria Espert y Rafael salieron al proscenio del teatro Falla a recitar conjuntamente. La actriz de rostro blanco y ojos de esmeralda se ce?¨ªa el vientre para cantar La paloma. Sali¨® a cantar convaleciente de una reciente operaci¨®n.
Ni una sola equivocaci¨®n en el recitado de los trabalenguas. Alberti ley¨® sus propios poemas con la seguridad del licenciado, y ninguno se cre¨ªa que tuviese 82 a?os. Recit¨® tambi¨¦n a Machado, Hern¨¢ndez y Federico, "los 'tres poetas del sacrificio espa?ol", y lanz¨® un desgarrado canto antib¨¦lico -"La tierra ya no existe, general. ?Qu¨¦ desea el general?"-, para terminar deseando "una vida de armon¨ªa sobre una Espa?a dichosa".
A¨²n quedaba la tercera jornada, y Alberti estaba tan vertical y frondoso como el drago que sirvi¨® de decorado al homenaje que le hicieron los ni?os de C¨¢diz. Les contaba a los peque?uelos sus aventuras en el colegio de carmelitas, y aqu¨¦llos se re¨ªan. Una enorme pancarta con su firma, colgada de 800 globos blanquiverdes, se perdi¨® lentamente en los aires de la bah¨ªa gaditana como recuerdo perpetuo de tres jornadas de abril. Una ruidosa caravana recorri¨® las callejuelas del casco antiguo para desembocar en el ayuntamiento. En el recorrido le aclamaron los soldados y le ofrecieron rosas rojas. El sal¨®n de plenos ha sido recientemente adecentado y fue reabierto para esta ocasi¨®n, para que el poeta recibiese el t¨ªtulo de hijo adoptivo sin la presencia -excepto uno- de los concejales populares, que le hab¨ªan negado el voto tan s¨®lo hace seis d¨ªas.
No se le borrar¨¢n estos d¨ªas de la mente. "No creo que nadie, ni torero ni incluso rey, haya recibido una manifestaci¨®n tan popular como la vuestra; no tengo palabras que deciros", dijo como innecesario agradecimiento.
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