El dinero que Espa?a recibir¨¢ de Europa
El balance fmanciero con la CEE arrojar¨¢ un saldo neto cercano a los 50.000 millones de pesetas anuales
La adhesi¨®n de Espa?a a la CEE tendr¨¢ innumerables consecuencias econ¨®micas. A pocos meses del pr¨®ximo oto?o, en que finalmente debiera caer la flor del acuerdo, los negociadores de una y otra parte afilan sus l¨¢pices, con la grave seriedad casi religiosa del contable que perfila el escandallo. Quedan a¨²n algunos cap¨ªtulos por culminar en los que la discusi¨®n provocar¨¢ roces, fundamentalmente el agr¨ªcola. Pero un buen n¨²mero de temas est¨¢ ya visto para sentencia y sobre los pendientes se han realizado miles de estudios.Uno de los aspectos que menor atenci¨®n p¨²blica ha concitado es el de los flujos financieros entre la Hacienda espa?ola y la comunitaria. Quiz¨¢ porque su broche final suele quedar para la noche final de la negociaci¨®n. Quiz¨¢ porque, a tenor de los c¨¢lculos realizados, no parece que pueda entra?ar mayores disgustos a los interlocutores de una y otro lado. Quiz¨¢ porque las finanzas de Bruselas, paralizadas por el estira y no afloja de la dama de hierro, Margaret Thatcher -que enarbola con ardor el pend¨®n de que la contribuci¨®n brit¨¢nica a las arcas comunes es excesiva en relacion con lo que de ellas recibe-, tienen ahora mismo otras ur gencias.
Y sin embargo, los flujos financieros Europa-Espa?a tendr¨¢n una cierta importancia cuantitativa, sobre todo en un futuro a medio plazo, que exigir¨¢ ineludiblemente un sustancial aumento de los recursos propios de la Comunidad. Hoy d¨ªa estos recursos son, comparativamente con otras magnitudes, relativamente peque?os. El escaso volumen del presupuesto, cifrado para 1984 en 3,24 billones de pesetas -que representan en torno a un 0,8% del PIB de los diez, y poco m¨¢s del 2,5% de los presupuestos de todos los Estados miembros, como ha recordado en las jornadas de Calella, organizadas por el Patronato Catal¨¢n Pro-Europa y la Universad Aut¨®noma de Barcelona, el vicesecretario general t¨¦cnico de Hacienda, Francisco de la Riva- dice mucho de la cicater¨ªa y de la escasa vocaci¨®n supranacional de los actuales dirigentes de los pa¨ªses del club comunitario. Dice tanto, al menos, como el hecho de que se est¨¦n empleando tantos esfuerzos por un qu¨ªtame all¨¢ 350.000 millones de pesetas, que es el d¨¦ficit previsto para este a?o.
En cualquier caso, los flujos financieros Espa?a-CEE tendr¨¢n una importancia cuantitativa: el Estado espa?ol aportar¨¢ unos 230.000 millones de pesetas a Bruselas, y las intervenciones financieras de la CEE en Espa?a costar¨¢n a la Comunidad en torno a los 275.000 millones de pesetas. Tendr¨¢n, tambi¨¦n, una importancia cualitativa, al menos porque el saldo neto, seg¨²n todas los estudios realizados, ser¨¢ en principio favorable a Espa?a, en una cantidad pr¨®xima a los 45.000 (275.000-230.000) o 50.000 millones de pesetas. El cap¨ªtulo financiero, eso no ofrece dudas, arrojar¨¢ un saldo positivo para el pa¨ªs adherente. Esta previsi¨®n es otra de las causas, junto al disparo de los gastos, el problema de la contribuci¨®n brit¨¢nica o la urgencia de desarrollar nuevas pol¨ªticas tecnol¨®gicas, que hacen necesaria una reforma/aumento valiente de los niveles presupuestarios de la Comunidad, y cuya irresoluci¨®n en las ¨²ltimas cumbres de Atenas y Bruselas mantiene a la misma en una situaci¨®n de asfixia financiera y sopor de iniciativas.
Las cifras mencionadas hay que tomarlas con cautela. Proceden de un estudio realizado hace un a?o largo por la Secretar¨ªa General T¨¦cnica del Ministerio de Haciena espa?ol sobre datos de 1980 y con car¨¢cter est¨¢tico, es decir, si la integraci¨®n se hubiera realizado en ese momento y sin considerar las consecuencias din¨¢micas de la misma y las variaciones en la marcha de la propia CEE. Evidentemente la adhesi¨®n provocar¨¢ modificaciones en la estructura econ¨®mica y en las corrientes comerciales de ambas ¨¢reas. Adem¨¢s, la actual crisis financiera comunitaria debe alumbrar nuevas pol¨ªticas y modificar las anteriores.
El quinto contribuyente
?Qu¨¦ repercusiones tendr¨¢n estos hechos sobre el presupuesto y sobre los flujos hispano-comunitarios? Las arcas de Bruselas se nutren fundamentalmente de tres fuentes: pr¨¦l¨¨vements o exacciones agr¨ªcolas sobre las importaciones extracomunitarias (que aportan en 1984 un 13% del presupuesto total), derechos aduaneros sobre la base de la tarifa exterior com¨²n (un 30%) y porcentaje del Impuesto sobre el Valor A?adido, IVA, (un 57%). Y con ello se alimenta una pol¨ªtica agr¨ªcola proteccionista de garant¨ªa para los mercados agr¨ªcolas (la parte del le¨®n de los gastos, un 65%), fondos como el social o el regional (un 15%), investigaci¨®n energ¨¦tica (7%), funcionamiento administrativo (5%), contribuciones al Tercer Mundo y reembolso a los Estados miembros (un 4% de los gastos, respectivamente).
Pues bien, las pol¨ªticas comunitarias reci¨¦n iniciadas de contenci¨®n de gastos agr¨ªcolas y de fomento de nuevas tecnolog¨ªas pueden afectar tanto al cap¨ªtulo de ingresos -aumentando determinadas importaciones y por tanto este cap¨ªtulo de ingresos- o disminuyendo otras, dedicando m¨¢s recursos a los fondos estructurales, etc¨¦tera. La ampliaci¨®n modificar¨¢ -est¨¢ modificando ya- la estructura econ¨®mica peninsular, las corrientes comerciales con los diez y con terceros pa¨ªses, de forma a¨²n incuantificable, lo que har¨¢ variar la aportaci¨®n en concepto de derechos sobre aduanas y en funci¨®n del IVA. Son muchas variables.
Pese a todas estas inc¨®gnitas, todos los otros estudios realizados por Bruselas o por Madrid coinciden en l¨ªneas generales con el mencionado: el saldo neto anual ser¨¢ favorable a Espa?a en unos 300 o 400 millones de ecus, entre 38.400 y 51.200 millones de pesetas. Adem¨¢s, est¨¢n las posibilidades de financiaci¨®n, v¨ªa pr¨¦stamo, que ofrece el Banco Europeo de Inversiones para las regiones menos desarrolladas y que podr¨ªan ascender a unos 100.000 millones de pesetas anuales para Espa?a.
Aparte del signo del balance neto est¨¢ la cuesti¨®n de la contribuci¨®n bruta a Bruselas de los diferentes pa¨ªses. Seg¨²n los ¨²ltimos c¨¢lculos de la Comisi¨®n, ofrecidos esta semana en Calella por el director general del Presupuesto, Daniel Strasser, Espa?a podr¨ªa situarse como quinto contribuyente al presupuesto, -al aportar el 7,8% del total de una CEE a doce, sobre datos de 1983- tras la Rep¨²blica Federal de Alemania, Gran Breta?a, Francia e Italia, como se aprecia en,el cuadro adjunto
Equilibrio de la aportaci¨®n
Dicha aportaci¨®n ser¨¢ proporcional a la riqueza del pa¨ªs, a diferencia de lo que sucede con Gran Breta?a (aportaci¨®n del 22,3% para un PIB del 19,4%) o B¨¦lgica (contribuci¨®n del 5,4% para un PIB del 1,5%).
Los porcentajes son similares a los que barajan los expertos espa?oles. La partida m¨¢s importante ser¨¢ la del IVA, casi la mitad de la contribuci¨®n espa?ola total, y que supondr¨¢ traspasar a Bruselas en torno al 10% de lo que se recaude por este concepto (algo m¨¢s de 100.000 millones de pesetas sobre una recaudaci¨®n previsible de un bill¨®n). La segunda corresponder¨¢ a las exacciones agr¨ªcolas -dado el gran volumen de importaciones espa?olas, sobre todo en ma¨ªz y sorgo- y en tercer lugar quedar¨¢n los derechos de aduanas (a diferencia del segundo puesto que esta partida tiene en el conjunto de los diez), dado el escaso peso de Espa?a en las transacciones comerciales internacionales.
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