D¨ªa de reflexi¨®n
( ... ) Se han cerrado 15 d¨ªas de campa?a electoral en la que han hablado todos. Y como ocurre siempre, se han dicho cosas razonables por algunos, otras menos razonables por otros y algunas desorbitadas. No es hoy momento oportuno, por supuesto -se impone la reflexi¨®n-, de hacer la cr¨ªtica de estos o aquellos prop¨®sitos. Pero s¨ª se hace preciso -lo impone la propia reflexi¨®n- meditar en la intimidad del pensamiento sobre las propuestas recibidas, las invitaciones captadas y los razonamientos expuestos.La jornada reflexiva de 24 horas previa a las consultas electorales es una de las m¨¢s positivas novedades introducidas al restaurarse la democracia plena en 1977. Eri el r¨¦gimen electoral anterior a 1936, los votantes pasaban sin transici¨®n de las soflamas propagand¨ªsticas a introducir su papeleta en las urnas. ( ... )
Lo visto y o¨ªdo -y esto no quiere ser cr¨ªtica, sino an¨¢lisis- puede dividirse a posteriori en tres grandes bloques: primero, propuestas razonadas sobre un programa determinado de gobierno, con datos y detalles de pe a pa; segundo, descalificaciones del adversario y afirmaci¨®n de las posturas propias, pero todo ello sin un s¨®lido asentamiento racional y en general limitado a un verbalismo de superficie: tercero, insultos. Este ¨²ltimo bloque no precisa comentario, ya que qued¨® descalificado por s¨ª mismo.
Puestas as¨ª las cosas, el elector de ma?ana tiene todo el d¨ªa de hoy para reflexionar. Si tal desea, claro est¨¢. Porque aunque la legislaci¨®n electoral ofrece tal posibilidad, un buen contingente de votantes tiene ya tomada su decisi¨®n, y a ella obedecer¨¢ sin pararse a meditar. Est¨¢ en su derecho, ciertamente, y su postura es tan loable como la del que eventualmente pese y sopese -que son los que en las encuestas preelectorales se califican como indecisos- antes de dirigirse al colegio electoral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.