En Francia se calcula que existen 50.000 casos de uniones incestuosas
El incesto es, en Francia, una realidad cotidiana, pero el tab¨² ancestral persiste, a pesar de que la televisi¨®n y la Prensa, no sin precauciones, se ocupan abiertamente de este tema. Se calcula que existen actualmente en el pa¨ªs unos 50.000 casos de pr¨¢ctica o uni¨®n incestuosa m¨¢s o menos estable y en todas las categor¨ªas sociales. Las relaciones padre-hija son las m¨¢s abundantes. La semana pasada, un padre fue condenado a 8 a?os de c¨¢rcel por haber violado a dos hijas suyas menores de edad. Una de ¨¦stas tendr¨¢ que cumplir, a su vez, una pena de 3 a?os de prisi¨®n, porque mat¨® al hijo que hab¨ªa tenido de su padre.
La semana pasada el juez de Chalon Sur Saone, en el centro de Francia, se enfrent¨® con Joanny Pain y con su hija, Sylvie Pain. El padre hab¨ªa amado incestuosamente a sus dos hijas, Sylvie y Natalie, que hoy cuentan con 21 y 15 a?os, respectivamente, pero que ya fueron violadas cuando las dos eran menores de edad. La ley francesa no condena el incesto, sino la violaci¨®n de un menor de edad o "el abuso de autoridad". La palabra incesto no figura en el C¨®digo Penal. El mi¨¦rcoles de la semana pasada, el juez de Chalon, en 48 horas, se pronunci¨® sobre ese ¨²ltimo caso de incesto conocido p¨²blicamente.Es posible que, como en la mayor¨ªa de las situaciones similares, todo hubiese quedado escondido en el rinc¨®n de las vivencias "inconfesables". Pero SyIvie qued¨® encinta y alumbr¨® a Ludovic,que ten¨ªa cuatro meses. En este momento, la muchacha ya viv¨ªa con un amigo, el portugu¨¦s Jos¨¦ Rodr¨ªguez, pero Ludovic pertenec¨ªa a su padre. La hija no pudo resistir la obsesi¨®n y acab¨® estrangulando al ni?o para despu¨¦s arrojarlo a un pozo. La polic¨ªa descubri¨® la trama tr¨¢gica y ahora, despu¨¦s de varios a?os, los incestuosos ser¨¢n juzgados.
El pasado mes de marzo, la televisi¨®n provoc¨® una fuerte pol¨¦mica con una emisi¨®n sobre el incesto en Francia (hace dos a?os fue prohibido un reportaje sobre la misma cuesti¨®n). La Prensa de gran tirada tambi¨¦n se ha interesado ¨²ltimamente por el mismo tema. Pero esto no quiere decir que el tab¨² del incesto haya franqueado alguna de las barreras aparentemente insuperables que lo separan a¨²n de la sociedad francesa, que es permisiva en otros aspectos delicados. El incesto sigue consider¨¢ndose aqu¨ª como una prohibici¨®n distinta de las dem¨¢s.
El conocido antrop¨®logo Claude Levy Strauss dice que "la prohibici¨®n del incesto representa la frontera entre la naturaleza y la cultura". Ya en 1939, el antrop¨®logo americano Alfred Kroeber dec¨ªa que, de cada 10 colegas suyos, 9 afirmar¨ªan que "la instituci¨®n com¨²n a todas las sociedades es la prohibici¨®n del incesto".
Paso a paso se avanza en este pa¨ªs hacia una especie de despenalizaci¨®n, pero la creencia m¨¢s cimentada en el subconsciente oficial estima que terminar con el tab¨² del incesto equivaldr¨ªa a dinamitar los fundamentos de la civilizaci¨®n vigente. Cuando, hace pocas semanas, el primer canal de la televisi¨®n ofreci¨® el programa citado, su presidente, Herv¨¦ Bourges, decidi¨® retrasar dos horas su emisi¨®n porque, consider¨® excesivamente arriesgado programarlo a las 20.30 horas, que es el momento de m¨¢s audiencia de la peque?a pantalla en este pa¨ªs.
En Francia se denuncian unos 300 casos de incesto al a?o. Pero esta cifra dice poco de la realidad cotidiana de los amores consangu¨ªneos en primer grado. La polic¨ªa, los jueces, los curas, los abogados, estiman que, cada a?o, en Francia, hay que contar entre 3.000 y 15.000 casos de incestos nuevos. Pero el pecado se esconde muy bien. En los pueblos, llega a conocerse relativamente la relaci¨®n incestuosa, pero no en las ciudades.
Por otra parte, son una minor¨ªa los protagonistas que, en caso de incesto contrario a sus deseos, lo denuncian. Y en ello influyen tambi¨¦n las autoridades competentes, como la polic¨ªa o los jueces: todos ellos declaran que, antes de llevar a los tribunales un caso de incesto, lo piensan muy bien, "porque se destruye la familia".
Todas las categor¨ªas sociales
En contra de lo que cuenta la literatura sobre el tema, en Francia el incesto se da en el seno de todas las categor¨ªas sociales. La afirmaci¨®n de que la miseria, el paro, el analfabetismo m¨¢s o menos relativo son el escondrijo del tab¨² indestructible no parece evidente aqu¨ª. Entre "las mejores familias" el incesto es un hecho, como lo es, muchas veces, en hogares desolados por todas las desgracias materiales o mentales. Cada d¨ªa parece m¨¢s evidente que lo que ha sido siempre en Francia un tema mitol¨®gico, antropol¨®gico, literario o, simplemente, un picante objeto de conversaci¨®n, emerge de las catacumbas del silencio para presentarse como una doble vida que mantienen miles de personas.Todas las investigaciones realizadas confirman que el incesto se vive terror¨ªficamente. El que une a hermanos es el menos culpable, el de la madre y el hijo se admite tambi¨¦n de manera muy relativa, pero no el del padre y la hija, que es el que m¨¢s abunda. En la mayor¨ªa de los casos, los padres fuerzan y atemorizan a las hijas, casi siempre menores de edad, pero cuando se trata de forzar la barrera del silencio que conlleva la prohibici¨®n maldita, las v¨ªctimas no se deciden a denunciarlo. Las hijas temen al padre y las madres, con frecuencia inaudita, son c¨®mplices silenciosas, por miedo al descr¨¦dito social y "para preservar el futuro de mis hijas", dice una de ellas.
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