Elecciones auton¨®micas en Catalu?a

La Vanguardia( ... ) El t¨ªtulo con que inici¨¢bamos la publicaci¨®n de la encuesta del d¨ªa 22 era: Jordi Pujol roza la mayor¨ªa absoluta. Pues bien, no s¨®lo la ha rozado en las elecciones de ayer, sino que ha superado ampliamente el n¨²mero de diputados que le permitir¨ªa gobernar sin alianzas ni pactos. La coalici¨®n Converg¨¨ncia i Uni¨® es due?a de sus destinos. Y dentro de los l¨ªmites de nuestro Estatuto, de los destinos de Catalu?a. La responsabilidad es grave e importante. Pero la confianza, renovada y con m¨¢s amplitud que en 1980, ha de significar que se espera a¨²n mucho de Jordi Pujol y su equipo. Es evidente que no ha habido el desgaste natural de gobierno que se acusa en estas ocasiones y que el electorado catal¨¢n ha considerado satisfactorio el balance que present¨® el presidente de la Generalitat saliente y nuevamente reelegido. Ha sido un acierto del candidato Pujol basar su campa?a electoral en las realizaciones de su Gobierno, mientras sus adversarios se entreten¨ªan en una dial¨¦ctica agresiva que llegaba a veces al ataque personal. ( ... )

Los socialistas, a los que el abrumador triunfo en las elecciones de 1982 dio una sensaci¨®n de dominio excesivo, tienen que pensar que su derrota -relativa, porque en pol¨ªtica todo es relativo- puede ser debida a la fatiga que su poder demasiado grande causa a los electores. Y CiU tiene que aprender la lecci¨®n, ahora que tambi¨¦n gozar¨¢ de este extra?o privilegio de tener aseguradas todas las victorias parlamentarias, para continuar dentro de su l¨ªnea de moderaci¨®n, di¨¢logo y pacto que tanto ha encajado con el pueblo catal¨¢n. ( ... )

30 de abril