El endeudamiento en las autonom¨ªas
Un problema de especial atenci¨®n para todos los responsables p¨²blicos, seg¨²n el autor de este trabajo, debe ser el incremento del endeudamiento p¨²blico desde las comunidades aut¨®nomas. En estos momentos de. crisis econ¨®mica, frenar una pol¨ªtica de generaci¨®n de deuda no resulta una labor f¨¢cil ni agradable, cuando en nuestro pa¨ªs hay un reto intensivo entre las comunidades aut¨®nomas y entre ¨¦stas con la propia Administraci¨®n central, para programar a corto y medio plazo distintas iniciativas que compiten entre s¨ª y con la Administraci¨®n central.
Esta beligerencia, que en un principio podr¨ªa ser un elemento constructivo intentando rentabilizar los medios financieros de que disponen las comunidades aut¨®nomas para mejorar los servicios que se transfieren, se ha convertido en una aut¨¦ntica tormenta, con pedrisco incluido.Recientemente la opini¨®n p¨²blica se ha visto sorprendida con distintas crisis en comunidades aut¨®nomas, y, aunque por distintos motivos, los planteamientos econ¨®micos y las divergencias en las pol¨ªticas econ¨®micas regionales han estado presentes. En especial se puede se?alar que se ha querido impulsar el voluntarismo econ¨®mico alentando y apoyando proyectos de fuerte riesgo, olvidando a su voz los escasos medio financieros de que disponen, que hubieran hipotecado, en el caso de nuestra comunidad aut¨®noma, todas las posibilidades de inversi¨®n por muchos a?os.
?Qu¨¦ hubiera pasado de seguir apoyando y comprometiendo en presupuestos futuros los proyectos que se han conocido?
Este interrogante que se plantea tiene dos lecturas:
1. La que se ha utilizado por los grupos m¨¢s conservadores de nuestra sociedad, que r¨¢pidamente han se?alado lo peligroso que fue introducir el esquema auton¨®mico en la Constituci¨®n de 1978.
2. La que se desprende del propio texto constitucional (art¨ªculo 156) y de los estatutos de autonom¨ªa, donde se establece que las competencias (financieras) se ejercer¨¢n con arreglo a los principios de coordinaci¨®n con la Hacienda estatal y de solidaridad entre todos los espa?oles, lo que supone poner un mayor ¨¦nfasis en la necesidad de este comportamiento m¨¢s comprometido con la crisis econ¨®mica.
Cuando un objetivo general de la pol¨ªtica econ¨®mica del Estado se centra en las medidas a tomar para la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, no se puede intentar desde las comunidades aut¨®nomas gobernar de espaldas a una realidad, sino que hay que mantener solidariamente una armon¨ªa de las distintas pol¨ªticas econ¨®micas regionales que se puedan consolidar en un proyecto conjunto que desarrolle el pa¨ªs. Pero nunca se podr¨¢ permitir que un proceso distorsione la direcci¨®n social de nuestro futuro econ¨®mico.
Agravamiento de los desequilibrios
Las pol¨ªticas econ¨®micas que han cerrado los ojos a la crisis han desembocado en un agravamiento de los desequilibrios y adem¨¢s no han aportado soluciones, agrandando los problemas sociales.
Hace ya muchos a?os que Goldscheid afirm¨® que ning¨²n documento expresa mejor la estructura de la sociedad que el presupuesto. La desigualdad, el poder econ¨®mico de los distintos grupos sociales, est¨¢ detr¨¢s de cada decisi¨®n presupuestaria. Por consiguiente, no podemos dejarnos arrastrar por una pol¨ªtica de inversiones alocada, porque el resultado ser¨ªa todo lo contrario y el d¨¦ficit p¨²blico nos perseguir¨ªa como un insolidario comportamiento social.
Evidentemente, la Constituci¨®n preve el control financiero ex-post por el Tribunal de Cuentas, pero hay que pensar que en estos momentos de crisis econ¨®mica es dif¨ªcil establecer c¨®ntroles ejecutivos ex-ante como un complemento de una pol¨ªtica financiera planificada, para evitar que las comunidades aut¨®nomas caigan en una carrera de proyectos econ¨®micos, apoyando todo tipo de inversiones, planes para fomentar el empleo, ayudas a las empresas, etc¨¦tera; acciones que pueden constituir un grave peligro de endeudamiento diab¨®lico, pues inevitablemente nos encontramos con problemas muy graves y con intenci¨®n de resolverlos, pero contando con medios tan escasos que la ¨²nica salida es la emisi¨®n de deuda.
Esta situaci¨®n puede llevar, en un plazo relativamente corto, a tener que asumir un programa de saneamiento de las comunidades aut¨®nomas por la Administraci¨®n central, porque los problemas econ¨®micos sociales, las faltas de equipamiento e infraestructura son de tal magnitud que a los pol¨ªticos regionales se les empuja directamente a cubrirlos en el menor tiempo posible.
Criterios de prudencia
Aunque las comunidades aut¨®nomas pueden ejercer legalmente la facultad de endeudamiento -la legislaci¨®n vigente lo define y lo regula-, sin embargo, ser¨ªa convemente que para todo programa de inversi¨®n que tuviera que financiarse acudiendo a deuda p¨²blica se exigiera una negociaci¨®n con el Ministerio de Econom¨ªa.
Habr¨¢ quien piense que se pierde independencia, que la autonom¨ªa financiera est¨¢ por encima de cualquier principio de cautela, pero los criterios de prudencia en la pol¨ªtica de endeudamiento deber¨ªan, en estos momentos de crisis econ¨®mica, situarse en el primer plano. Lo contrario ser¨¢ torpedear la propia pol¨ªtica de reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico que el Ministerio de Econom¨ªa quiere ejecutar como instrumento b¨¢sico para los ajustes econ¨®micos que ayuden a superar la situaci¨®n econ¨®mica actual.
Keynes acentu¨® la importancia de las ideas para gobernar el destino de las sociedades frente a los intereses econ¨®micos. Los representantes de las comunidades aut¨®nomas se encuentran atrapados en este complejo juego, que se ha calificado recientemente como "el damero maldito". Con todos jugando a ese juego, el final ser¨¢ un fuerte incremento del d¨¦ficit p¨²blico, porque cada pol¨ªtico gana adhesiones y votos cuanto m¨¢s fuerte juega a ese diab¨®lico sistema.
es consejero de Econom¨ªa y Hacienda de la Comunidad Aut¨®noma de Murcia.
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