Taur¨®filos contra taur¨®fobos
Dice Juan Cueto que "todos los a?os por estas fechas se reproduce l¨¢ pol¨¦mica que enfrenta a taur¨®filos contra taur¨®fobos", como si fuera una lucha entre buenos y malos o, entre tontos y listos. En realidad, se trata del enfrentamiento de una enorme multitud de personas normales (los taur¨®fobos) contra un grupo de personas m¨¢s o menos taradas (los taur¨®filos), en el que los primeros llevan siempre las de perder. Los taur¨®fobos (como ¨¦l lo llama) abundan como hormigas. Pero por muy sensatas que sean y por muchos millones de hormigas que se re¨²nan, nunca podr¨¢n nada ante la mole de un paquidermo, sobre todo cuando ¨¦ste posee una trompa desmesurada: la trompa o trompeta de los medios de comunicaci¨®n.Radio, Prensa y televisi¨®n en Espa?a, previamente comprados, adoran y adulan tanto al paquidermo que ¨¦ste llega a cre¨¦rselo hasta tal punto que desprecia a los que le atacan como a unos pobrecitos que no entienden nada de algo tan exquisito como es este espect¨¢culo, compendio de cultura, arte, tradici¨®n, solera... Puede usted decir todas las palabras sublimes que quiera y llenarse la boca con ellas: est¨¢ usted en su casa.
Mientras la discusi¨®n entre taur¨®fobos y taur¨®filos ("que ya forma parte de la fiesta", como dice Juan Cueto) prosigue, ah¨ª est¨¢ la televisi¨®n hisp¨¢nica, transmitiendo en directo, con todo lujo de detalles, la muerte de un animal a estocadas. Malo es que existan todav¨ªa en nuestro desgraciado y gamberro pa¨ªs miserables que no pueden divertirse sin recurrir a la crueldad. Incalificable es la bajeza de quienes se dedican a fomentar y propagar con grandes alardes esa mescolanza de sangre, esti¨¦rcol y estampitas de la Virgen. Todo el planeta sabe ya, gracias a tal publicidad, que Espa?a, la diferente, no tiene parang¨®n en lo que se refiere al cultivo de costumbres cochambrosas, que llena de dinero los bolsillos de unos cuantos y de sonrojo. al resto del pa¨ªs. / .
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