La Union Sovi¨¦tica no participar¨¢ en los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles por las interferencias pol¨ªticas de EE UU

La Uni¨®n Sovi¨¦tica no participar¨¢ en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles, que se celebrar¨¢n entre el 28 de julio y el 12 de agosto, seg¨²n un comunicado de su Comit¨¦ Ol¨ªmpico Nacional dado a conocer ayer en Mosc¨². Al igual que los Juegos de Mosc¨², boicoteados por EE UU en 1980, la cita de Los ?ngeles se convierte en v¨ªctima de la tensi¨®n pol¨ªtica entre las dos superpotencias. Mosc¨² justifica su decisi¨®n por las interferencias pol¨ªticas del Gobierno de Estados Unidos en temas que la URSS considera exclusivamente ol¨ªmpicos y que "hacen imposible" su presencia en la ciudad californiana. La Casa Blanca dijo anoche que la decisi¨®n sovi¨¦tica no puede, separarse del estado actual de las relaciones entre Washington y Mosc¨². "Hemos hecho todo lo humanamente posible para satisfacer a los sovi¨¦ticos", afirm¨® Larry Speakes, portavoz del presidente Ronald Reagan, "tanto en la organizaci¨®n de los juegos como en la mesa de negociaciones sobre el desarme".

Speakes rechaz¨® cualquier paralelismo con el boicoteo norteamericano de los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨² iras la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, "Nosotros no hemos invadido ning¨²n pa¨ªs", afirm¨® el portavoz de la presidencia. La reacci¨®n en todo el mundo y, especialmente, en Estados Unidos ha sido de sorpresa cuando parec¨ªan haberse limado las diferencias en una reuni¨®n, el pasado 24 de abril, en Lausana.Juan Antonio Samaranch, presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, fue recibido ayer por Reagan en Washington y declar¨® que a¨²n hay esperanzas. No descart¨® que en los pr¨®ximos d¨ªas se desplace a Mosc¨² para tratar el tema con las autoridades sovi¨¦ticas.

La ausencia de la URSS es considerada como la respuesta deseada por los pa¨ªses del Este al boicoteo promovido por el presidente Carter, secundado por 57 pa¨ªses, a los pasados Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨², en 1980. Hoy se utiliza como detonante una serie de inconvenientes puestos por el Gobierno de Estados Unidos a la Uni¨®n Sovi¨¦tica; fundamentalmente, las dificultades de acreditaci¨®n manifestadas por el Departamento de Estado norteamericano a los delegados sovi¨¦ticos, que culminaron con la denegaci¨®n del visado al jefe de equipo, Oleg Yermisjin, acusado de ser agente del KGB.

El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Nacional de la URSS se?al¨® en el comunicado facilitado ayer que "como es sabido, el comit¨¦ expres¨® en su declaraci¨®n del 10 de abril de este a?o su seria preocupaci¨®n por las graves violaciones por parte de los organizadores de los juegos de las reglas de la Carta Ol¨ªmpica, as¨ª como sobre la campa?a antisovi¨¦tica lanzada por c¨ªrculos reaccionarios norteamericanos, en connivencia con las autoridades, y pidi¨® al Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional que estudiara la situaci¨®n. En su reuni¨®n del d¨ªa 24, el COI vio que la posici¨®n del comit¨¦ era justa y documentada".

"Pero las autoridades de Estados Unidos, al margen de la opini¨®n del COI, contin¨²an interfiri¨¦ndose gravemente en asuntos que pertenecen exclusivamente a la competencia del Comit¨¦ Organizador", prosigue el comit¨¦ sovi¨¦tico. "Es sabido que, desde los primeros preparativos para los actuales juegos, la Administraci¨®n norteamericana ha tratado de usar los juegos para sus objetivos pol¨ªticos. Por el pa¨ªs se han expandrdo sentimientos patrioteros e histeria antisovi¨¦tica?

Seg¨²n el comunicado del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Sovi¨¦tico, aunque Washington ha prometido observar los reglamentos de la Carta Ol¨ªmpica en todos sus extremos, tal realidad no se cumple por "su arrogante actitud, el desprecio grosero de los ideales y las tradiciones del movimiento ol¨ªmpico, pues no se pretende garantizar la seguridad de todos los atletas, respetar el derecho y la dignidad humanos y crear las condiciones normales para la celebraci¨®n de los juegos".

Al parecer, la decisi¨®n sovi¨¦tica estaba tomada hace ya tiempo, e incluso se especula ya con unos juegos paralelos para los pa¨ªses del Este, a celebrar en Bulgaria.

P¨¢ginas 41 y 42

Editorial en la p¨¢gina 10