La jubilaci¨®n de los funcionarios
Si a un Gobierno socialista hemos de creerle visceralmente preocupado por lo social e identificado con los problemas de los m¨¢s d¨¦biles, nos resulta dif¨ªcil entender el tratamiento a que ¨²ltimamente se viene sometiendo a los viejos funcionarios.Porque ?qui¨¦n m¨¢s desvalido que el viejo funcionario? Empez¨® su vida administrativa tributando por el viejo impuesto de utilidades sobre su sueldo con tipos superiores que el resto de los trabajadores. Continu¨® cotizando a su r¨¦gimen de clases pasivas con porcentajes tambi¨¦n superiores, aunque, por un astuto truco estatal, sobre parte de sus ingresos tan s¨®lo, lo que implic¨® llegar a la jubilaci¨®n, a pesar de haber sufrido descuentos similares, con pensiones sensiblemente inferiores a las privadas. Y, por ¨²ltimo, la guinda: el nuevo proyecto de ley de Reforma de la Funci¨®n P¨²blica y sus jubilaciones anticipadas, que significa un choque frontal con todos los derechos adquiridos y con el art¨ªculo 9.3 de la vigente Constituci¨®n y sus garant¨ªas de irretroactividad de las disposiciones restrictivas de derechos individuales. Tampoco la seguridad jur¨ªdica, base de un Estado de derecho, sale muy bien parada del lance.
El Gobierno del cambio, eso s¨ª, nos dice que no va a imponer su rodillo y que ver¨ªa complacido un acuerdo con la oposici¨®n sobre el proyecto. Y empieza para los funcionarios el tratamiento de duchas escocesas, ya fr¨ªas, ya hirvientes. Tan pronto se les dice que todo est¨¢ arreglado y que ya hay acuerdo casi total, e incluso se habla en la Prensa de una oferta personal del ministro del ramo de que las jubilaciones anticipadas podr¨¢n ser voluntarias con el 150% de las percepciones b¨¢sicas como pensi¨®n, como se anuncia que se rompen las negociaciones y que todo queda en agua de borrajas.
Ahora, seg¨²n el proyecto, a los viejos, funcionarios se les echa, sin m¨¢s. Y no olvidemos que estamos hablando de funcionarios, es decir, de un colectivo para el que jubilaci¨®n no viene de j¨²bilo, porque sus pensiones son, con suerte, la mitad de las de sus equivalentes en la empresa privada, lo que lleva a la conclusi¨®n de que si se corrigiera tan irritante desigualdad en el sistema de pensiones sobrar¨ªa la coacci¨®n para imponer el anticipo de las jubilaciones. Y, finalmente, yo pedir¨ªa al Gobierno del cambio que se olvide de politiquer¨ªas y trate de hacer menos dolorosa la ¨²ltima etapa de la vida administrativa (y f¨ªsica) del viejo funcionario, sinti¨¦ndose un poco m¨¢s generoso a la hora de regular el importe de las pensiones y los pasos de este tr¨¢nsito final de la vida activa a la pasiva de sus viejos y asendereados servidores. / . Inspector financiero y tributario del Estado. .
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