Coalicion Popular y 'reformistas' entran en una semana clave para trazar sus nuevas estrategias
Coalici¨®n Popular y operaci¨®n reformista comienzan, cada una por su lado, nuevas andaduras a lo largo de esta semana, que se configura como clave para la definici¨®n de las alternativas al socialismo. Las reuniones de las directivas de Alianza Popular y de su coligado, el Partido Dem¨®crata Popular, por un lado, y el comienzo de las actividades de Miquel Roca, por otro, suponen el relanzamiento de dos opciones distintas de la oposici¨®n, una vez que puede ya considerarse concluida la fase de desconcierto posterior a los resultados de las elecciones catalanas.
La Junta Directiva de Alianza Popular se re¨²ne, hoy, lunes, en medio de un considerable malestar interno, derivado de los resultados de las elecciones catalanas, considerados abiertamente catastr¨®ficos por un sector de AP. Este mismo sector, representado desde ¨¢ngulos diferentes por personas como los vicepresidentes Alfonso Osorio o Miguel Herrero de Mi?on, ha responsabilizado a la campa?a dirigida por el secretario general del partido, Jorge Verstrynge, de estos resultados. Los excesos verbales de Verstrynge durante la campa?a fueron abiertamente criticados por dirigentes aliancistas opuestos a la creciente influencia del joven secretario general.Tras la reuni¨®n mantenida por la comisi¨®n ejecutiva de AP la pasada semana, calificada por uno de los asistentes como "de irritaci¨®n contenida", la Junta Directiva Nacional, m¨¢ximo ¨®rgano del partido entre congresos, estudiar¨¢ ma?ana el informe presentado la pasada semana por el coordinador electoral, Javier Carabias. El informe, considerado por una fuente aliancista como "bastante cr¨ªtico", pese a las vinculaciones de Carabias con Verstryrige, no lleg¨® a ser discutido en profundidad la pasada semana, dado que la reuni¨®n dela ejecutiva estuvo presidida por Osorio y no por Manuel Fraga, ausente en la Rep¨²blica Federal de Alemania.
Todo parece indicar que la presencia de Fraga en Madrid contribuy¨® inmediatamente a remansar las aguas en el seno de AP, y que el encuentro de ma?ana ser¨¢ m¨¢s "mirando hacia el futuro" que hacia el pasado, seg¨²n opini¨®n de un dirigente perteneciente a la l¨ªnea cr¨ªtica contra Verstrynge. Seg¨²n una fuente, el secretario general ha admitido ante el presidente del partido haber equivocado la estrategia, al menos durante la primera parte de la campa?a electoral, y paralelamente todos aceptan que el candidato en Catalu?a, Eduardo Bueno, era "el ¨²nico hombre posible tras la renuncia de otros que tal vez hubiesen sido m¨¢s adecuados".
Una nueva etapa
El propio Fraga mostr¨® la pasada semana su voluntad de abrir una nueva etapa en su labor de oposici¨®n, al anunciar, en una reuni¨®n con varios periodistas, un endurecimiento de su estrategia en oto?o, endurecimiento que tal vez acabe en la presentaci¨®n de una moci¨®n de censura contra el Gobierno socialista. Al tiempo, se sabe que el equipo de Carabias ha comenzado ya a preparar las elecciones auton¨®micas gallegas, que tendr¨¢n lugar en octubre de 1985, y donde la Coalici¨®n Popular se juega, seg¨²n confesi¨®n de algunos de sus m¨¢s conocidos representantes, "ni m¨¢s ni menos que su futuro a nivel nacional".Pero, paralelamente, Fraga ha comenzado a hablar de la necesidad de construir esa mayor¨ªa natural, sin la que ¨¦l admite constantemente en privado que su Coalici¨®n Popular jam¨¢s ganar¨¢ unas elecciones. "Es una necesidad urgente" llegar a esa mayor¨ªa, repet¨ªa un Fraga visiblemente agotado y tenso en la noche del recuento electoral catal¨¢n. Casi al mismo tiempo, la coalici¨®n se agrietaba merced a declaraciones escasamente conciliadoras de miembros del democristiano Partido Dem¨®crata Populan
A partir de ese momento, las sospechas de que las relaciones entre AP y su coaligado, el PDP, no eran precisamente las mejores se convirtieron en certidumbre. Una larga conversaci¨®n entre Fraga y el presidente democristiano, Oscar Alzaga, remans¨® algo las inquietudes en el PDP, algunos de cuyos miembros se mostraban crecientemente cr¨ªticos hacia la forma en que se hab¨ªa llevado la campa?a catalana, y tambi¨¦n hacia determinadas actitudes parlamentarias de AP.
En estas condiciones, la pr¨®xima reuni¨®n de la ejecutiva del PDP, que tendr¨¢ lugar el mi¨¦rcoles, se consideraba decisiva para el futuro de la Coalici¨®n Popular. Algunos medios inforrnativos llegaron, incluso, a lanzar la especie de que determinados miembros del partido de Alzaga estaban pensando seriamente en iniciar un desembarco en la operaci¨®n reformista de Roca. Pero no mucho despu¨¦s de haberse conocido los resultados catalanes llegaba a la sede democristiana un mensaje inequ¨ªvoco procedente de las filas de Roca: la operaci¨®n reformista no necesita al PDP; es m¨¢s, no cuenta con el PDP, al menos por ahora. Antonio Garriges, el socio liberal de Roca, iba m¨¢s all¨¢, al declarar p¨²blicamente en Segovia que lo mejor ser¨ªa que los hombres de Alzaga permaneciesen fieles a sus compromisos con Alianza Popular.
As¨ª las cosas, parece evidente que la estrategia del PDP consistir¨¢ en intentar propiciar un acuerdo a medio plazo con Roca y los liberales, pero manteniendo la coalici¨®n intacta. El propio Alzaga ha manifestado privadamente, en m¨¢s de una ocasi¨®n, su convicci¨®n de que, finalmente, al llegar la hora de las pr¨®ximas elecciones generales, todo se convertir¨¢ en un frente com¨²n contra el PSOE. Tambi¨¦n los integrantes de la Uni¨®n Liberal de Antonio Font¨¢n y Pedro Schwartz, miembros de la Coalici¨®n Popular, ver¨ªan con buenos ojos un acercamiento a los reformistas, quienes, sin embargo, no parecen tener ninguna prisa por decantarse.
El regreso de Roca a Madrid tras sus vacaciones poselectorales, y el consiguiente comienzo de andadura para la operaci¨®n reformista -que a¨²n se mantiene pr¨¢cticamente tan s¨®lo en el papel-, debe contribuir a aclarar algunas incertidumbres.
Pero tras la agitaci¨®n posterior a la noche del 29 de abril, cuando comenzaron a conocerse los resultados en Catalu?a, todo indica que la calma sustituir¨¢ a las precipitaciones iniciales y que no habr¨¢ soluciones inmediatas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.