Los estatutos de autonom¨ªa

Veo en estos ¨²ltimos tiempos que ilustres personalidades del Pa¨ªs Vasco y Catalu?a protestan y se lamentan de que en Espa?a se hayan otorgado estatutos de autonom¨ªa no s¨®lo a sus regiones o nacionalidades hist¨®ricas, como ellos dicen, sino tambi¨¦n a todas las dem¨¢s.Estas voces han recibido c¨¢lida acogida en peri¨®dicos nacionales, tanto de la izquierda como de la derecha, sin que, por tanto, los ciudadanos de estas otras regiones que los vascos y catalanes consideran, por lo visto, de segunda categor¨ªa, sepamos d¨®nde dirigirnos para exponer nuestros sentimientos y opiniones al respecto.

Entendemos que son los hombres que encarnan los consejos de gobierno de las dos Castillas, Arag¨®n, Andaluc¨ªa y dem¨¢s los que, cumpliendo con su deber de acudir a la defensa de los intereses que tienen encomendados, sean los que deban emprender una campa?a de imagen, como ahora se dice, para restablecer la verdad y la justicia.

La verdad, porque si son nacionalidades hist¨®ricas las de Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco (Euskadi entre los iniciados) no creemos que Castilla sea un invento de ayer por la tarde, dirigido a que no brillen como aut¨¦nticas estrellas solitarias ambas nacionalidades hist¨®ricas. ?Es que en la historia de Espa?a no se ha o¨ªdo nunca hablar de Castilla?

Propiciar la sola autonom¨ªa, y a¨²n m¨¢s radicalizada que la que actualmente tienen concedida, es un verdadero intento de crear enemistades entre nuestros pueblos, enfrentando a los privilegiados con aquellos que quieren dejar sumidos en la despersonalizaci¨®n de una pol¨ªtica y una administraci¨®n uniformista, de la que habr¨ªan de salir las energ¨ªas de trabajo y el dinero que potenciasen m¨¢s a los que de siempre han sido los privilegiados y que ahora parecen no querer compartir la libertad y el esfuerzo con los dem¨¢s espa?oles. Creemos que ¨¦sta es la verdad.

Y la justicia, porque todos los viejos reinos que constituyen Espa?a tienen exactamente los mismos derechos al autogobierno que las regiones que fueron con sus estatutos antes de promulgarse la Constituci¨®n en la que encuentran su apoyatura legal. Reservar este derecho para s¨®lo dos o tres regiones espa?olas tanto vale como desequilibrar la aut¨¦ntica constituci¨®n real, social e hist¨®rica de Espa?a, potenciando fuerzas centr¨ªfugas que jam¨¢s debieron desencadenarse y que bien pudieran dar al traste con la solidaria convivencia de los pueblos de nuestra patria. /