Alfredo Landa,

premiado en el festival de Cannes por su interpretaci¨®n en Los santos inocentes, ha comprobado en estos d¨ªas que, ciertamente, la realidad imita al arte. Como los premios permanecieron en secreto hasta el momento de su entrega, Landa, desconocedor de su galard¨®n, se volvi¨® a Madrid, pero fue llamado en secreto a la ciudad francesa. Al llegar al aeropuerto de Niza, el actor fue secuestrado y conducido a la habitaci¨®n de un hotel, en cuyo armario le escond¨ªan cada vez que llamaba a la puerta un camarero. La ¨²nica diferencia con su filme No desear¨¢s al vecino del quinto era que no se met¨ªa en el ropero ante la llegada del marido de la se?ora de turno, sino que le encerraban para que nadie adivinara antes de tiempo que iba a ser premiado.