El asesinato en Luxor de una candidata socialista enturbia las primeras elecciones libres que se celebran en Egipto
Varios millones de egipcios ejercieron ayer, por primera vez libremente, su derecho al voto para elegir a los 448 diputados de la Asamblea del Pueblo, pero dos graves incidentes enturbiaron esta jornada electoral, cuyos resultados definitivos no se dar¨¢n a conocer antes de 48 horas, tiempo necesario para efectuar el recuento en este pa¨ªs sin tradici¨®n democr¨¢tica y con una Administraci¨®n burocratizada.
En Luxor, localidad situada a 900 kil¨®metros al sur de El Cairo, Naamat Mohamed Hassan candidata del Partido Socialista del Trabajo (socialdem¨®crata), fue asesinada a tiros por su rival del Partido Nacional Dem¨®crata (PND), en el poder; y en Chebin al Kanater, en el delta del Nilo la esposa de Ahmed Abdelhalim Barakat, aspirante a diputado del Partido Nacional Unionista y Progresista (marxista-leninista) result¨® gravemente herida por los disparos de otro miembro destacado del partido gubernamental, seg¨²n anunciaron fuentes de ambas formaciones pol¨ªticas de oposici¨®n y confirm¨® ulteriormente el Ministerio del Interior.En los enfrentamientos que siguieron a este ¨²ltimo incidente, que provoc¨® el cierre anticipado de varios colegios electorales de los alrededores, una treintena de militantes progresistas resultaron heridos de diversa consideraci¨®n.
Siguiendo los consejos del presidente Hosni Mubarak, que en una inesperada alocuci¨®n por televisi¨®n record¨® el s¨¢bado por la noche que el voto era "un deber nacional", pero se abstuvo de pedir sufragios para su partido, numerosos egipcios se desplazaron ayer hasta los colegios electorales y tras su cierre, a las cinco de la tarde, las autoridades se mostraron confiadas en que la participaci¨®n rebasar¨ªa la de los comicios mucho menos libres de hace ocho y cinco a?os. Entonces, a duras penas alcanz¨® el 50% de los 13 millones de inscritos en las listas de votantes.
A simple vista, la afluencia ante las escuelas y juzgados transformados en colegios era muy variable en funci¨®n de los barrios, y, sin lugar a dudas, las colas eran m¨¢s largas ante las cooperativas de ultramarinos subvencionadas por el Estado donde los egipcios hac¨ªan acopio de comida de cara al inicio, el viernes, del Ramad¨¢n (mes de ayuno isl¨¢mico), que provoca una reducci¨®n del horario de apertura de los comercios.
La jornada electoral empez¨®, sin embargo, con retraso con relaci¨®n al horario previsto, porque si a las ocho de la ma?ana se agolpaban ya algunos votantes ante las puertas de los colegios cairotas, los residentes de las mesas electorales llegaron frecuentemente con retraso y s¨®lo a partir de las nueve pudieron muchos ciudadanos depositar, sin pasar por una cabina de voto frecuentemente inexistente, sus enormes papeletas de m¨¢s de 50 cent¨ªmetros de largo por 40 de ancho en las urnas de madera de fabricaci¨®n nacional compradas por el Estado para ahorrar divisas, en lugar de unas brit¨¢nicas de cristal.
Seraguedin duda
A la entrada de los 23.000 colegios electorales del pa¨ªs, fuertemente custodiados por 30.000 polic¨ªas y numerosos soldados, se hab¨ªan concentrado partidarios de los cinco partidos que participan en los comicios, que repart¨ªan octavillas al tiempo que coreaban esl¨®ganes deseando, por ejemplo, una "larga vida al Neo Wafd" (partido centroderechista de oposici¨®n) o asegurando, en cambio, que Mubarak "el l¨ªder es bueno, nos da libertad y democracia y se preocupa por nosotros".El m¨¢ximo dirigente del principal partido de oposici¨®n, Fuad Seraguedin, de 75 a?os de edad, aprovech¨®, sin embargo, su desplazamiento hasta las urnas para poner una vez m¨¢s en tela de juicio el car¨¢cter democr¨¢tico de los comicios, al afirmar que no estaba seguro de que las elecciones fuesen completamente libres. "Eso lo comprobaremos esta noche", concluy¨®, dando a entender que los incidentes alteraban el car¨¢cter democr¨¢tico de las votaciones. Y a rengl¨®n seguido marc¨® con una cruz la lista de candidatos precedida por una palmera, emblema del Neo Wafd.
Mubarak, por su parte, ejerci¨® su derecho al voto, ante una nube de fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n, en el barrio perif¨¦rico y residencial de Heli¨®polis, no sin antes recalcar ante los micr¨®fonos que las elecciones supon¨ªan "un giro en la historia de Egipto", pero que "no alterar¨¢ el compromiso de Camp David", el acuerdo de paz egipcio-israel¨ª en vigor desde hace cinco a?os.
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