La nueva legislaci¨®n hace renacer en Francia la pol¨¦mica entre el Estado y los centros cat¨®licos
La manifestaci¨®n monstruo que ha decidido convocar la ense?anza privada en Francia para el pr¨®ximo d¨ªa 24 de junio, y que se celebrar¨¢ en Par¨ªs, viene a ser un nuevo estallido de la guerra escolar que, desde hace m¨¢s de un siglo, domina las relaciones entre el Estado y los colegios cat¨®licos. En Francia, la escuela religiosa representa el 16% de los centros de ense?anzas primaria y secundaria, lo que equivale a dos millones de alumnos. La nueva ley sobre esta materia, aprobada por la Asamblea Nacional, est¨¢ destinada a garantizar te¨®ricamente la ense?anza cat¨®lica, pero los responsables de esta ¨²ltima entienden que, a largo plazo, ocurrir¨¢ todo lo contrario.M¨¢s de un mill¨®n de personas esperan reunir los dirigentes de la ense?anza religiosa el pr¨®ximo 24 de junio, en Par¨ªs, con el fin de advertir al pa¨ªs y al Gobierno de sus intenciones: dar la batalla hasta que el Ejecutivo socialista garantice la existencia de la ense?anza cat¨®lica, que a su entener est¨¢ amenazada por la ley que acaba de aprobar la Asamblea de Diputados, tras dos a?os y medio de discusiones entre las partes interesadas.
La referida legislaci¨®n reemplaza a la que, hace ya m¨¢s de 20 a?os, reg¨ªa las relaciones entre el Estado y la ense?anza cat¨®lica. El primero subvencionaba la segunda mediante contratos establecidos entre ambas partes. La nueva ley subsana fallos de la anterior, reconocidos por todos, e intenta acercarse a la oferta que Fran?ois Mitterrand hizo cuando fue candidato a las elecciones presidenciales, que gan¨® en 1981: crear un "servicio p¨²blico, laico y unificado". Sobre el terreno, Mitterrand y los moderados del socialismo franc¨¦s comprendieron que no era viable suprimir la ense?anza cat¨®lica subvencionada por el Estado, de la que es partidario el 75% de la opini¨®n p¨²blica, seg¨²n todos los sondeos de los ¨²ltimos a?os.
Consenso roto
Hace algunas semanas se hab¨ªa llegado a lo que incluso se calific¨® de consenso "hist¨®rico" entre el Gobierno y los cat¨®licos, pero a ¨²ltima hora los ultras del laicismo han forzado a los dirigentes del Ejecutivo a modificar sustancialmente el texto que, penosamente, elaboraron el ministro de Educaci¨®n y los responsables cat¨®licos. Los dos puntos sustanciales de discordia se refieren a la financiaci¨®n de las escuelas religiosas y a la reconversi¨®n de los profesores en funcionarios del Estado.La ley estipula, en primer lugar, que los profesores de la ense?anza cat¨®lica podr¨¢n convertirse en funcionarios y, con ello, no est¨¢n sometidos a la formaci¨®n espec¨ªfica que requiere actualmente la escuela privada. Y la financiaci¨®n de los centros privados queda ligada a la cl¨¢usula anterior: en efecto, durante ocho a?os, si una colectividad territorial (que ahora es quien pagar¨¢ estas escuelas) se niega a financiar un centro religioso, el Estado se hace cargo de dicha cotizaci¨®n. Pero al t¨¦rmino de ese tiempo, si el centro en cuesti¨®n no tiene por lo menos el 50% de los profesores titularizados por el Estado, se queda sin subvenci¨®n en cuanto hayan pasado, como m¨¢ximo, tres a?os. Es decir, en suma, si al cabo de 11 a?os una escuela cat¨®lica no cuenta con la mitad de los profesores dotados del estatuto de funcionarios del Estado corre el riesgo de desaparecer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.