Los penaltis dieron su cuarto t¨ªtulo al Liverpool frente al Roma

Iron¨ªas del destino. Graziani y Conti, que hab¨ªan sido los dos mejores jugadores del Roma en los 90 minutos reglamentarios y en los 30 de pr¨®rroga, tiraron fuera sus dos penaltis y permitieron, as¨ª, al Liverpool alzarse con su cuarta Copa de Europa.Despu¨¦s de 120 minutos de juego cambiante, en los que el Liverpool puso m¨¢s potencia y el Roma m¨¢s f¨²tbol, jugadas m¨¢s vistosas y creativas, la antideportiva soluci¨®n de los penaltis de desempate premi¨® al campe¨®n ingl¨¦s.

A decir verdad, en un partido que no fue brillante, como generalmente no lo son las finales de esta importancia, el equipo rojiamarillo -que hoy jug¨® con vestimenta blanca- puso una pizca m¨¢s de calidad que el Liverpool.

Incluso el gol conseguido a los 15 minutos por Neal, gracias a la combinaci¨®n de un error del portero Tancredi, quiz¨¢ empujado por Whelan, y a otro fallo de Bonetti, no tuvo la calidad t¨¦cnica del obtenido a los 42 por Pruzzo, con un espl¨¦ndido cabezazo hacia atr¨¢s que sorprendi¨® a Grobbelaar.

El campe¨®n italiano, que supo igualar el partido tras la temprana ventaja del cotizado rival, domin¨® no s¨®lo los ¨²ltimos 30 minutos del primer tiempo, sino tambi¨¦n la primera media hora del segundo, pese a que ni Fal?ao ni Cerezo, sus dos astros brasile?os, estuvieron en su mejor nivel ni Bonetti ofrec¨ªa seguridad en la defensa.

Las mejores jugadas de ataque fueron protagonizadas por un generoso Graziani, quien, sin la velocidad de sus adversarios, supo encontrar los huecos en la defensa inglesa, y por el habilidoso Conti. Precisamente, los dos que, luego, con el cansancio de 120 minutos, sellaron la derrota de su conjunto al tirar fuera el segundo y el cuarto penalti de la serie de cinco.

El Liverpool, con el famoso Rush absorbido por la defensa zonal romanista, tuvo en Whelan una pieza importante. De todas maneras, aunque el Liverpool ratific¨® su condici¨®n de equipo s¨®lido y bien armado, habr¨ªa parecido m¨¢s justo que esta final no se hubiese decidido por penaltis, sino con un partido de desempate.