La Iglesia en TVE

Los responsables del programa Espa?a, historia inmediata parecen empe?ados en lograr lo imposible: convertir un m¨¦todo cient¨ªfico como es la historia -sujeto, por tanto, a un m¨¦todo de especulaci¨®n riguroso- en otro no menos apasionante, pero que se desarrolla en un plano intelectual muy diferente: el cuento, la f¨¢bula o el chisme. A la historia competen las verdades; al chisme, las opiniones. Y est¨¢n logrando, semana tras seniana, esa cuadratura del c¨ªrculo.El ¨²ltimo programa emitido ha batido todos los r¨¦cords -?candidato al Guiness?- de manipulaci¨®n hist¨®rica y de verdades contadas a medias, presentando a la Iglesia cat¨®lica, en s¨®lo 50 minutos, como el coco del progresismo (?otra vez la Inquisici¨®n quemadora de libros!); como un instrumento de poder, siempre al sol que m¨¢s calienta; como caja de resonancia de opiniones de partido en epoca electoral. De ese orden ha sido para los organizadores del espect¨¢culo el papel de la Iglesia en nuestro pa¨ªs en el ¨²ltimo siglo. No hay m¨¢s, no puede haber m¨¢s, porque, como lleg¨® a afirmar uno de los invitados colaboradores, la Iglesia, preocupada s¨®lo de la salvaci¨®ridel alma, es incapaz de dar cuerpo a una ¨¦tica social.

Y todo servido en un tono de socarroner¨ªa y suficiencia; incluso -como quien cuenta el ¨²ltimo y m¨¢s agudo chiste de Mor¨¢n- el presentador explic¨® ante las c¨¢maras la an¨¦cdota del cura de pueblo que hac¨ªa m¨ªtines desde el p¨²lpito.

Si se trat¨® de la labor social de la Iglesia fue para afirmar que esos servicios a¨²n no los desempe?aba el Estado. Nada se dijo, por supuesto, de su abnegada dedicaci¨®n a los pobres ni de la entereza con

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