Pertini expresa su desacuerdo con la actual 'guerra' entre comunistas y socialistas italianos

El presidente de la Rep¨²blica italiana, el socialista Sandro Pertini, expres¨® el jueves al jefe del Gobierno, el tambi¨¦n Socialista Bettino Craxi, su desacuerdo con la actual guerra que mantienen el Partido Socialista Italiano (PSI) y el Partido Comunista Italiano (PCI), este ¨²ltimo en abierta lucha contra el Gabinete Craxi.

El anciano Pertini, que en la noche del mi¨¦rcoles se mord¨ªa los pu?os viendo c¨®mo el equipo de f¨²tbol Roma perd¨ªa ante el Liverpool la que hubiera podido ser su primera copa de Europa, ha vuelto a hacer un gesto de los suyos en el campo pol¨ªtico. Pertini hab¨ªa asistido previamente a una entrega de premios literarios junto con el jefe del Gobierno. Pertini trata su compa?ero de partido Craxi con el cari?o y con la confianza de un padre. Y a veces -lo ha reconocido el mismo Craxi- coge el tel¨¦fono y le lanza duras cr¨ªticas, incluso a gritos.En la fiesta literaria, Pertini aprovech¨® la ocasi¨®n para intervenir en un delicado problema actual: la guerra entre socialistas y comunistas. Pertini es un socialista cien por cien, pero es tambi¨¦n un hombre de di¨¢logo que nunca manifest¨® prejuicios anticomunistas.

Pertini record¨® sus tiempos de prisi¨®n. Dijo que su mayor compa?¨ªa en aquellos a?os duros fueron los libros. Eran tiempos, dijo, en los que la pugna entre socialistas y comunistas "era feroz", y dirigi¨¦ndose a Craxi coment¨®: "Me parece que tambi¨¦n hoy vuelve a ser as¨ª". A continuaci¨®n cont¨® una an¨¦cdota. Explic¨® que en la c¨¢rcel de Turi, el ide¨®logo del PCI, Antonio Gramsci (por quien Pertini se interes¨® y se jug¨® el tipo para que le trataran m¨¢s justamente y le concedieran una mesa, papel y pluma para escribir, gracias a lo nacieron los famosos Cuadernos de la c¨¢rcel del l¨ªder comunista) le regal¨® un libro de Benedetto Croce con una dedicatoria. Un compa?ero de prisi¨®n de Pertini le arranc¨® la hoja donde estaba la dedicatoria. Era un comunista y no pod¨ªa soportar que un socialista tuviera un aut¨®grafo de Gramsci, ya que, entonces, los socialistas, dijo Pertini, eran considerados los grandes enemigos del partido comunista.

Divisi¨®n de opiniones

Como conclusi¨®n de su historia, el anciano presidente italiano cogi¨® a Craxi por el brazo y le solt¨®: "Presidente del Consejo, perm¨ªtame esta sinceridad, yo no soy un adversario de los comunistas".Ni que decir tiene que la salida de Pertini ha corrido en seguida por las secretar¨ªas de los partidos pol¨ªticos de la capital con comentarios para todos los gustos. Algunos hasta intencionados, como los de quienes han querido interpretar el gesto de Pertini como una maniobra para asegurarse su reelecci¨®n como presidente, gan¨¢ndose as¨ª los votos comunistas.

La verdad es que el viejo socialista no tiene pelos en la lengua y le canta las cuarenta a quien sea, empezando por sus compa?eros de ideolog¨ªa, como ha hecho tantas veces con el presidente franc¨¦s Fran?ois Mitterrand, a quien ha reprochado duramente las dificultades que plantea para que Espa?a ingrese en la CEE.