El mago vuelve a jugar
., Indiana Jones y el templo de Doom es, ante todo, una pel¨ªcula de acci¨®n, incluso superior en ese sentido a En busca del arca perdida. Spielberg imprime un ritmo tal a las aventuras del doctor Jones que al espectador le falta el aliento para re¨ªrse con las bromas que salpican el filme, o para disfrutar a gusto de las continuas alusiones a las mejores pel¨ªculas del cine norteamericano.Kate Capsham parece a veces Carole Lombard o Claudette Colbert y Harrison Ford remeda en algunas escenas a Errol Flynn o a Humphrey Bogart, sin que pierda por ello el car¨¢cter de su personaje. Esta b¨²squeda de referencias en im¨¢genes m¨ªticas de la historia del cine es uno de los ganchos populares de estos filmes de Spielberg que, dirigidos a los ni?os y j¨®venes, abaercan as¨ª a la infancia de los hoy adultos.El director norteamericano juega con todos los elementos que pueden hacer saltar de emoci¨®n a un ni?o ante la pantalla de cine. El escenario es una selva ex¨®tica (Macao, Sri Lanka y estudios de California y de Londres) llena de animales peligrosos. Tal vez en esta ocasi¨®n el director abusa de insectos, serpientes y escarabajos que se mueven por la pel¨ªcula como si fueran los protagonistas.La infancia como fil¨®n
El tono de Indiana Jones, aunque Spielberg no lo reconozca, es m¨¢s violento que el de la pel¨ªcula anterior, aunque es cierto que se trata de una violencia tan fantasiosa que hasta los ni?os se pueden dar cuenta perfectamente de que se trada de un cuento.
El director norteamericano adem¨¢s repite en Indiana Jones uno de los grandes hallazgos de E. T.: adjudicar uno de los papeles de protagonista a un ni?o. Ke Huy Quam es un verdadero descubrimiento de Spielberg, que le sac¨® del colegio. El ni?o es expresivo, listo y gracioso, y borda su papel.
Violenta y machista pueden ser las dos cr¨ªticas m¨¢s duras a la ¨²ltima pel¨ªcula del director norteamericano. El ¨²nico personaje femenino es el de una joven cantante de night club que pasa media pel¨ªcula dando gritos de terror y que tiene menos valor e iniciativa que su peque?o compa?ero de aventuras. Sin embargo, como dec¨ªa un cr¨ªtico que asisti¨® al estreno: "Yo no llevar¨¦ a mi hijo, pero estoy seguro de que ir¨¢ solo". No s¨®lo ir¨¢, sino que la disfrutar¨¢; resulta casi difilcil no hacerlo siendo un adulto.
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