La I Semana de la Historieta revive la epopeya del 'comic' en Espa?a desde 'El Capit¨¢n Trueno' hasta hoy
Pese a que es la primera vez que se celebra en Madrid un acontecimiento colectivo relacionado con la historieta, los organizadores de la I Semana de la Historieta en Madrid, abierta el pasado s¨¢bado en el Palacio de Exposiciones y Congresos, se han planteado esta oportunidad con toda la seriedad posible. Intentan no dejar ning¨²n cabo suelto: los veteranos magistrales y desconocidos dibujantes de la vieja escuela madrile?a, los j¨®venes noveles que pueden exponer sus obras aunque no las hayan publicado a¨²n, el homenaje a personajes como El Capit¨¢n Trueno, la presencia de figuras indiscutibles como Carlos Gim¨¦nez, V¨ªctor Mora, Escobar o Manfred Sommer ... M¨¢s la proyecci¨®n de videos originales, de pel¨ªculas, las mesas redondas en torno al c¨®mic y su relaci¨®n con la sociedad, y un etc¨¦tera tan copioso como lleno de entusiasmo, para que la epopeya del tebeo espa?ol tenga su completo reflejo.
En Madrid se vende un tercio de la producci¨®n actual de historietas, que se ha vendido siempre y que tiene la capital del reino, adem¨¢s, una notable cantera de dibujantes. Sin embargo, era curioso que nunca se hubiese prestado atenci¨®n al tema, que s¨®lo en Barcelona se haya celebrado, hasta el momento, el Sal¨®n del Comic, m¨¢s bien dedicado a la industria que a la creaci¨®n. Todo lo contrario es lo de ahora en Madrid, organizado por la Direcci¨®n General de la Juventud, de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y Juventud, de la Comunidad Aut¨®noma.Se trata de considerar el comic como lo que es: algo tan arraigado en nuestra cultura como la literatura de letras todas seguidas, el teatro o la pintura.
La historieta ha pasado desde las cuevas de Altamira, que algunos reivindican como el origen m¨¢s remoto, hasta nuestros d¨ªas, por numerosos avatares. Lo m¨¢s notable de su trayectoria, quiz¨¢, es que, de ser, en la postguerra, el sustitutivo del cine, de la calefacci¨®n y de la felicidad, fue a dar en art¨ªculo de lujo para intelectuales fogosos a partir de la publicaci¨®n por parte de Umberto Eco de Apocal¨ªpticos e integrados en la cultura de masas. Por suerte, lo m¨¢s ¨²ltimo es darle al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar y que la creaci¨®n, dentro del campo de la historieta, se desarrolle libremente, dedic¨¢ndose cada cual a lo que le importa.
Tirada de 400.000 ejemplares
En este momento, globalmente, las publicaciones dedicadas a la historieta -entre ellas, El V¨ªbora, Totem, 1984- llegan a alcanzar una difusi¨®n de alrededor de 400.000 ejemplares mensuales. Poco si se compara con los 350.000 ejemplares semanales que alcanz¨® El Capit¨¢n Trueno en sus buenos tiempos -los a?os cincuenta- o los doscientos y pico mil de El Guerrero del Antifaz, pero es mucho si se considera que el comic sigue siendo un producto al que se presta poca publicidad en las p¨¢ginas de difusi¨®n cultural de los medios de comunicaci¨®n.Del mismo modo que han variado las tiradas, en Espa?a han cambiado los contenidos. En nuestro pa¨ªs, los protagonistas ya no son h¨¦roes, sino en general seres humanos de la vida cotidiana que se enfrentan con acontecimientos monstruosamente normales, como la soledad, o el amor, o la obligaci¨®n de pagar una letra, o el miedo al futuro, y los ni?os buscan y encuentran al superhombre en las historietas extranjeras.
La historieta en nuestro pa¨ªs tiene sus mitos, como Ambr¨®s y Mora
-dibujante y guionista, respectivamente, de El Capit¨¢n Trueno-, como Ib¨¢?ez con sus multimillonarios en ventas Mortadelo y Filem¨®n, como Escobar con su hambriento y fil¨®sofo Carpanta, como Leopoldo S¨¢nchez, Manfred Sommer y Fernando Fern¨¢ndez, que imparten clases en el Taller de Comics e Ilustraci¨®n... Tiene tambi¨¦n sus hist¨®ricos puntos negros, como los tebeos dedicados a jovencitas, que eran la quintaesencia del reaccionarismo, a cuyo lado las muy maniqueas Haza?as B¨¦licas eran de contenido ideol¨®gico discreto.
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