Alfredo Landa
A m¨ª me hab¨ªan cogido entre una donna gorda y un paisano bajito, y yo le hab¨ªa quitado del escote, a la donna, la flor que llevaba, y le hab¨ªa metido en el escote, en cambio, la tarjeta de mi paisano bajito, el famoso Morris de Valladolid, que no s¨¦ si a ustedes les suena, pero a lo mejor no, y en este fino jaleo est¨¢bamos cuando lleg¨® Alfredo Landa, como en una de sus comedias, "adi¨®s, gente, que me voy a tomar un algo con Alfredo Landa, premio de interpretaci¨®n de Cannes, ?c¨®nocen?".-El landismo Landa.
-El landismo consist¨ªa en salir mucho en calzoncillos pers¨ªguiendo se?oritas.
-?T¨² acostumbras a salir en calzoncillos a perseguir se?oritas?
-Yo soy mon¨®gamo.
-Expl¨ªcame esa aberraci¨®n.
Alfredo Landa peina poco pelo, anda como los cow/bois bajitos, mueve las manos como los camioneros locuaces y trae camisa de cuadritos rojos y una rebeca que le ha hecho su se?ora, de lana negra con rayitas amarillas, rojas y verdes.
-Pues resulta que conoc¨ª a Maite en San Sebasti¨¢n, que es donde yo viv¨ªa, una ciudad que quiero mucho, o sea que nos conocimos en el TEU, que los dos ¨¦ramos actores, y nos pusimos de novios y los amigos me dec¨ªan, ya sabes, Umbral, lo que son los amigos: "Pero hombre, Alfredo, si t¨² mides uno sesenta y siete y tu novia mide uno setenta y tres: ?no te da reparo pasearla?". A m¨ª por qu¨¦: yo la quiero y' ella me quiere".
-Lo cual que nunca has tenido complejo de bajito.
-Me hubiera gustado crecer un poco m¨¢s, pero tampoco demasiado.
-Tienes raz¨®n, Alfredo, no hay que pasarse. As¨ª que la rebeca te la ha hecho tu se?ora.
-S¨ª, ?tienes algo que decir? El modelo est¨¢ tomado de una gran revista internacional de labores Maite fue y me dijo: "Alfredo, ?te gusta ese modelo?". "S¨ª, Maite, s¨ª que me gusta". "Pues te lo hago" Y me hizo la rebeca. ?Tienes algo que decir?
-No, Alfredo. S¨®lo que si en Cannes te han dado el premio por la rebeca.
-Mira, Umbral, lo del premio es como un sue?o, yo es que todav¨ªa no me lo creo. Pero no creas que por eso voy a encam panarme ni a cobrar m¨¢s caro ni a no seguir haciendo lo que me salga, de trabajo. Yo hago lo que sale, yo lo hago todo y, cuando el gui¨®n o la comedia no tienen nada dentro, me lo saco yo de las entra?as.
-Est¨¢bamos en que Maite y t¨² os hicisteis novios en el TEU.
-S¨ª, y me enamor¨¦, y ella ha c¨ªa Letras y yo Derecho, pero lo dej¨¦ en seguida para venirme a Madrid de actor, y ella termin¨® la carrera y hasta ha hecho la tesis.
-?Y sobre qu¨¦ ha hecho Mai te la tesis, Alfredo?
-Sobre la letra jota en el euskera.
-Sobre la letra jota en el eus kera. Menuda tesis, Alfredo ?Cu¨¢ntos ni?os ten¨¦is?
-Tres. Y ella te admira inu cho, para que lo sepas, y ha le¨ªdo todos tus libros, o casi todos.
-Pero es una actriz frustrada-No, qu¨¦ va, para nada, es fe liz, completamente feliz, los dos somos felices, con los chicos, y alguna vez me dice ella que tal papel de tal actriz le habr¨ªa gustado hacerlo a ella y que, quiz¨¢, incluso lo hubiera hecho mejor, y yo le digo que s¨ª, que es posible, porque efectivamente pienso que s¨ª, que es posible, y ah¨ª se termina todo.
-?Viniste a la conquista de Madrid?
-Claro. Tuve que convencer a mi madre, que no quer¨ªa. "Madre, si a los cuarenta a?os soy un desgraciado, t¨² habr¨¢s tenido la culpa". Y me dijo: "Vete". Y aqu¨ª estoy. A m¨ª me han llamado de todo, cuando el landismo, las peores cosas, los cr¨ªticos, me refiero, de modo que dej¨¦ de leer cr¨ªticas.
-Y creaste el landismo.,
-Pues se conoce. Yo lo pon¨ªa todo en aquellos personajes frustrados y salidos en los que no cre¨ªa.
-Pero estabas ejemplificando al espa?ol medio de la represi¨®n, Alfredo. A veces ocurre, Alfredo, que un actor escapa a la calificaci¨®n profesional para trascender hacia un arquetipo social: James Dean respecto de la juventud americana de los 50. Yves Montand respecto del gauchisme franc¨¦s. Pepe Sacrist¨¢n en cuanto a la progres¨ªa espa?ola de escasos medios. Y as¨ª.
-Pues tienes raz¨®n, Umbral, seguramente es eso. Yo no era aquel se?or lanzado y reprimido al mismo tiempo, pero yo me fijo mucho, Umbral, observo, y entonces los espa?oles eran as¨ª y yo los hac¨ªa as¨ª, aunque mis personajes fueran mu?ecos.
-?Y aquello era bueno o malo?
-Hombre, es mejor la libertad, mucho mejor. Se han perdido aquellas represiones, aquellas obsesiones, y hoyestamos mucho mejor.
(El landismo, desocupado lector, era ir en la vespa de un amigo, a ligar a los bafles/bolera. El landismo era tener un niki de diario y otro para los domingos. El landismo era ser ayudante de un cirujano callista y hacerse llamar pod¨®logo. El landismo era creer que todas las mujeres son huidizas por naturaleza -cuando viene a ser al contrario-, ' y que los calzoncillos de guardameta de los a?os treinta, en lienzo moreno, las erotizan mucho. El landismo era creerse chiquito, pero no mat¨®n. El landismo era luchar d¨ªa a d¨ªa contra el medio, sin planearse nunca el problema total, hist¨®rico, mitol¨®gico, de la adversidad del medio. El landismo era ir a ver pel¨ªculas de Alfredo Landa y no reconocerse en ellas, o resolver la catarsis en risa, "como expresi¨®n de lo reprimido": para eso estaba ah¨ª Alfredo Landa, para reunir en s¨ª todas las frustraciones nacionales, generacionales, todas nuestras frustraciones, salv¨¢ndonos a nosotros de ellas, as¨ª, durante hora y media de pel¨ªcula y cachondeo. Esto s¨®lo puede hacerlo un gran actor y un actor que, adem¨¢s, emerge del pueblo, de la masa social).
-Alfredo, la primera vez que yo te vi en el teatro fue en la Ninette de nuestro grande y entra?able Miguel Mihura. Con un personaje de verdad, eras ya mucho m¨¢s actor.
-Yo estaba haciendo un Lope, y don Miguel vino a verme despu¨¦s de la funci¨®n, y para m¨ª fue como hablar con Dios, y don Miguel me ofreci¨® aquel papel del amigo de Juanjo Men¨¦ndez, que era el que hac¨ªa la f¨²ci¨®n, y .en aquel papel estaba un poco el autor, el propio don Miguel, de modo que lo hice con toda el alma.
-Del landismo me parece que te apart¨® Summers.
-Efectivamente. Yo, con Summers, hice No somos de piedra y La ni?a de luto y cosas as¨ª, y los amigos me dec¨ªan que no es por ah¨ª, Alfredo, que ¨¦se no eres t¨², pero yo sab¨ªa que era por ah¨ª, yo ve¨ªa que en estos personajes hab¨ªa m¨¢s cosa, m¨¢s material para interpretar.
-Y Bardem.
-Efectivamente, Bardem me dio el gran papel en El puente, que tambi¨¦n algunos cre¨ªan qye yo no lo iba a hacer bien, y me parece que lo hice bien. Y, cuando Pl¨¢cido, Berlanga me dijo que, si me hubiera visto antes, Pl¨¢cido lo habr¨ªa hecho yo.
-Berlanga.
-Hombre, es el maestro en esto del cine de humor, y a m¨ª me gusta mucho el humor, y ahora voy a hacer con ¨¦l La vaquilla, que, es una pel¨ªcula de cuando la guerra, y estoy encantado.
-Pero el premio de Cannes te lo han dado por un personaje dram¨¢tico, muy dram¨¢tico.
-S¨ª, y lo he hecho con el alma, pero a m¨ª me sigue divirtiendo mucho hacer humor.
(Landismo: manera singular y original de ocupar un lugar en el mundo espa?ol de los sesenta/ setenta, donde no hab¨ªa lugar para nadie, a fuerza de poner voz muy madrile?a, mover mucho las manos, sacarse los pantalones como quien saca la pistola y, finalmente, reflejar, mediante todo eso, una realidad social que se les escapaba a los soci¨®logos, y que era la del que, a-pesar-de-todo, estaba dispuesto a realizarse, palabra que, como recuerda la adorable Fran Lebowitz, no figura para nada en las obras completas de Shakespeare).
Pasa a la p¨¢gina 14
Viene de la p¨¢gina 13
-?Crees que existen, todav¨ªa, en el campo espa?ol, personajes como Paco el Bajo, ese criado infinitamente servil de la novela de Delibes, ese hombre que se degrada en perro, gustosamente, por su amo?
-S¨ª, creo que eso existe y lo he conocido. Aunque las cosas hayan cambiado algo. En cuanto al personaje en s¨ª, es un ser lleno de amor, de un infinito amor y temor por su due?o, y yo comprend¨ª eso, que el amor era la clave del personaje, y me llen¨¦ la mirada de amor y admiraci¨®n, y ah¨ª est¨¢ el secreto de todo.
-Pero t¨² no has sido nunca un hombre, de campo.
-No, qu¨¦ va, para nada. Pero ya te he dicho antes que yo me fijo mucho, y a los tres d¨ªas de andar por el cortijo donde rodamos, yo era ya uno m¨¢s de los peones del cortijo, de los peones de verdad, hasta el punto de que llegaron unos amigos y no me reconocieron ni se fijaron en m¨ª.
-Madrid.
-Pues s¨ª, ya s¨¦ lo que quieres decir, Umbral. Que si en San Sebati¨¢n me reprochan el haberme venido a Madrid. Alg¨²n amigo, alguna vez (para m¨ª los amigos son fundamentales en la vida), me ha llamado "el madrile?o", y le he dicho: "no me lo digas peyorativamente, oyes, que no es eso, que yo soy m¨¢s de aqu¨ª que nadie, pero tambi¨¦n so3rde Madrid, que es un pueblo cojonudo y no lo que vosotros os cre¨¦is". Y sobre todo aquel Madrid, Umbral, de los primeros sesenta, que t¨² y yo hemos conocido.
Alfredo Landa mueve un ¨ªndice corto para negar, da un discreto pu?etazo en la mesa para afirmar, fuma rubio y lamenta haberse quedado con un poco menos de pelo. Alfredo Landa es un gran intuitivo y lo sabe.
-A ti te habr¨ªa gusto ser un gal¨¢n, Alfredo.
-Por supuesto que no, Umbral.
-?Te dan risa los galanes?
-No me da risa nadie. Pero estoy contento con lo m¨ªo y no me ha podido ir mejor.
-Te viniste a Madrid con dolor de tu madre, Alfredo.
-Eso s¨ª que es verdad.
-He le¨ªdo por ah¨ª, en las entrevistas, Alfredo, que a tus hijos les evitas toda sensaci¨®n agobiante de divismo.
-Es verdad. Yo me gano la vida con esto como pod¨ªa estar sellando letras de cambio en un Banco. Quieko que mis hijos sean ellos mismos y por s¨ª mismos, no por ser hijos de su padre.
Y vuelve la pectoral¨ªsima donna intempestuosa/intempestiva de las flores, y Alfredo pasa y Alfredo es un mon¨®gamo convencido, como tantos vascos y de por ah¨ª, y Alfredo me dice que su mujer le ha ayudado mucho en la vida y que tampoco ser¨ªa justo que ahora, por el premio y estas cosas, se dedicase a ligar en plan landismo. Pero no ser¨ªa en plan landismo, porque el landismo consiste o consist¨ªa precisamente en ligar a tumba abierta, siendo un particular, no siendo nadie.
-No te ha gustado la rebeca, Umbral.
. -Que me gusta mucho, Alfredo, que es muy bonita; que est¨¢ muy bien, que a ver si le pides a tu se?ora que me haga algo (le punto. ?Te ha hecho Verdes los dibujos, Alfredo?
- Claro que me los ha hecho., Estuvo en casa. Es un tipo cojonudo. Y adem¨¢s le da al mus, como yo. Es importante eso del mus, Umbral.
-?C¨®mo te definir¨ªas socialmente, Alfredo?
-Clase media.-?Fue el landismo una clase media?
-S¨ª.
-?Crees en la clase media espa?ola?
-Es la m¨¢s sufrida y la que me ha dado m¨¢s cosas.
-?Haces distinciones entre clase media y burgues¨ªa?
-Por supuesto. La burgues¨ªa es, ya, la clase dominante, la clase sin preocupaciones, a mi modo de ver, y la clase media est¨¢ luchando siempre.
-?Y el pueblo?
-El pueblo, claro, lo pasa a¨²n peor que la clase media, pero al pueblo no puede exig¨ªrsele que d¨¦ muchas cosas, porque no est¨¢ preparado; en cambio, a la clase media, s¨ª.
-?Somos un pa¨ªs de clases medias?
-Por supuesto.
(Alfredo Landa dice mucho "por supuesto", y lo dice sin jactancia. pero con una buena y hermosa voz a la que le ha quedado la marea baja de un madrile?ismo de pel¨ªcula de Mas¨®).
-?Por qu¨¦ no haces m¨¢s teatro?
-Lo que te dir¨¢n todos: por las dos funciones. No te dejan tiempo libre.
-?Y t¨², un hombre mon¨®gamo, para qu¨¦ quieres tanto tiempo libre?
-Para estar con los amiguetes, que para m¨ª son fundamentales, para tomamos algo, para andar por ah¨ª, yo qu¨¦ s¨¦.Tengo poca cultura, Umbral,y es m¨¢s que nada por vago.
-Las emociones de un landista que se llama Alfredo Landa.
-Hombre, por ejemplo, el d¨ªa que tuvimos el primer coche, y yo le dec¨ªa a mi mujer: "Mira, Mate, yo no s¨¦ si Henr y Ford habr¨¢ tenido alguna vez una emoci¨®n tan grande como ¨¦sta. Me parece que no".
-As¨ª como hubo en Hollywood el g¨¦nero de "los tel¨¦fonos blancos", t¨² creaste, Alfredo, el g¨¦nero de "los calzoncillos blancos". ?Volver¨ªas a hacerlo hoy?
-Por supuesto, y lo que haga falta. A m¨ª lo que me gusta es trabajar.
(El landismo era usar camiseta en toda ¨¦poca del a?o, estar enamorado de Mirta Miller o de alguna otra latinoch¨¦ pionera, o de Mar¨ªa Luisa San Jos¨¦; el landismo era que Mar¨ªa Luisa San Jos¨¦ se fugase con Pepe Sacrist¨¢n hacia un horizonte de inmobiliarias y c¨®modos plazos, mientras uno se quedaba tomando copas con el vecino m¨¢s solitario de la calle; el landismo era un querer abrirse paso a pie, a codazos, en ?seta, en vespino, como fuese: el landismo se hace adulto con Summers y se politiza con Bardem. El landismo, en fin, ¨¦ramos nosotros.)
A Mihura le llama "don Miguel". El puente era una hermosa novela corta de Daniel Sueiro, que se llamaba originalmente Solo de moto, y que quiz¨¢ sea lo mejor que Sueiro ha hecho en creaci¨®n literaria. Una superaci¨®n l¨ªrica del socialrealismo. Landa est¨¢ lleno de amor por la vida y las gentes, y as¨ª, mediante el amor (mayor alineaci¨®n), mejor que mediante el odio de clases, ha dado el personaje delibiano de Paco el Bajo. Ha comprendido intuitivamente que en ese amor pod¨ªa haber m¨¢s tragedia social que en todas las mirads de odio. "Yo, Umbral, como suelo decir, conozco al p¨¢jaro por la cagada". Pasados los a?os, hecha memoria, uno encuentra que su juventud no fu¨¦ un dandismo ni un yeye¨ªsino ni un progresismo ni un noventayochismo tard¨ªo. La juventud de uno, en Madrid, fue un landismo. Esto lo vemos ahora, de pronto, como a trav¨¦s de una galer¨ªa de espejos l¨²cidos y melanc¨®licos. El landismo, s¨ª, fuimos nosotros, y por eso le quiere uno a Alfredo Landa. (El ¨²nico, quiz¨¢, que se salv¨® del landismo).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.