La extradici¨®n de Firmenich a Argentina, condicionada a que la pena no supere 30 a?os
El Tribunal Supremo Federal de Brasil ha concedido a Argentina la extradici¨®n de Mario Eduardo Firmenich, m¨¢ximo dirigente de la organizaci¨®n armada peronista Montoneros, detenido hace cuatro meses en aquel pa¨ªs. Estaba reclamado por el Juzgado Federal n¨²mero 5 de Buenos Aires y hab¨ªa sido ordenado su procesamiento por el propio Gobierno democr¨¢tico, al ten¨¦rsele por presuntamente responsable de la organizaci¨®n de bandas armadas que coadyuvaron a la desolaci¨®n del pa¨ªs mediante secuestros, extorsiones y asesinatos.
El alto tribunal brasile?o condiciona la extradici¨®n a que Firmenich no sea condenado a m¨¢s de 30 a?os, pena m¨¢xima brasile?a en tiempos de paz, y las autoridades argentinas tienen un plazo de 60 d¨ªas para reclamar al prisionero.La justicia argentina le reclam¨® por seis presuntos delitos. La m¨¢xima corte brasile?a -por siete votos contra tres- ha otorgado la extradici¨®n por tres de ellos: los asesinatos del empresario Agust¨ªn Soldatti y su guardaespaldas, en 1979; el intento de asesinato, tambi¨¦n en 1979, del entonces secretario de Hacienda, Juan Alem¨¢n, y por el intento de secuestro de los empresarios hermanos Jorge y Juan Born, en 1975, en el que murieron dos de sus guardaespaldas. La corte brasile?a rechaz¨® imputaciones sobre asociaci¨®n il¨ªcita, posesi¨®n de armas y de documentaci¨®n falsa, por considerarlos delitos de car¨¢cter pol¨ªtico.
Firmenich, de 41 a?os, padre de dos hijos, de extracci¨®n ultraderechista y ultracat¨®lica, se erigi¨® en jefe de la izquierda revolucionaria peronista y l¨ªder del movimiento Montoneros, facilitando con su lucha armada el regreso de Per¨®n. ?ste termin¨® expuls¨¢ndolos de la plaza de Mayo, acus¨¢ndoles p¨²blicamente de practicar el infantilismo revolucionario, d¨¢ndose as¨ª comienzo a la guerra civil peronista entre los montos y la Triple A de Jos¨¦ L¨®pez Rega, que aboc¨® en el golpe de Estado militar que derrocar¨ªa a la viuda de Per¨®n.
Aunque la justicia argentina no le ha reclamado por esta causa, el crimen m¨¢s abyecto que se imputa a Firmenich es el asesinato a sangre fr¨ªa del teniente general Aramburu, ex presidente de la naci¨®n.
El Gobierno de Alfons¨ªn decidi¨® el procesamiento de los militares responsables de la guerra sucia contra la subversi¨®n, y como contrapeso orden¨® el procesamiento de l¨ªderes guerrilleros. Acaso en la esperanza de que no aparecieran jam¨¢s.
Firmenich se present¨® en R¨ªo de Janeiro con su documentac¨ª¨®n legal, y pr¨¢cticamente se dej¨® detener. No as¨ª su segundo, Fernando Vaca Narvaja, a¨²n en paradero desconocido.. Ambos publicaron en la Prensa porte?a, poco despu¨¦s de las elecciones de noviembre, anuncios reconociendo su error hist¨®rico y pol¨ªtico al patrocinar la lucha armada y admitiendo plenamente la nueva etapa democr¨¢tica argentina.
Su extradici¨®n y el proceso judicial subsiguiente en Buenos Aires consolidan por la izquierda el proceso a los militares que secuestraron y arrasaron el poder pol¨ªtico, pero para nada resultar¨¢ Firmenich un preso c¨®modo.
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