Protectorado
Seamos cient¨ªficos, como recomendaba ayer Vittorio Gassman a sus colegas de Rufuf¨². Esto no es una colonia. Entre otras razones porque subsisten extensos reductos de soberan¨ªa nacional donde todav¨ªa no han puesto el pie las multinacionales: desde las barrocas huertas naranjeras de Levante hasta el recio cerealismo hist¨®rico de la meseta, pasando por los ¨¢ridos latifundios del sur y los minifundios lujuriosos del norte.Lo contrario tampoco es cient¨ªfico. Porque la soberan¨ªa nacional ya no se mide por metros cuadrados propios, por la reciedumbre de sus fronteras o por la facultad de hacer maniobras militares en cualquier perdido rinc¨®n de la patria. El concepto de soberan¨ªa nacional tiene actualmente m¨¢s relaci¨®n con el registro de la propiedad industrial, la letra peque?a del derecho mercantil y la balanza de pagos que con el arte de la geopol¨ªtica, la filosof¨ªa de Hobbes, las doctrinas de Austin o los mapas del Ej¨¦rcito. Y no es posible sostener que sea una naci¨®n plenamente soberana con las cantidades industriales y posindustriales de marcas, sociedades, firmas, patentes, intereses, dependencias, royalties, contratos de asistencia, inputs y refrescos de cola que por ah¨ª andan sueltos.
Ahora una atractiva publicidad de la televisi¨®n anuncia la llegada de los japoneses, a la vez que los emiratos ¨¢rabes compran los negocios m¨¢s rentables de Ruiz-Mateos y la ATT, la ITT, la IBM, Nixdorf, Bull, Olivetti, Fujitsu y compa?¨ªa ser¨¢n las firmas encargadas de modernizarnos por la v¨ªa r¨¢pida, es decir, por el consumo salvaje de infordom¨¦sticos, como anta?o nos civilizamos por el consumo indiscriminado de electrodom¨¦sticos tambi¨¦n de sigla extranjera.
Pero si cient¨ªficamente no somos soberanos ni tampoco una colonia propiamente dicha, entonces qu¨¦. Est¨¢ claro: somos un luminoso y sensual protectorado. Y un protectorado sumamente original, esferoide, con una metr¨®poli que est¨¢ en todas las partes y su circunferencia en ninguna concreta. Ni siquiera un protectorado duro, con problemas de identidad, que para entretener el esp¨ªritu patri¨®tico est¨¢n los versos de la generaci¨®n del 27, las corridas de toros y el cabezazo de Maceda.
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