Lo verde empieza en el c¨¦sped
En los climas secos tambi¨¦n son posibles las praderas ornamentales
Las praderas de gram¨ªneas, los c¨¦spedes, forman parte de pr¨¢cticamente todos los jardines espa?oles: raro es aqu¨¦l que no cuenta con unos metros, pocos o muchos, rodeando la piscina o la vivienda. Y pese a todo, son muy pocos los que saben qu¨¦ labores deben realizar y c¨®mo, para mantenerla en buen estado. Hay que tener en cuenta el hecho de que la pradera requiere un alto contenido de humedad, tanto en el suelo como en la atm¨®sfera; que la nutrici¨®n debe estar asegurada para lograr la supervivencia de las miles de hierbas que se aprietan en pocos metros cuadrados; y por si fuera poco, la pradera debe mantenerse en un tama?o ideal para ofrecer buen aspecto, resistir el pisoteo y no desarrollarse excesivamente. Todo ello origina m¨¢s de un problema, que puede paliarse o resolverse con un buen mantendimiento.El aireado del c¨¦sped es una labor que normalmente se subestima; cierto que es pesada, pero no es menos cierto que produce muchos beneficios, principalmente la retirada de restos secos y el peinado de la hierba, dej¨¢ndola levantada. Asimismo se airea la capa inferior del c¨¦sped, que tiende a apelmazarse simplemente con el uso y el paso del tiempo. Lo ideal es airear y barrer el. c¨¦sped siempre que se pueda, aunque por lo menos deber¨ªa hacerse despu¨¦s de cada siega. Hay que emplear una escoba de abanico de pelos met¨¢licos, presionando lo justo para que ¨¦stos penetren en la alfombra de hierba.
Aireado superficial
Si se trata de un aireado o escarificado superficial del terreno, la herramienta a emplear es un rastrillo de puntas afiladas, llamado escarificador. Con ¨¦ste se consigue asurcar ligeramente la capa superficial del terreno, haci¨¦ndola m¨¢s permeable al agua y el aire.
La aireaci¨®n profunda del terreno conviene hacerla en oto?o mediante una horca aireadora o sacabocados. La operaci¨®n consiste, ni m¨¢s ni menos, en la extracci¨®n mediante esta herramienta de unos cilindros de tierra del tama?o de un cigarrillo o de un dedo me?ique (dependiendo de la herramienta empleada y de la dureza del terreno) y dejando, por tanto, unos agujeros en el suelo. Esta operaci¨®n airea la tierra en profundidad y permite que se esponje y se haga m¨¢s permeable. El complemento ideal en los suelos muy compactos es a?adir arena fina para rellenar estos huecos de manera que el suelo adquiera una textura m¨¢s suelta.
La siega puede damos m¨¢s de un quebradero de cabeza si nos paramos a considerar qu¨¦ cortac¨¦sped debemos elegir, c¨®mo hay que usarlo, qu¨¦ mantenimiento necesita y un sinfin de detalles m¨¢s. Como todo ello requerina mucho espacio, baste con estos consejos por el momento:
1. La elecci¨®n de un cortac¨¦sped depende fundamentalmente de la superficie a segar y de las pendientes que presente el terreno.
2. Las segadoras son m¨¢quinas simples y duras, pero no por eso hay que tratarlas a patadas; no debe forz¨¢rselas a segar hierba muy alta ni someterlas a esfuerzos prolongados.
3. La limpieza del cortac¨¦sped es esencial, aparte del mantenimiento mec¨¢nico de buj¨ªas, platinos, filtros y arranque.
Riego a discreci¨®n
Otro aspecto esencial es el riego, sobre el que hay numerosas confusiones y equivocaciones Quiz¨¢ la m¨¢s grave sea la que in dica la necesidad de regar todos los d¨ªas en verano: naturalmente eso depende de las zonas, la temperatura diuma que se alcance y otros factores. Pero lo que nc debe olvidarse nunca es que una pradera sometida a un riegc constante y a un pisoteo frecuen
te acaba por compactarse de tal forma que el suelo no posee la suficiente aireaci¨®n y termina por asfixiar las ra¨ªces. Por otra parte, con un riego frecuente, las ra¨ªces no necesitan buscar el agua en profundidad y se limitan a absorber la que encuentran en superficie. Ello quiere decir que cuando m¨¢s caliente el sol, esas ra¨ªces estar¨¢n m¨¢s expuestas a la sequ¨ªa y exigir¨¢n m¨¢s agua, lo que compactar¨¢, a su vez, el suelo.
Por todo esto, resulta preferible regar a fondo, de forma que se empapen bien los 20 primeros cent¨ªmetros de suelo; de esta forma, adem¨¢s, se puede conseguir un ahorro notable de agua (cosa importante) y tener una pradera bien implantada y m¨¢s r¨²stica que otra regada d¨ªa a d¨ªa con menos agua.
El riego puede hacerse con Manguera, claro es, pero esto tiene el inconveniente de desarraigar y tumbar la hierba, dos efectos perjudiciales que pueden evitarse con los aspersores y difusores, que proporcionan una lluvia fina y regularmente repartida. De ¨¦stos hay muchos modelos en el mercado, con diferentes alcances, distribuciones y recorridos y que trabajan con distintas presiones y caudales. Lo ¨²nico que hay que hacer es elegir.
Rulos y mantillo
?Conviene pasar el rulo o no? Como todas las cuestiones anteriores, ¨¦sta no puede responderse tajantemente. Si el suelo es pesado y arcilloso, el rulado est¨¢ contraindicado, pues lo compactar¨ªa m¨¢s. Por el contrario, si el suelo est¨¢ suelto, el rulado puede contribuir a asentarlo, si la operaci¨®n se lleva a cabo con regularidad. Si hay que pasarlo, lo ideal es hacerlo tras la siega (que siempre levanta algo la hierba), y nunca tras un riego o con un suelo muy h¨²medo. El rulado debe hacerse con un pis¨®n, rodillo o rulo, y preferiblemente con uno que pueda rellenarse con agua o arena y regular as¨ª la presi¨®n que ejerza.
Recebar con mantillo en oto?o incorpora elementos nutrientes al suelo, ofrece alguna protecci¨®n contra las heladas y puede contribuir a esponjar el suelo. Con todo, no parece necesario hacerlo a?o tras a?o, y en el caso (le suelos muy compactos conviene alternarlo con un recebado (le arena; en todo caso, hay que tener en cuenta que el exceso de nutrientes en el suelo supone riegos m¨¢s abundantes para que no se produzcan concentraciones que puedan resultar t¨®xicas para las plantas. Y de todas formas, el a?o en que no se recebe con mantillo se puede abonar con un fertilizante complejo equilibrado, del tipo 1-1-1, es decir, con el mismo contenido fertilizante de nitr¨®geno, f¨®sforo y potasio. (Las f¨®rmulas comerciales que se ofrecen son m¨²ltiplos de la indicada, generalmente 15-15-15, o incluso formulaciones m¨¢s elevadas, lo que ¨²nicamente indica que son m¨¢s concentrados).
Y finalmente, si tiene grandes superficies de praderas (por encima de los 1.500-2.000 metros cuadrados), recuerde que los consejos dados son para jardines dom¨¦sticos de poca entidad; las superficies m¨¢s grandes plantean ya otros- problemas, que hay que resolver de forma diferente, m¨¢s mecanizada y funcional.
Cortac¨¦spedes
Siendo ¨¦sta la herramienta m¨¢s cara del jardinero aficionado, es importante llevar a cabo un mantenimiento adecuado. Aseg¨²rese de que usa la gasolina (sola o mezclada con aceite en la proporci¨®n indicada) que precisa el motor. Limpie la carcasa y las cuchillas una vez terminada la siega utilizando un chorro de agua a presi¨®n si es necesario.
Mantenga las partes m¨®viles del cortac¨¦sped bien engrasadas y desmonte la buj¨ªa despu¨¦s de cada uso, limpiando los electrodos. Cada 20 o 24 horas no est¨¢ de m¨¢s revisar los platinos para asegurar un arranque perfecto. Asimismo limpie con frecuencia el filtro del aire de manera que se eliminen los restos m¨¢s groseros: esto alarga la vida del filtro y mejora el rendimiento de la m¨¢quina.
Como medida de precauci¨®n conviene tener a mano repuesto de cuchillas, de buj¨ªa y de platinos, as¨ª como un par de cables (acelerador o/y embrague), con sus correspondientes topes.
Por ¨²ltimo, si tiene una segadora el¨¦ctrica, compruebe regularmente el cable y los contactos, asegur¨¢ndose de que no puede producirse un cortocircuito, que ser¨ªa potencialmente peligroso.
Praderas alternativas
Si se trata de recubrir una superficie que no va a pisarse, pero no quieren utilizarse arbustos de mucho volumen, la ¨²nica soluci¨®n no es la pradera. Lo m¨¢s imaginativo y racional es utilizar plantas tapizantes, que ahorran agua y operaciones de mantenimiento, compiten en buenas condiciones con las malas hierbas y dan una aspecto distinto (y hasta florido, seg¨²n las especies) al terreno.
Para zonas de semisombra y sombra (precisamente aquellas en que los c¨¦spedes prosperan peor) utilice hiedras (Hedera helix o Hedera canariensis), hip¨¦ritos (Hypericum calycinum), vinca pervinca (Vnca minor) o pachisandra (Pachysandra tenninalis). En zonas soleadas, milenrama (Achillea millefolia), cerastio (Cerastium tonnentosum) y oreja de liebre (Stachys lanata). Todas ellas son de crecimiento escaso (menos de 40 cent¨ªmetros de altura) y, salvo la hiedra, todas dan flores muy aparentes. Por si fuera poco, sujetan bien las tierras, tupen bien y son muy aptas para taludes. Eso s¨ª: son m¨¢s caras de implantar que el c¨¦sped (aproximadamente el triple, aunque su mantenimiento es m¨¢s barato). Seg¨²n la rapidez de tapizado que se requiera y el tama?o de las plantas, pueden usarse entre cinco y 15 plantas por cada metro cuadrado.
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