La guerra en el cosmos

El editorial Un arma nueva, publicado por ese peri¨®dico el 14 de junio pasado, expresa una justa preocupaci¨®n en relaci¨®n con el experimento norteamericano sobre interceptaci¨®n de inisiles en el espacio c¨®smico. La continuaci¨®n de este tipo de pruebas llevar¨¢ a una nueva escalada en la carrera armamentista, en un campo cuya militarizaci¨®n representa un peligro para toda la humanidad.Estas pruebas contradicen el acuerdo sovi¨¦tico-norteamericano, firmado en 1972 y a¨²n vigente, y rompen de hecho ese acuerdo, base de todo el sistema de convenios sobre desarme. Es evidente la intenci¨®n de EE UU de despreciar, no s¨®lo los acuerdos bilaterales, sino la voluntad de toda la comunidad internacional, representada por la ONU, que ha aprobado una serie de resoluciones con vistas a prevenir la militarizaci¨®n del cosmos.

La URSS -que inaugur¨® la era c¨®smica- ha sido iniciadora de la mayor¨ªa absoluta de las proposiciones que han servido de base para estas resoluciones. A partir del a?o 1969, fecha en que, por iniciativa de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, se firm¨® un acuerdo multilateral sobre la prohibici¨®n de pruebas nucleares en tres medios, incluyendo el espacio c¨®smico, este pa¨ªs ha estado intentando insistentemente lograr la prohibici¨®n de la militarizaci¨®n del cosmos. En el a?o 1967 se lleg¨® a un acuerdo sobre los principios de actividad de los Estados en el campo de la investigaci¨®n del espacio c¨®smico, incluyendo la Luna y otros cuerpos celestes. En el mismo se evidencia la obligatoriedad de no llevar al cosmos armas de exterminio de masas y realizar investigaciones s¨®lo con fines pac¨ªficos. El conjunto de acuerdos SALT I, del a?o 1972, entre la URSS y EE UU tambi¨¦n reflej¨® estos requisitos. En el a?o 1981, la URSS propuso en la ONU la prohibici¨®n de emplazar en el espacio c¨®smico armas de cualquier tipo.

En la actual situaci¨®n adquiere una importancia especial la oferta de la URSS, presentada en la ONU en el a?o 1983, de firmar un acuerdo sobre la prohibici¨®n del uso de la fuerza en el espacio c¨®smico y desde el cosmos contra la Tierra. Tambi¨¦n el a?o pasado la URSS declar¨® de forma unilateral una moratoria para no llevar al espacio el arma antisat¨¦lite, mientras otros Estados, y entre ellos EE UU, se abstengan de hacerlo.

La URSS expres¨® su plena disposici¨®n a comenzar inmediatamente conversaciones oficiales para lograr un acuerdo en el conjunto de los problemas de desmilitarizaci¨®n del espacio c¨®smico. "Quisiera subrayar una vez m¨¢s: hay que ponerse de acuerdo sobre estas cuestiones inmediatamente, mientras no se ha dado un nuevo paso de consecuencias imprevisibles en la carrera del armamento c¨®smico. Ma?ana podr¨ªa ser tarde", ha expresado Konstant¨ªn Chernenko respondiendo a las preguntas del periodista John Kingsbery Smith. Teniendo en cuenta, pues, todos estos esfuerzos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica por evitar la militarizaci¨®n del cosmos, no parece justo equiparar esta actitud a la de EE UU, como hace el editorialista cuando concluye que "las dos superpotencias tienden a perpetuar un di¨¢logo en el que no cabe discernir una suficiente voluntad de disipar esas ominosas amenazas que se ciernen sobre la humanidad".-

General mayor sovi¨¦tico.