La llegada de lord Carrington a la OTAN, un factor de distensi¨®n para la Alianza
La presencia de lord Carrington al frente de la secretar¨ªa general de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) supone una r¨¢faga de aire fresco en la cada d¨ªa m¨¢s tensa Alianza, a juicio de pr¨¢cticamente todos los observadores, sean norteamericanos o europeos. Peter Carrington, ex ministro de Asuntos Exteriores brit¨¢nico y destacado miembro del Partido Conservador, llega a Bruselas precedido de una s¨®lida fama como negociador y con un profundo conocimiento tanto de la pol¨ªtica estado. unidense como de la de los aliados europeos.
Lord Carrington, que tom¨® ayer posesi¨®n de su cargo en un acto celebrado en la capital belga, sustituye a Joseph Luns, ex ministro de Asuntos Exteriores holand¨¦s, que ha permanecido 13 a?os al frente de la secretar¨ªa general de la OTAN. Luns, que lleg¨® a la Alianza en un momento de potencia y unidad, tuvo pro blemas para adaptarse a las tensiones que surgieron posteriormente y lleg¨® en algunos casos a pronunciarlas, con una actitud esencialmente partidaria de las tesis de Washington. Sus cinco ¨²ltimos a?os en el cuartel general de Evere pasar¨¢n probablemente a la historia de la Alianza como los m¨¢s complicados, tanto por el deterioro de las relaciones Este-Oeste como por las tensio nes que surgieron entre sus miembros (Estados Unidos y Europa, en t¨¦rminos generales, pero tambi¨¦n entre Grecia y Turqu¨ªa). Luns fue asumiendo el mismo talante de dureza verbal que Washington, y algunas delegaciones ante la Alianza no ocultaron su desagrado por este hecho. Lord Carrington se ha apke.surado, por el contrario, a hacer profesi¨®n de fe de la distensi¨®n y a expresar su esperanza en ¨¹r¨ªa mejora de relaciones con Mosc¨². En unas declaraciones a la BBC, momentos despu¨¦s de su toma de posesi¨®n, el nuevo secretario general afirm¨® que se hab¨ªa exagerado la desuni¨®n entre los miembros de la OTAN y que una de sus tareas principales ser¨¢ el explicar en Estados Unidos que los miembros europeos de la Alianza "hacen m¨¢s por su defensa de lo que muchos norteamericanos creen". Carrington matiz¨® que los europeos, por su parte, deber¨ªan proseguir su esfuerzo para alcanzar los niveles presupuestarios que exige la defensa de Occidente.El secretario general, que dimiti¨® como ministro de Asuntos Exteriores brit¨¢nico a principio de la crisis de las Malvinas, pero que sigue siendo considerado en el Reino Unido como el elemento m¨¢s valioso con que ha contado Margaret Thatcher desde que alcanz¨® el Gobierno, estim¨® improbable que se reanuden las negociaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica antes de las elecciones presidenciales norteamericanas, el pr¨®ximo mes de noviembre. Lord Carrington reconoci¨® que se estaba atravesando un "per¨ªodo muy malo" en las relaciones Este-Oeste, pero record¨® que el deterioro se inici¨® por culpa de dos acciones de Mosc¨²: la invasi¨®n de Afganist¨¢n y los sucesos de Polonia. El nuevo secretario general de la OTAN a?adi¨® que en 1985 quiz¨¢ sea posible iniciar una nueva etapa de di¨¢logo con los sovi¨¦ticos "si ¨¦stos sienten de nuevo la necesidad de negociar con nosotros".
La presencia de lord Carrington en Bruselas constituye tambi¨¦n un motivo de alivio para el Gobierno socialista espa?ol. El ex ministro brit¨¢nico fue el art¨ªfice de la declaraci¨®n de Lisboa sobre Gibraltar, y fue siempre un hombre flexible partidario de negociar con Madrid, sin que ello quiera decir que propugne una devoluci¨®n del Pe?¨®n. Carrington visit¨® recientemente Espa?a, dentro de una gira de exploraci¨®n antes de hacerse cargo de la secretar¨ªa general. En Madrid, Peter Carrington conoci¨® de forma directa los proyectos del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez respecto al refer¨¦ndum sobre la Alianza.
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