Un comit¨¦ especial se encarga de promover la uni¨®n politica de Europa y las reformas de la CEE que implican esa tarea
Los 10 jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad Econ¨®mica Europea adoptaron en Fontaineblau un procedimiento para tratar de reforzar la Uni¨®n Europea en su dimensi¨®n pol¨ªtica e institucional. As¨ª, un comit¨¦ espec¨ªfico, compuesto por representantes nombrados directamente por los jefes de Estado y de Gobierno ha de discutir los diversos proyectos, algunos de los cuales est¨¢n ya sobre la mesa, e informar en el curso del pr¨®ximo semestre. Este sistema de trabajo se inspira en el del Comit¨¦ Spaak, que llev¨® finalmente, en 1955, a la Conferencia de Messina, bajo cuyo impulso se lleg¨®, en 1957, a la firma de] Tratado de Roma, texto fundacional de la CEE.
As¨ª, sigue en vigor la idea del presidente franc¨¦s, apoyada en Fontainebleau por el primer ministro italiano, Bettino Craxi, de convocar eventualmente una conferencia especial al m¨¢s alto nivel para debatir la Uni¨®n Europea.En este contexto, este comit¨¦ espec¨ªfico ha de discutir la vuelta progresiva al sistema de decisiones por mayor¨ªa en la CEE, que Francia ha intentado volver a imponer en sus seis meses de presidencia del Consejo de la Comunidad, con objeto de poder escapar a la norma de la unanimidad de los ¨²ltimos a?os. En Fontainebleau, los diez discutieron asimismo de la renovaci¨®n de la Comisi¨®n Europea y de su nuevo presidente, ya que Thorn acaba su mandato este a?o. No llegaron finalmente a un acuerdo ni sobre este punto ni sobre el n¨²mero de comisarios -?uno por pa¨ªs o dos para los pa¨ªses grandes?- que han de integrar este ¨®rgano colegiado. La presidencia irlandesa de la CEE, que comenzar¨¢ el 1 de julio, tendr¨¢ que proponer, tras las consultas necesarias, un nombre y un n¨²mero en las pr¨®ximas semanas.
Dos hechos fundamentales han resurgido de los resultados de la cumbre de Fontainebleau, concluida con ¨¦xito en la tarde del martes: la CEE no funciona sin la coordinaci¨®n del tri¨¢ngulo Bonn-Par¨ªs-Londres, y los diez, a pesar de concepciones divergentes sobre lo que ha de ser la Comunidad Europea, parecen dispuestos a reforzar sus lazos y a dar un salto adelante en la integraci¨®n europea. Asimismo, tras la abstenci¨®n generalizada en las ¨²ltimas elecciones directas al Parlamento Europeo, es necesario, como indic¨® ayer en Bruselas el presidente de la Comisi¨®n Europea, "dar a los ciudadanos una Europa de los hechos concretos".
?Puro teatro?
Cabe a¨²n la duda de si todo lo que pas¨® en Fontainebleau fue puro teatro entre Mitterrand, Thatcher y Kohl, y si medi¨® o no un pacto previo entre ellos. Los preparativos fueron llevados a cabo en sumo secreto. Y la soluH¨®n al problema de la contribuci¨®n brit¨¢nica al presupuesto de la CEE lleg¨®, finalmente, con una facilidad sorprendente. A pesar del juego p¨²blico franc¨¦s, estaba claro que sin resolver este tema ninguno de los proyectos de futuro pod¨ªa prosperar. En cualquier caso, esta soluci¨®n durar¨¢ tanto como los nuevos recursos financieros de la CEE, y ¨¦stos no durar¨¢n mucho.
La cumbre decidi¨® -falta la ratificaci¨®n de los Parlamentos nacionales- aumentar la parte de estos recursos que aproximadamente corresponde a una parte de la base imponible del impuesto sobre el valor a?adido (IVA) en los diez, del 1% actual al 1,4% a m¨¢s Lardar a partir de 1986. Entretanto, se encontrar¨¢n f¨®rmulas para cubrir durante este a?o y el siguiente los agujeros del presupuesto. Este aumento de los llamados recursos propios de la CEE es necesario dada, por una parte, la crisis financiera de la Comunidad -provocada por el auge del gasto agr¨ªcola- y dada la necesidad de acoger a Espa?a y a Portugal. Pero, seg¨²n fuentes de la Comisi¨®n Europea, este nuevo techo del 1,4 se alcanzar¨¢ ya en 1986 (o 1987/88 seg¨²n Mitterrand), con lo que de nuevo la batalla interna en la CEE podr¨ªa pronto reanudarse. Al menos se ha ganado un respiro. De hecho, la cumbre acept¨® ya el principio de aumentar el techo a 1,6 % en 1988, siempre que haya unanimidad para ello, y siempre que lo vuelvan a ratificar los Parlamentos.
El comunicado final de Fontainebleau no menciona las nuevas pol¨ªticas comunitarias, aunque s¨ª la Europa de las peque?as cosas. Pero la coordinaci¨®n de la investigaci¨®n y el desarrollo de las tecnolog¨ªas de punta a nivel comunitario, las telecomunicaciones, la biotecnolog¨ªa y la industria espacial, resaltadas por Mitterrand en su conferencia de prensa, desaparecen del texto.
Es de suponer que otro comit¨¦ espec¨ªfico, mencionado en el comunicado, se ocupar¨¢, junto con los Consejos de Ministros especializados, de lanzar esta nueva dimensi¨®n europea del futuro. Pues aunque el pasaporte europeo, la constituci¨®n de un equipo deportivo en la CEE, y otras "peque?as cosas" como las llama Thorn, son psicol¨®gicamente importantes, no bastan.
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