La deuda
Los m¨¢s de 300.000 millones de d¨®lares de la deuda exterior de Am¨¦rica Latina son algo m¨¢s que un problema privativo de esos pa¨ªses. M¨¢s a¨²n: no es en absoluto una desgracia que aflige a los habitantes de esos pa¨ªses. Su dimensi¨®n, tendente al crecimiento por efecto de.la subida de los tipos de inter¨¦s y la imposibilidad de pagar, transmuta este desequilibrio econ¨®mico en un fen¨®meno de vac¨ªo. Los acreedores son, en tanto ostentan esa condici¨®n, los amos, pero s¨®lo lo son en la proporci¨®n en que su potencial bocado abarca una parte de nuestros bienes. Nuestros bienes son as¨ª su bot¨ªn y su nutrici¨®n tanto como nuestra defensa. ?Qu¨¦ pasa, sin embargo, cuando la magnitud de su derecho agota todas nuestras propiedades, allana el patrimonio y frente a frente s¨®lo queda la mirada pulida del deudor y el insaciable rigor del cr¨¦dito?Arrasados nuestros ahorros, agotada la producci¨®n de las minas, enajenadas las ¨²ltimas camadas, subastados los enseres, ?qu¨¦ resta despu¨¦s? S¨®lo la propia condici¨®n de cuerpos vivos donde reside quiz¨¢ un esp¨ªritu capaz de ser expol¨ªado como un brillo. El alma nacional, la dignidad, el insomnio.
Un colosal vac¨ªo se abre en el mundo con la deuda de los pa¨ªses latinoamericanos al estilo de un poderoso ¨¢mbito de antimateria. Lo que est¨¢ sucediendo no es tan s¨®lo un desequilibrio econ¨®mico. La pobreza se puede representar en productos baratos, en suciedad, en basuras, en la promiscuidad de la pobreza o de los excrementos. Todo esto es todav¨ªa material de intercambio. El fen¨®meno salta, sin embargo, de categor¨ªa cuando frente a la voluntad de la deuda s¨®lo existe la respuesta del vac¨ªo. Es decir, cuando las leyes de la pol¨ªtica ecoh¨®rnica son abatidas por las leyes de la astroffisica.
Como el reh¨¦n, conel efecto Estocolmo, pasa al lado del secuestrador, el deudor, llegado a su despojo extremo, pasa del lado del prestamista. El cautivo es una sola unidad en la que se se hunden hechos masa el acreedor y su v¨ªctima; el crimen y el castigo como una ecuaci¨®n reversible. He aqu¨ª el l¨ªmite al que ha llegado el mundo. Frontera fatal en el que se ha impuesto, desasi¨¦ndose de la raz¨®n y la vieja moral, el imperio de la nueva f¨ªsica y la biolog¨ªa.
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