Piratas en el sureste asi¨¢tico
Un programa internacional trata de erradicar la pirater¨ªa en el golfo de Siam
No abordan galeones repletos de oro, ni saquean ciudades coloniales. Sus presas son barcos indefensos, sobrecargados con hombres, mujeres y ni?os, con ancianos y enfermos a bordo, carentes de agua y comida y que navegan a merced de los elementos. Los piratas del golfo de Siam y del mar del Sur de China buscan sus v¨ªctimas entre los despose¨ªdos, entre los millares de refugiados del sureste asi¨¢tico, a los que se bautiz¨® como boat people.
Doce pa¨ªses de Europa occidental y Norteam¨¦rica, adem¨¢s de Jap¨®n, colaboran desde hace dos a?os con las Naciones Unidas y el Gobierno tailand¨¦s en un programa internacional destinado a erradicar la pirater¨ªa. Los resultados han sido m¨¢s bien modestos, igual que las contribuciones econ¨®micas de los pa¨ªses donantes, que en varios casos son de s¨®lo 100.000 d¨®lares (unos 15 millones de pesetas)a1a?o.
Desde 1975, centenares de miles de personas han salido de Vietnam y otros pa¨ªses del sureste asi¨¢tico, en uno de los mayores ¨¦xodos de la historia moderna. Muchos de ellos huyeron por mar, a bordo de fr¨¢giles lanchas y viejos barcos pesqueros, sin ning¨²n tipo de instrumentos de navegaci¨®n y hasta sin motor en algunos casos. Se calcula que medio mill¨®n de personas llegaron as¨ª a las costas de Tailandia, Singapur, Malasia, Indonesia, Hong Kong e incluso Australia. Nunca se sabr¨¢ cu¨¢ntos se perdieron en el mar.
Lo que s¨ª se conoce es la odisea que buena parte de ellos tuvo que sufrir a lo largo de su azaroso viaje. En 1981, por ejemplo, el 77% de los barcos de refugiados que llegaron a costas tailandesas hab¨ªa sido atacado por los piratas. En 1982, el porcentaje se redujo al 65%, y el a?o pasado las embarcaciones asaltadas fueron el 52%. Cifras similares, siempre seg¨²n datos de los refugiados y de organismos internacionales, se han venido registrando en otros puntos de destino del boat people.
En la mayor¨ªa de estos incidentes los funcionarios de organizaciones humanitarias encargados de hacer el inventario de los actos de pirater¨ªa en el golfo de Silam escriben a un lado las iniciales "R. P. M." (rape, pillage, murder), equivalentes a "violaci¨®n, saqueo y asesinato". Junto a los secuestros, ¨¦stos son los delitos m¨¢s habituales de los piratas del sureste asi¨¢tico.
En 1981 se denunciaron 489 violaciones y 469 asesinatos s¨®lo entre los refugiados que llegaron a Tailandia. El a?o siguiente las cifras fueron menos dram¨¢ticas (174 violaciones y 155 muertos), pero esta tendencia descendente, que sigui¨® en 1983, parece haberse roto en el presente a?o. Durante los cuatro primeros meses de 1984, el 48% de los barcos de refugiados con rumbo a Tailandia fue atacado, y los piratas causaron 60 muertos y efectuaron 39 violaciones.
La pirater¨ªa ha sido un fen¨®meno habitual en el mar del Sur de China desde hace siglos. Pero entre las caracter¨ªsticas especiales de estos piratas de nuestra ¨¦poca est¨¢n el que busquen sus v¨ªctimas entre refugiados pobres e indefensos, el que no mantengan una actividad constante, sino muy espor¨¢dica, y lo escaso y pobre de su armamento: machetes, hachas, barras de hierro e incluso martillos.
"Est¨¢ claro que se trata de pescadores que se aprovechan de las circunstancias, de encontrar barcos indefensos tripulados por gentes perseguidas y asustadas. Una vez cometido su crimen, vuelven a sus faenas de pesca como si tal cosa", coment¨® a EL PAIS en Bangkok un funcionario de las Naciones Unidas.
El mito de que los refugiados que huyen de Vietnam van carga dos de joyas, piedras preciosas y taeles de oro est¨¢ muy extendido entre los pescadores y habitantes de las costas del sureste de Asia Hubo algunos casos, efectivamente, entre refugiados de la minor¨ªa ¨¦tnica china que sorprendieron a los aduaneros de los pa¨ªses de asilo cuando declararon al llegar elevadas cantidades de oro y d¨®lares norteamericanos. Pero la inmensa mayor¨ªa son pobres que en muchos casos han tenido que invertir sus escasas pertenencias en sobornar a polic¨ªas y funcionarios para poder salir del pa¨ªs.
"El saqueo de los refugiados vietnamitas recuerda, en cierto modo, al que sufrieron los supervivientes de la Armada Invencible espa?ola en las costas de Irlanda", se?ala un europeo que trabaja para la oficina de la Alto Comisar¨ªa de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR), organismo que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1981. Evidentemente, ha habido tambi¨¦n casos de pescadores que proporcionaron a los refugiados agua, comida y combustible, muchas veces sin pedir nada a cambio.
En c¨ªrculos cercanos a la UNHCR se piensa que en los momentos en que el ¨¦xodo fue masivo, como en 1977 y 1978, algunos Gobiernos otorgaron una semilicencia t¨¢cita a estos pescadores-piratas para que, con sus ataques, frenaran el continuo flujo de refugiados. Varios pa¨ªses de la zona se han quejado de la escasa sensibilidad de las naciones ricas de Occidente ante esta tragedia y, en casos como el de Tailandia, se ven en serias dificultades para alimentar a los cientos de miles de refugiados que esperan en campos de internamiento, a veces durante a?os, a que otro pa¨ªs los acoja.
La xenofobia es, asimismo, un factor a tener en cuenta. En Bangkok no es dificil encontrar a personas que se declaran indignadas ante esta "invasi¨®n" que les llega por tierra y mar. "Nosotros tambi¨¦n somos pobres. ?Por qu¨¦ no se hacen cargo de ellos los norteamericanos, que tanto tuvieron que ver en la guerra de Vietnam?", se preguntaba un comerciante de Surawongse Road. Las narraciones de los supervivientes de estos ataques son espeluznantes. La mayor¨ªa de los barcos ha sido asaltada m¨¢s de una vez, y hasta 10 veces seguidas en algunos casos. Cuando los piratas encontraban que sus v¨ªctimas ya hab¨ªan sido despose¨ªdas de todos los objetos de valor se enfurec¨ªan y descargaban su c¨®lera contra los refugiados. Muchas personas fueron arrojadas por la borda con las manos atadas y hasta se lleg¨® a cortar los dedos a aquellos que no pudieron quitarse los anillos de oro. Las mujeres j¨®venes fueron violadas repetidamente en presencia de sus familiares. Los piratas pudieron incluso establecer una base en la isla de Kra, donde somet¨ªan a un r¨¦gimen de esclavitud a las mujeres secuestradas.Programa antipirater¨ªa
Para luchar contra estos actos de barbarie, la Alta Comisar¨ªa de las Naciones Unidas para los Refugiados pidi¨® ayuda internacional. El programa antipirater¨ªa se inici¨® en junio de 1982, con la participaci¨®n econ¨®mica de 12 naciones y la colaboraci¨®n del Gobierno tailand¨¦s. Los fondos iniciales fueron de 3.600.000 d¨®lares, provenientes de donaciones de Australia, Canad¨¢, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, Jap¨®n, Noruega, Reino Unido, Rep¨²blica Federal de Alemania y Suiza.
Los fondos se invirtieron esencialmente en comprar lanchas r¨¢pidas y aviones de reconocimiento para la Marina tailandesa, que pudo a s¨ª mejorar su vigilancia del golfo de Siam. Actualmente, los vuelos de reconocimiento duran ocho horas diarias y se ha comprobado en varias ocasiones que una simple pasada rasante sobre un barco pirata basta para hacerle alejarse de su presa. Otro sistema especialmente ¨²til ha sido la utilizaci¨®n de barcos camuflados que se ponen como cebo y que, en vez de refugiados, llevan a bordo soldados tailandeses que esperan el abordaje de los piratas. La isla de Kra cuenta ahora con un destacamento permanente de marines, para impedir que los piratas la utilicen como base.
La disminuci¨®n del ¨¦xodo vietnamita en los ¨²ltimos a?os y este programa antipirater¨ªa, con efectos esencialmente disuasorios, han hecho descender de forma notable los incidentes en cifras absolutas. Pero la represi¨®n de la pirater¨ªa ofrece resultados m¨¢s bien pobres. Seg¨²n un funcionario internacional, desde 1979 s¨®lo se ha detenido a 53 pescadores bajo la acusaci¨®n de atacar barcos de refugiados. De ellos, 27 fueron juzgados y condenados, algunos hasta 25 a?os de prisi¨®n.
"No podemos decir que el programa antipirater¨ªa haya sido un gran ¨¦xito, pero es mejor que nada", se?al¨® el funcionario. El programa se renov¨®, por un a?o m¨¢s, en junio de 1983, aunque esta vez con menor presupuesto -2.600.000 d¨®lares- y sin la participaci¨®n de Holanda. Y posiblemente ser¨¢ ampliado por otro a?o, o al menos eso se esperaba hace unas semanas en la oficina de la UNHCR en Bangkok.
Este organismo ofrece tambi¨¦n a las v¨ªctimas de los ataques piratas asesor¨ªa jur¨ªdica para que presenten demandas en los tribunales contra sus agresores. Pero muchas se niegan a hacerlo, por temor a posibles represalias y por no complicar su situaci¨®n en el pa¨ªs de asilo. La represi¨®n total y efectiva de la pirater¨ªa necesitar¨ªa una acci¨®n policial eficaz no s¨®lo en el mar, sino en tierra, para localizar y detener a los culpables, en opini¨®n de un funcionario internacional que trabaja en este tema. "Y esto es un asunto interno que s¨®lo los Gobiernos de los pa¨ªses de asilo pueden resolver".
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