El transfondo de la pol¨¦mica sindical en un conflicto que no fue espont¨¢neo
La huelga -que no fue espont¨¢nea- tuvo una gran influencia en el movimiento obrero del Baix Llobregat y su organizaci¨®n clandestina. Fue motivo de una fuerte pol¨¦mica entre las dos organizaciones m¨¢s, fuertes de entonces: CCOO, controlada por el Partit Socialista Unificat (PSUC), y las Comisiones de Barrio y de F¨¢brica, controladas por Bandera Roja (BR). El PSUC contaba con gran presencia en algunas f¨¢brica como Siemens y Laforsa, pero se encontraba alejado de las formas de lucha sindical que impulsaban las nuevas comisiones.Mientras BR defend¨ªa la extensi¨®n de la huelga "como una mancha de aceite" a trav¨¦s de los piquetes de trabajadores de Elsa, el PSUC desconfiaba y tem¨ªa que se llegase a "una huelga desastre" que quemase lo conseguido hasta entonces en el movimiento obrero comarcal. El secretario general del PSUC, Gregorio L¨®pez Raimundo, decant¨® la balanza y sus compa?eros de Siemens, encabezados por el l¨ªder sindical hist¨®rico Juan Ramos Camarero -hoy en el Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC)- impulsaron la huelga general, elemento que fue decisivo para generalizar la protesta.
Formalmente, la huelga general fue convocada a trav¨¦s de la Uni¨®n de T¨¦cnicos y Trabajadores (UTT) del Metal, en una asamblea amplia de delegados. Emilio Garc¨ªa, actual secretario general comarcal de CCOO, y Paco Arias, trabajador de Pirelli y destacado dirigente de Cristianos por el Socialismo, hicieron el llamamiento formal a la huelga el 4 de julio, despu¨¦s de haberlo acordado la v¨ªspera una comisi¨®n reducida de los tres comit¨¦s que actuaban en el conflicto: el de Elsa, que era el que marcaba el tono del enfrentamiento, el de CC OO y Comisiones de Barrio y de F¨¢brica, y un comit¨¦ de personas cuyo protagonismo en la huelga fue fundamental. Entre ellas se encontraban el escritor Ignasi Riera, el periodista Manuel Campo Vidal, Ignasi Subirats, Marta Farr¨¦s, Pere Caldas;, tambi¨¦n participaron activamente el desaparecido Alfons Carles Com¨ªn, el jesuita Juan N. Garc¨ªa Nieto y Jordi Borja.
Un mes antes de la huelga, el 5 de junio de 1974, Rodolfo Mart¨ªn Villa hab¨ªa tomado posesi¨®n como gobernador civil de Barcelona. Hab¨ªan pasado s¨®lo cuatro meses del esp¨ªritu del 12 de febrero de Arias Navarro y seis del asesinato de Carrero. Franco, aquejado de flebitis, dej¨® de presidir el Consejo de Ministros el d¨ªa 10. Fue entonces cuando 170 trabajadores de Solvay se encerraron en el monasterio de Monserrat para exigir una entrevista con Mart¨ªn Villa, quien finalmente la concedi¨®. Al dirigirse al comit¨¦ de huelga, Mart¨ªn Villa pronunci¨® una frase para recordar: "Dejaos de historias. Ya sab¨¦is que yo procedo del sindicalismo, as¨ª que o desconvoc¨¢is la huelga o mando a la fuerza p¨²blica".
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