El 'ticket' dem¨®crata
EN LA convenci¨®n del Partido Dem¨®crata, que se va a reu nir en San Francisco el 16 de julio, el ambiente no podr¨¢ ser excesivamente optimista. Todos los sondeos indican una superioridad de Reagan sobre Mondale, la persona que con toda seguridad ser¨¢ designada como candidato a la presidencia del Partido Dem¨®crata. Es m¨¢s, a lo largo del mes de junio la diferencia entre Reagan y Mondale, seg¨²n los c¨¢lculos del Instituto Gallup, se ha agrandado bastante en beneficio del primero. A lo largo de las eleccio nes primarias y de los caucuses que se han celebrado en los diversos Estados, el electorado dem¨®crata ha ido eliminando a los candidatos que ten¨ªan una significaci¨®n m¨¢s netamente conservadora o moderada, como Glenn o Agnew, lo cual ha dejado el terreno m¨¢s libre para que el enorme peso que tiene en Estados Unidos la mentalidad tradicional, la invocaci¨®n de la grandeza de Am¨¦rica y de su misi¨®n en el mundo, se polarice hacia el voto republica no, o sea, en favor de Reagan. En cuanto a Mondale, su fuerza dimana principalmente del aparato del Partido Dem¨®crata, del apoyo que le da la mayor¨ªa de los caciques de ¨¦ste, de los arreglos que ha hecho con las direcciones de los sindicatos. Mondale es sobre todo un h¨¢bil maniobrero de pasillo, de gabinete. Todo ello es, sin duda, muy eficaz para ganar las primanas, pero la batalla de las elecciones presidenciales del pr¨®ximo noviembre es otra cosa. El se gundo candidato dem¨®crata, Hart, fue la gran sorpresa; sin embargo, el aparato del partido logr¨® frenar su despe gue y derrotarle. Hart era capaz de oponer a la idea tradicional de Estados Unidos no simplemente las reivindicaciones corporativas de unos u otros sectores, sino ideas nuevas, una concepci¨®n original del papel hist¨®rico de Es tados Unidos para preparar el futuro, la entrada en el siglo XXI. Parece obvio que Hart hubiese dado al Partido Dem¨®crata unas posibilidades superiores en la contienda de noviembre; hubiese colocado la batalla en un terreno nuevo, despertando ilusiones en esos sectores decepcionados y pasivos pol¨ªticamente que constituyen la mayor¨ªa de la poblaci¨®n norteamericana. El caso de Jackson tiene sobre todo la significaci¨®n de una acci¨®n pol¨ªtica a largo plazo: si el pastor Luther King signific¨® la lucha por la igualdad pol¨ªtica civil, Jackson est¨¢ conquistando el derecho de la poblaci¨®n negra a desempe?ar un papel en la direcci¨®n del pa¨ªs. Un presidente o un vicepresidente negro no aparece hoy como perspectiva inmediata, pero s¨ª se inscribe en un horizonte no lejano.El funcionamiento del Partido Dem¨®crata determina como algo seguro que la convenci¨®n de San Francisco elegir¨¢ a Mondale como candidato a la presidencia. Y por ello la principal batalla en la actualidad gira en torno a quien ser¨¢ el vicepresidente en el ticket dem¨®crata. En ese orden simplificando las cosas, se presentan tres posibilidades: una mujer, Hart y otra personalidad susceptible de ganar votos en el Sur y en el Oeste, las zonas en las que Mondale es particularmente d¨¦bil. La designaci¨®n de una mujer tendr¨ªa en s¨ª una significaci¨®n hist¨®rica: demostrar¨ªa la erosi¨®n de los tab¨²es sexistas en zonas decisivas de la sociedad norteamericana. Mondale ha dado a entender que est¨¢ estudiando esa eventualidad de designar a una mujer para la vicepresidencia, pero la reacci¨®n del movimiento feminista, y en particular de la Organizaci¨®n Nacional de Mujeres -que cuenta con unas 400 delegadas en la convenci¨®n de San Francisco-, ha sido anunciar que presentar¨¢ tal designaci¨®n como una exigencia absoluta. Ello puede dar lugar a fuertes enfrentamientos en la convenci¨®n y, m¨¢s en general, en el seno del Partido Dem¨®crata. Porque desde un ¨¢ngulo exclusivamente electoral (y es el ¨²nico criterio que rige cuando se designa al candidato para vicepresidente) Mondale tiene ya hoy un porcentaje de votos muy superior entre las mujeres que entre la poblaci¨®n masculina; es decir, una mujer en el ticket dem¨®crata significar¨ªa m¨¢s bien dar satisfacci¨®n a un electorado b¨¢si camente convencido, y no tanto la conquista de nuevos electores.
La coincidencia en una misma candidatura de Mondale y Hart tendr¨ªa la ventaja evidente de demostrar la unidad del Partido Dem¨®crata frente a Reagan. Existe adem¨¢s entre ellos una convergencia real en muchas cuestiones pol¨ªticas, en particular en el apoyo a la congelaci¨®n de los arsenales nucleares y en una pol¨ªtica exterior contraria a los extremismos prepotentes y agresivos que caracterizan en muchos aspectos la actitud de Reagan ante los problemas mundiales. Sin embargo, es muy probable que, para Hart, el problema m¨¢s importante en la actualidad sea situarse en la perspectiva de las elecciones de 1988. Entonces, cuando termine la etapa de Reagan, quiz¨¢ llegue la oportunidad para que Estados Unidos se presente ante el mundo con ideas nuevas de verdad.
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