Victoriano Cisneros Moreno
Un emigrante, en huelga de hambre desde hace 28 d¨ªas para pedir la custodia de sus hijos
Victoriano Cisneros Moreno, de 35 a?os, mec¨¢nico emigrado a Francia y ex seminarista, lleva cuatro semanas encerrado en su domicilio sin probar alimento alguno, con el fin de presionar a las autoridades judiciales para que le concedan la custodia de sus dos hijos, de tres y ocho a?os, que actualmente residen con su madre en Par¨ªs. Victoriano se encuentra hoy confinado en su piso del barrio madrile?o de Aluche para protestar por el hecho de que la sentencia de separaci¨®n matrimonial, que se ha dictado en fecha reciente, no haga alusi¨®n a la custodia de los dos ni?os.
Cisneros, que empez¨® su trabajo en Francia como mec¨¢nico, desarroll¨® luego actividades empresariales y lleg¨® a introducir en el mercado franc¨¦s cajas de caudales, una plastificadora de documentos y un botellero modular, todo de fabricaci¨®n espa?ola. Ahora se cree obligado a protagonizar una huelga de hambre para reclamar de su esposa y de los jueces lo que ¨¦l considera la "¨²nica raz¨®n de mi vida".Su primera intenci¨®n fue realizar este acto de denuncia en la v¨ªa p¨²blica, en una autocaravana, pero no lleg¨® a conseguir los permisos requeridos, por lo que trat¨® de llevarla a cabo en cualquiera de los templos de la barriada en que reside, sin mejor fortuna.
En estas precarias condiciones, no posee m¨¢s prueba del rigor de su ayuno que un ticket de una farmacia cercana a su domicilio, por el que se acredita que el d¨ªa en que comenz¨® la huelga pesaba 80,7 kilogramos y que servir¨¢ para demostrar, al t¨¦rmino de la protesta, el peso que ha perdido Victoriano Cisneros.
Una biograf¨ªa azarosa
A su modo, Victoriano es un Jos¨¦ K que no acaba de entender que ha perdido su proceso y no ha visto ya m¨¢s soluci¨®n para lo que ¨¦l considera "ineficacia judicial" que llamar la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica mediante la huelga de hambre. Su esposa, Rosa Mar¨ªa Buend¨ªa, solicit¨® la demanda de divorcio en 1982 alegando abandono temporal del hogar y obtuvo hace pocos meses la separaci¨®n, pero la sentencia no menciona a qui¨¦n corresponde la custodia de los ni?os.La biograf¨ªa de este hombre es azarosa. Natural de Oropesa (Toledo), qued¨® hu¨¦rfano de padre a los dos a?os, lo que hizo que Victoriano quedase al cuidado de sus abuelos mientras su madre emigraba a Francia. Comenz¨® estudios eclesi¨¢sticos con los salesianos en Suazo (?lava), hizo el servicio militar en el S¨¢hara y finalmente emigr¨® a Par¨ªs, donde comenz¨® a trabajar en una empresa de centralitas telef¨®nicas. All¨ª conoci¨® a Rosa Mar¨ªa, tambi¨¦n hija de emigrantes, y se casaron.Seg¨²n cuenta el propio Victoriano, el matrimonio march¨® siempre por los cauces de la normalidad. Lo cierto es que un d¨ªa Victoriano decidi¨® abandonar la empresa en la que trabajaba, ante una inminente renovaci¨®n tecnol¨®gica, e instalarse por cuenta propia como empresario importador de productos espa?oles en Francia. Apenas contaba con su buena voluntad y con su vocaci¨®n de lector de las noticias econ¨®micas y financieras que cada d¨ªa publica el rotativo franc¨¦s Le Monde.
Su denodado empe?o por sacar adelante este negocio hizo que paulatinamente se fuese distanciando de su familia. El principio de la crisis que le condujo a la ruptura.
Parad¨®jicamente, el fin que persegu¨ªa con esta empresa era poder trasladarse a residir a su pa¨ªs natal para proporcionar una educaci¨®n espa?ola a sus hijos, V¨ªctor Ra¨²l y H¨¦ctor.
Ahora Victoriano se siente "perdido en un mundo que no acaba de comprender mi actitud", pero tampoco se resigna a entender la posici¨®n de su propia esposa, que no le permite comunicarse con sus hijos. Rosa Mar¨ªa no quiere ni siquiera, hablar con ¨¦l, pero hasta hace poco Victoriano todav¨ªa so?aba con una reconciliaci¨®n.
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