De Woolf sac¨® 17 minutos al pelot¨®n y es cuarto

De Woolf vol¨® sobre sus compa?eros y Neg¨® a la meta con 17.40 minutos de ventaja, lo que le permite ascender a la cuarta posici¨®n en la clasificaci¨®n general. La suya fue una escapada consentida por un pelot¨®n que s¨®lo apret¨® muy al final, cuando se desarroll¨® una fiera escapada con Fignon e Hinault como protagonistas principales. Fignon consigui¨® ganar al sprint, para nuevo escarnio de su compatriota, ya acostumbrado a perder batallas diarias. La rivalidad entre ambos corredores obliga a un desarrollo poco l¨®gico de algunas etapas.

Los 227,5 kil¨®metros de carreteras estrechas, curvas peligrosas, cuestas y m¨¢s cuestas y un m¨¢s que respetable puerto de segunda categor¨ªa, ofrecieron un principio de etapa realmente demoledor, que trajo consigo el posterior adocenamiento del pelot¨®n pare evitar que el desgaste de la jornada pudiera llegara a l¨ªmites insospechados. En los primeros kil¨®metros, con el est¨®mago aun trabajando para liquidar el desayuno y la ma?ana fresca, la carrera se vio envuelta en una torpe conflagraci¨®n por un puerto de segunda categor¨ªa. Aparte algunos escapados de menor importancia, lleg¨® a fraguarse un grupo que comandaba Hinault, al que acompa?aban Arroyo y Delgado, pero en el que no estaba Fignon. El pelot¨®n se despedaz¨® y las curvas con alta pendiente provocaron ca¨ªdas y accidentes de todo tipo. Era una etapa con un comienzo trepidante.A la par que sonaba la alarma por la batalla inicial, algunos de los primeros abandonos llevaban nombres ilustres. Por ejemplo, Vicentini, que sufri¨® una ca¨ªda poco grave, y Ram¨ªrez, el colombiano que se adjudic¨® la Dauphine Liber¨¦, m¨¢s dos corredores del cada vez m¨¢s minoritario equipo holand¨¦s Kwantum, Van der Poel y Van Houwelingen. Poco despu¨¦s del puerto, volvi¨® a imponerse una calma tan intensa que el ¨²nico corredor que quedaba escapado, De Woolf, pudo ir progresivamente aumentando su distancia, hasta llegar a los 22 minutos.

Tal y como marchaban las cosas, temblaba uno de los escasos r¨¦cords del Tour que est¨¢n en manos de corredores espa?oles. En este caso, el de la escapada m¨¢s larga, que se debe a Jos¨¦ Luis Viejo, quien en 1976 lleg¨® a la meta con una ventaja superior a los 22 minutos. De Woolf casi alcanza los 18, pero de estar situado en un puesto mediocre pasa a colocarse en la cuarta plaza de la general. La paz del pelot¨®n volvi¨® a romperse a falta de cinco kil¨®metros, cuando una nueva acci¨®n de Hinault, en un descenso, fue tenazmente replicada por Fignon hasta el punto de provocar un corte con cuatro corredores en cabeza, Fignon, Hinault, Anderson y Winnen.

La rivalidad entre los dos corredores franceses es m¨¢s que aparente, es tan real que los mismos franceses se preguntan si con ello no saldr¨¢n perdiendo los dos. De Hinault ya comentan los t¨¦cnicos que puede que no gane el Tour, pero que s¨ª es posible que decida qui¨¦n no lo va a ganar. En los gestos del ex campe¨®n se adivina una mal disimulada antipat¨ªa por su joven rival. Hinault inclinar¨ªa el pulgar hacia abajo para condenar a Fignon.

Fignon-Hinault

Los ¨²ltimos kil¨®metros fueron espectaculares para el espectador franc¨¦s. Fignon e Hinault se agred¨ªan mutuamente con pedaladas feroces, mientras el pelot¨®n comenzaba a reaccionar mandado por Kelly y los espa?oles Arroyo y Delgado, las ¨¢guilas de Castilla, como ya los denomina una prensa deportiva que ayer les dedic¨® especial atenci¨®n.

Delgado y Arroyo, para empezar, ya han rentabilizado el Tour porque han vuelto a recibir generosas ofertas para disputar diversos criteriums durante el mes de agosto. Delgado, adem¨¢s, ha recibido propuestas millonarias para abandonar el Reyrio1ds, proposiciones de dentro y fuera de Espa?a, que dice no comenzar¨¢ a atender hasta que no acabe la prueba.

En la fren¨¦tica escapada final, ya con el pelot¨®n pis¨¢ndoles los talones, Fignon e Hinault disputaron el ¨²ltimo sprint. Fignon actu¨® sin condiciones, porque su rival apenas pudo despegarse de su rueda trasera.

Hoy la carrera llega a Grenoble, es decir se aproxima a los Alpes de un modo definitivo. La etapa, entre Domaine du Rouret y Grenoble, con 241,5 kil¨®metros no deja lugar al descanso. Cuenta en su trazado con un puerto de primera categor¨ªa y otro de segunda, adem¨¢s de uno de tercera y otro de cuarta. La mayor dureza del recorrido se encuentra, adem¨¢s, cerca de la meta. En Grenoble, de todas formas, pesar¨¢ la lucha final por el dominio del Tour de Francia.