Un cient¨ªfico de EE UU comercializa una t¨¦cnica para elegir el sexo de los hijos

Despu¨¦s del nacimiento de su hija, hace tres a?os, Charles y Marilyn Cox, de Mason (Michigan), decidieron que deseaban otro hijo y que esta vez ser¨ªa ni?o. Los David Delapine, de Concorde (California), llegaron a la misma conclusi¨®n. Tambi¨¦n quer¨ªan un ni?o Susan Fredricks y su esposo, tambi¨¦n norteamericanos, de Filadelfia, decidieron tener una ni?a porque ya ten¨ªan dos ni?os.En los tres casos, las parejas se vieron compensadas con un hijo del sexo deseado mediante una t¨¦cnica que incrementa las posibilidades de determinaci¨®n del sexo.

La t¨¦cnica no es infalible, y algunos especialistas muestran cierto escepticismo sobre los anunciados porcentajes de ¨¦xito. Sin embargo, un estudio realizado sobre unos 250 nacimientos en los que se aplic¨® muestra que aparentemente aumentan las posibilidades de tener un hijo del sexo deseado de la media l¨®gica esperada del 50-50 -que en realidad representa 106 varones por cada 100 hembras- a m¨¢s del 75% en los casos en que se desea un ni?o. La t¨¦cnica utilizada cuando se desea incrementar las posibilidades de tener una ni?a es ligeramente distinta, pero la media de aciertos es la misma. El procedimiento utilizado por estas parejas fue desarrollado por el doctor Ronald J. Ericsson, de Sausalito (California), un especialista en fisiolog¨ªa reproductiva que es propietario de las patentes y dirige la firma que permite su utilizaci¨®n, Gametrics Limited.

C¨¦lulas m¨¢s r¨¢pidas

El semen del marido se lava en laboratorio en un caldo de lavado y a continuaci¨®n se hace pasar la muestra por dos tubos de cristal consecutivos que contienen capas cada vez m¨¢s viscosas de serum alb¨²mina humano.Las c¨¦lulas esperm¨¢ticas que contienen el cromosoma Y, el cual incluye los genes de la masculinidad, son m¨¢s pesadas y fuertes, y en general nadan m¨¢s r¨¢pidamente que el esperma que contiene el cromosoma X. Como quiera que se precisa un cromosoma Y para la concepci¨®n de un var¨®n, las probabilidades se aumentan mediante la concentraci¨®n artificial de cromosomas Y.

Cuando el esperma ha descendido hasta el fondo del segundo tubo de cristal, se extrae, se separa de los l¨ªquidos que lo rodean, se concentra y se inyecta en el c¨¦rvix de la esposa poco despu¨¦s de la ovulaci¨®n. El procedimiento cuesta entre 225 y 300 d¨®lares (entre 34.000 y 45.000 pesetas).

La selecci¨®n del sexo para las hembras es m¨¢s complicada, pues, adem¨¢s se precisa utilizar una droga, el citrato de clomifeno, que incita la ovulaci¨®n y, por alguna raz¨®n desconocida, inclina la media del sexo hac¨ªa las hembras.

El doctor Ericsson dijo que el esperma inmaduro o anormal en alg¨²n sentido queda pr¨¢cticamente apartado con el uso de este procedimiento, con lo que se reduce el riesgo eventual de abortos espont¨¢rieos y el nacimiento de ni?os con deformidades f¨ªsicas o retrasos mentales. Adem¨¢s, la t¨¦cnica puede utilizarse tambi¨¦n para la concentraci¨®n de esperma en hombres aquejados de oligosperm¨ªa o baja densidad del esperma.