La est¨¦tica y el paladar

La obesidad es una enfermedad de moda en la sociedad actual, debida casi exclusivamente a malos h¨¢bitos fomentados desde la ni?ez. Una idea muy generaliza da es creer que los ni?os gorditos est¨¢n robustos y sanos, cuando en realidad ello denota desequilibrios funcionales en el organismo y a veces supone vulnerabilidad a las enfermedades.Tambi¨¦n los cambios de vida sufridos actualmente han activado la obesidad, el sedentarismo ha aumentado mucho y muy r¨¢pidamente y a la vez el desgaste f¨ªsico ha disminuido. Sin embargo, las costumbres alimenticias no se han adecuado al cambio y las comidas siguen siendo muy abundantes y ricas en calor¨ªas, muy apropiadas para individuos que tienen un gran desgaste de energ¨ªa f¨ªsica pero nada recomendables a las personas que se dedican preferentemente a trabajos intelectuales y tienden a la inactividad f¨ªsica.

Estos h¨¢bitos diet¨¦ticos tan err¨®neos generan mala salud y acarrean una gordura excesiva, que puede convertirse en un seno problema. La soluci¨®n a este proceso degenerativo se halla en aprernder a comer con arreglo a las necesidades del organismo, como bien dice un sabio refr¨¢n: "hay que comer para vivir y no vivir para comer". En muchos casos tambi¨¦n ser¨¢ necesario reeducar el sentido del gusto, sobre todo si ¨¦ste se inclina por los alimentos fuertes y cal¨®ricos (grasas, dulces, etc¨¦tera), que tienden a la acumulaci¨®n de grasas y adem¨¢s carecen del suficiente valor nutritivo.

El espacio dedicado a las comidas debe ser relajado, suficiente e incluso placentero; hay que desechar a toda costa el nerviosismo y la ansiedad mientras se come, ya que alteran las propiedades de los alimentos ingeridos, dificultan la digesti¨®n y a veces aumentan la obesidad.

Los h¨¢bitos alimenticios se pueden variar de forma radical; s¨®lo es cuesti¨®n de paciencia. Cuando el est¨®mago est¨¢ acostumbrado a comidas copiosas y pesadas no se sacia f¨¢cilmente y protesta en cuanto se reduce la cantidad de alimentos, pero como su tama?o es muy adaptable, puede enga?arse comenzando por tomar mucha cantidad de productos que no engorden e ir rebajando la cantidad paulatinamente.

En la elecci¨®n de los alimentos hay que tener en cuenta dos vertientes: la salud y el adelgazamiento. Los huevos, el queso fresco, el reques¨®n y la carne magra ofrecen altos valores proteicos que mantienen el cuerpo flexible y evitan las arrugas prematuras. Las frutas y verduras (crudas, al vapor o en zumos) deben ocupar la parte esencial de la alimentaci¨®n por su contenido en minerales y vitaminas, vital para la salud; adem¨¢s, estos alimentos ocupan al est¨®mago y eliminan la sensaci¨®n desagradable del hambre.

Las vitaminas del grupo B, esenciales para el organismo, tienen un papel relevante en los reg¨ªmenes de adelgazamiento, y si son ingeridas en abundancia ayudan a hacer desaparecer el anhelo de golosinas. La carencia de vitamina B1 impide al organismo emplear adecuadamente el az¨²car; el cuerpo siente necesidad de ¨¦sta y se ve atra¨ªdo hacia los dulces, pero ¨¦stos no se asimilan debidamente y pasan a aumentar las capas de grasa. En los primeros d¨ªas de dieta conviene ingerir una cucharada de levadura de cerveza diluida en agua despu¨¦s de cada comida, ya que la levadura de cerveza en polvo contiene una proporci¨®n muy alta de vitaminas del grupo B, y en cambio posee un valor cal¨®rico bastante bajo.