?ngel Arroyo y Pedro Delgado comienzan hoy sus cinco d¨ªas decisivos, en un Tour con final dur¨ªsimo
, Arroyo y Delgado son la apuesta espa?ola para intentar ganar el Tour de Francia y hacer m¨¢s lejano el recuerdo de Bahamontes y Oca?a. Les quedan cinco d¨ªas para intentarlo. Delgado ambiciona el ¨¦xito y Arroyo s¨®lo quiere ganar un Tour. El primero no sabr¨ªa que hacer con tres mujeres en una isla desierta; el segundo, aparentemente m¨¢s austero, parece que s¨ª. Notan que hay corredores franceses que les od¨ªan y les empujan en el pelot¨®n, pero ¨²ltimamente han advertido dos sombras ilustres a su alrededor. Delgado sabe que un corredor con jersei tricolor -Fignon- tiene orden de marcarle. Arroyo ha sentido ya la persecuci¨®n del maillot blanco -Lemond-. Hoy tendr¨ªa su primera oportunidad en una contra reloj con una dura ascensi¨®n.
La Prensa francesa se empe?a en llamarlos "hidalgos" por el hecho de ser castellanos. Ayer corrieron casi 90 kil¨®metros solo para estirar las piernas. Era jornada de descanso. El d¨ªa de ayer sirvi¨® para que ambos corredores estudiaran lo que se les avecina y entrenaran durante 90 kil¨®metros de subidas y bajadas. "Sin embargo, notan en las piernas el no correr a tope", comenta Pascual Piqueras, el entrenador del Reynolds. Arroyo parece totalmente respuesto y a Delgado le afecta, en estos momentos, un resfriado que est¨¢ siendo tratado a base de hierbas. Hoy, ante una contra reloj con final en escalada, ya no podr¨¢n reservarse. "Hay 10 kil¨®metros en llano, que pueden ser peligrosos, cinco de escalones y seis de aut¨¦ntica y dura subida", dice Echevarri, el director t¨¦cnico, quien duda que pueda repetirse el ¨¦xito del pasado a?o, cuando Arroyo y Delgado coparon los dos primeros puestos en el Puy de Dome, en una etapa similar.Delgado ya es famoso
Delgado es un corredor que empieza a ser famoso en Francia, lo cual es importante. Se reconoce ambicioso por tener ¨¦xito "m¨¢s que por ganar dinero". Es un corredor que concibi¨® el ciclismo como dedicaci¨®n a fuerza de ganar carreras. Ha recibido multitud de consejos, pero solo uno piensa aplicar en los pr¨®ximos d¨ªas "guardar fuerzas en el saco para un d¨ªa en particular". Las matem¨¢ticas eran su asignatura favorita y, quiz¨¢s por ello, no siente rubor al reconocer que su mejor cualidad es andar bien de cabeza: "Detecto enseguida lo que pasa en una etapa. Creo que s¨¦ lo que puede significar cada ataque. A veces hay una escapada y viene r¨¢pido Greciano a avisarme. ?Qu¨¦, tiramos?, me dice, y suelo recomendarle tranquilidad. No s¨¦, a lo mejor es que tengo suerte". Delgado dice que ha cambiado de t¨¢ctica. Antes hablaba mucho consigo mismo cuando iba escapado, se daba ¨¢nimos. Ahora comenta para sus adentros lo que le falta, lo que tiene que hacer, y calcula.
Arroyo es totalmente distinto. Introvertido, austero, aparentemente menos brillante, s¨ª confiesa que tiene muy mala leche cuando est¨¢ en la bicicleta, lo que cree que es bueno para ser un buen corredor. "Mi mayor defecto es mi inutilidad para el sprint, que nunca dominar¨¦. Por lo dem¨¢s, creo que soy un corredor completo". Arroyo parece timido, pero tiene una idea clara. ?Qu¨¦ te hace falta para ser un gran corredor?: "Ganar el Tour de Francia". En las pr¨®ximas etapas piensa no perder la cabeza, "tengo que saber estar en carrera, aprovechar el momento en el que pueda hacer sufrir a los dem¨¢s. Arroyo nunca se arrastrar¨ªa por la bicicleta, "por vivir de ella, como hacen otros corredores".
Ambos, sin embargo, parece que dejar¨ªan el ciclismo despu¨¦s de una quiniela millonaria. Algo no ha cambiado. Ech¨¢varri, el director, lo reconoce: "Antes, en las comidas de ciclistas, s¨®lo se hablaba de coches y de mujeres. Ahora lo ¨²nico que ha cambiado es el Porsche por el Gordini".
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