Las barbacoas son para el verano
Un poco de mortero y unos ladrillos refractarios pueden ser el primer paso para una suculenta parrillada
Nada como una chuletada o sardi?ada en una noche de verano. Para ello no hace falta salir de casa. Todo depende de nuestra disponibilidad para instalar con las propias manos una barbacoa en la terraza o en el jard¨ªn. De esta manera hacer de alba?iles, hasta puede resultar suculento...La barbacoa que proponemos es muy sencilla: consta de un cuerpo donde cocinar, en donde se hace el fuego, y otro auxiliar para superficie de trabajo y almac¨¦n de le?a.
Antes de empezar a construir, si el suelo no es muy firme, conviene hacer una placa de cemento, que ser¨¢ un buen cimiento para que la barbacoa no se mueva ni se agriete. Cave unos 10-15 cent¨ªmetros de profundidad en una superficie ligeramente mayor que la de la barbacoa (las medidas son a su elecci¨®n y comodidad). Eche una capa de grava en el fondo del agujero y apis¨®nela bien. A continuaci¨®n eche, hasta llegar a nivel del suelo, la suficiente cantidad de mortero (una parte de cemento y tres de arena, m¨¢s agua suficiente para que quede consistente, pero no muy l¨ªquido). Deje secar el mortero hasta que frag¨¹e completamente. En lugares muy calurosos conviene regarlo de cuando en cuando para que no se agriete por secar demasiado deprisa).
Para la construcci¨®n es aconsejable emplear ladrillo refractario. Dise?e la barbacoa de modo que no tenga que cortar demasiados ladrillos, pues es lo m¨¢s complicado si no tiene pr¨¢ctica. Empleando el mismo mortero que para los cimientos, vaya alzando, hilera a hilera, la doble U que constituye la barbacoa. Emplee regularmente un nivel y una plomada para que los muretes queden verticales, y las hiladas, horizontales. A la altura de la cuarta hilada de ladrillos, meta la reja donde se har¨¢ el fuego. Ha de ser un trozo de rejilla muy fuerte, pues debe resistir sin doblarse todo el calor del fuego. Si no la encuentra f¨¢cilmente, enc¨¢rguela a un herrero, junto con la parrilla de asar.
Prosiga la colocaci¨®n de los ladrillos hasta llegar a la altura deseada. (Recuerde que la rejilla del fuego y la parrilla de asar no han de quedar demasiado separadas: 20-25 cent¨ªmetros es el espacio adecuado.)
La parrilla y la mesa de trabajo se apoyan en unos trozos de barra de hierro de 10 mil¨ªmetros de di¨¢metro, metidos en el mortero de la correspondiente hilada de ladrillos. Han de sobresalir unos cinco-siete cent¨ªmetros para que ofrezcan un buen apoyo. La parrilla ha de ser casi tan fuerte como la rejilla del fuego. La superficie lateral de trabajo consiste en una tabla de madera maciza que encaja entre los ladrillos y se apoya en las barritas de hierro.
COLOCACI?N
- Limpiar los pegotes de mortero de los ladrillos en seguida para que no los dejen manchados.
- Usar a menudo la plomada y el nivel, en especial si no est¨¢ muy impuesto en la colocaci¨®n de ladrillos.
- El corte de los ladrillos. Usar un cincel de hoja ancha y un mazo. Dos manitas lo hacen con un h¨¢bil golpe de canto de paleta, pero es algo que s¨®lo se consigue despu¨¦s de estropear muchos ladrillos.
- La tabla que sirve de mesa auxiliar puede recortarse haci¨¦ndole un par de asideros, y sirve de bandeja para llevar las viandas a la mesa. No debe barnizarse ni dejarse a la intemperie continuamente, al igual que la parrilla, fuera de temporada.
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