M¨¢s sobre pilotos

El origen de muchos de los males que aquejan a Iberia y a Aviaco est¨¢ en el hecho de que la mayor¨ªa de los pilotos procede de una u otra escala del Ej¨¦rcito del Aire, as¨ª como muchos de los ingenieros aeron¨¢uticos que en esas compa?¨ªas trabajan. De las cabinas han ido pasando a destinos de mando (inspectores, jefes de operaciones, etc¨¦tera), lo que ha tra¨ªdo como consecuencia un cierto estilo militar y cuartelero a nuestra compa?¨ªa de bandera. Esto explica la arrogancia, el autoritarismo y el aire de superioridad con que habitualmente se ha venido tratando al pasaje por las tripulaciones de vuelo, actitud que en la milicia puede ser oportuna, pero que es intolerable en un servicio p¨²blico, car¨ªsimo para los usuarios y para el contribuyente en general.Adiestrar a un piloto de guerra nos cuesta a los espa?oles m¨¢s de 50 millones de pesetas, mientras que al aluminio no s¨®lo le sale gratis, como es l¨®gico, sino que se le paga mientras aprende. Este gasto est¨¢ justificado porque la sociedad delega en ellos la misi¨®n honrosa de defender nuestros cielos. Pero si una vez entrenados olvidan su vocaci¨®n castrense de servicio y sacrificio y abandonan el Ej¨¦rcito para cobrar sueldos millonarios y pavonearse por los mejores hoteles del mundo, y encima hacen gala de desprecio hacia los usuarios que les mantienen y hacia los otros colectivos (tan importantes como ellos) que colaboran en su trabajo, la cosa cambia. Puestos a financiar formaci¨®n de pilotos, es mejor hacerlo en una escuela civil dirigida por civiles, donde, adem¨¢s de volar, no se les ense?e la instrucci¨®n militar que no necesitan, sino el trato amable

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con los usuarios de sus servicios.

Por tanto, ya que estos se?ores parece que no se encuentran a gusto con sus sueldos ofensivos, ya que les parecen excesivas sus jornadas de trabajo (m¨¢s cortas que las de los pilotos de casi todas las compa?¨ªas europeas), ya que son incapaces del menor sacrificio cuando la empresa dadora de su trabajo est¨¢ t¨¦cnicamente en quiebra, lo mejor que se puede hacer con ellos, al menos por lo que se refiere a los que est¨¢n en situaci¨®n de supernumerarios, es que el Ministerio de Defensa, rechazando las peticiones de baja cursadas, los reclame a todos al servicio del arma a¨¦rea por necesidades de servicio, expulsando del Ej¨¦rcito definitivamente a quienes se resistan.

Con su experiencia adquirida ser¨ªan util¨ªsimos para el manejo de los grandes transportes militares y al mismo tiempo se aligerar¨ªan las plantillas de Iberia y se podr¨ªa hacer con poco coste una reestructuraci¨®n de las mismas, poniendo a los que quedasen a hacer jornadas de duraci¨®n europea y contratando a los nuevos pilotos a precios normales de mercado.-