El laudo

El ¨¢rbitro designado por el Gobierno en el conflicto de Iberia ha dictado su laudo en un tiempo breve. A?adamos que nadie recus¨® al se?or Molt¨® cuando, aplicando el procedimiento legalmente establecido del arbitraje obligatorio, fue designado para dilucidar la cuesti¨®n. Tal vez, trat¨¢ndose, como se trataba, de un arbitraje de esta naturaleza -no voluntario y dirigido por un ¨¢rbitro no elegido por las partes-, pudo ser mayor el acierto del Gobierno. El se?or Molt¨® es director general del IMAC y, como tal, fue elegido por decreto del Gobierno; adem¨¢s, en el ¨¢nimo de todos est¨¢ que pertenece al partido socialista. Por eso, aun no poniendo en duda su imparcialidad personal al ser designado de ese modo, su designaci¨®n como ¨¢rbitro corr¨ªa el riesgo de provocar malentendidos, y los ha provocado.Pese a todo esto, hay ya laudo en el arbitraje. Toca ahora cumplirlo. Y contra ¨¦l no cabe recurso alguno. Es de obligado cumplimiento para las partes enfrentadas: pilotos del SEPLA e Iberia. Como todo laudo, es dificil que satisfaga plenamente a los arbitrados. En este caso, no acabamos de comprender c¨®mo la empresa, Iberia, considera, con cierto triunfalismo, que el laudo contempla sus planteamientos. Lo cierto es que la compa?¨ªa deber¨¢ desistir del expediente incoado para modificar las condiciones de trabajo y regular el empleo, con lo que las tendr¨¢ que respetar tal como estaban al iniciarse el conflicto, sin poder prescindir del personal que hab¨ªa propuesto. Esto es: la compa?¨ªa pierde la posibilidad de despedir con el pretexto de su regulaci¨®n. ( ... )