Un pacto antisocial
Lo primero que debe destacarse del pacto que el Gobierno busca es que no modifica en absoluto la naturaleza liberal-conservadora de la pol¨ªtica econ¨®mica que se sigue. La idea central es implicar a las fuerzas sociales en la aplicaci¨®n de dicha pol¨ªtica.La presi¨®n para que este pacto se realice es muy fuerte, especialmente desde los medios de comunicaci¨®n social. Se est¨¢ trabajando en favor de la derecha y del Gobierno, muy interesado este ¨²ltimo en el acuerdo para vencer la resistencia que vienen ofreciendo los trabajadores y otros sectores populares a su pol¨ªtica econ¨®mica.
La presi¨®n a que nos referimos confirma algo que, dicho sea de paso, no siempre est¨¢ claro en las filas te¨®ricamente m¨¢s conscientes del movimiento obrero: que la lucha de clases tambi¨¦n se dirime en lo ideol¨®gico. Se est¨¢n utilizando argumentos de diverso jaez, que van desde utilizar las tremendas cifras de paro, pero pasando acr¨ªticamente sobre las causas de fondo del por qu¨¦ siguen creciendo -ligadas a la pol¨ªtica econ¨®mica que se defiende-, hasta decir que la inexistencia de un acuerdo para 1984 ha perjudicado a todos. Obviamente, si CC OO hubiera entrado por el aro del pacto que se cern¨ªa, los perjuicios sobre los trabajadores hubieran sido considerablemente m¨¢s altos. Precisamente por ello, ni a los trabajadores ni a CC OO les ha perjudicado la inexistencia de un AI-84.
Que nadie se haga ilusiones. La correlaci¨®n de fuerzas existente ha permitido obstaculizar la puesta en pr¨¢ctica de una serie de aspectos antisociales de la actual pol¨ªtica reestructuraci¨®n, salarios e incluso ha supuesto victorias parciales para los trabajadores. Pero esa correlaci¨®n no es todav¨ªa suficiente para hacer cambiar dicha pol¨ªtica, como lo demuestra el contenido de lo que se quiere incluir en el pacto.
Es preciso destacar otros aspectos para comprender el inter¨¦s del Gobierno. Uno de ellos es la constataci¨®n de que una serie de compromisos con el electorado, en materia econ¨®mica y social, expuestos en el programa c on que el PSOE gan¨® las elecciones del 28-O, no va a cumplirse. El mejor ex ponente es que, frente a la promesa de crear 800.000 puestos de trabajo netos, el propio Ministerio de Econom¨ªa ha barajado que lo que podr¨ªa realmente crearse son 450.000 parados m¨¢s.
Otro aspecto es el ¨ªndice de materias susceptibles de negociaci¨®n fondo de acci¨®n coyuntural, fo mento de contratos en pr¨¢cticas y formaci¨®n para los j¨®venes, reforma de la Seguridad Social, presen cia institucional de los sindicatos pensiones, empresa p¨²blica, fiscalidad, tipos de inter¨¦s, etc¨¦tera Un temario formalmente amplio cuya peculiaridad es que, quiz¨¢ con alguna excepci¨®n, forma parte del propio programa electoral del PSOE. Pero todo ello abordado ahora con mayor realismo, es de cir, a la baja.
El tercero son las materias que no van a negociarse, bien porque se consideran zanjadas con las leyes pr¨®ximas a promulgarse, bien porque no se est¨¢, dispuesto a discutirlas o bien porque se abandona su aplicaci¨®n. Es el caso de la reconversi¨®n de sectores en crisis, de la reforma del Estatuto de los Trabajadores, de la reforma de la ley b¨¢sica de Empleo, de la ley org¨¢nic¨¢ de Libertad Sindical, de la reindustrializaci¨®n, de la reforma agraria, de la jubilaci¨®n a los 64 a?os. La peculiaridad en este caso es que son las materias prioritarias que en el recientemente celebrado congreso de CC OO se aprobaron de cara a una negociaci¨®n como la que ahora se abre.
El cuarto son los enfrentamientos dentro del Gobierno, las tensiones Gobierno-UGT, el malestar en el PSOE, su pr¨®ximo congreso y las elecciones de 1986.
Otros acuerdos posibles
Hemos se?alado que la idea es no cambiar la pol¨ªtica econ¨®mica Tomemos alg¨²n ejemplo, preferentemente, de materias, que, van a presentarse de forma, llamativa para la opini¨®n p¨²blica.
Se habla de constituir un fondo de acci¨®n coyuntural. Con el argumento de que los sacrificios sala riales no vayan s¨®lo a excedente empresarial, se considera que parte de dicho sacrificio nutra el mencionado fondo. Se obtendr¨ªa as¨ª una masa financiera extra¨ªda a los trabajadores. Hasta pueden pen sar en aumentar m¨¢s el sacrificio, de los trabajadores para que la patronal y el Gobierno devuelvan una parte, que aparecer¨ªa como su aportaci¨®n.
Esa masa financiera ser¨ªa utilizada para favorecer contratos de trabajo. Pero ?qu¨¦ contratos? Se habla, sobre todo, de contratos en pr¨¢cticas y formaci¨®n, tanto en el sector p¨²blico como en el privado Subrayamos la palabra contratos para diferenciarla de nuevos puestos de trabajo. Porque ah¨ª est¨¢ el quid.
El meollo del asunto ser¨ªa que con recortes al poder adquisitivo de los activos se bonificara la con trataci¨®n siempre eventual. A la mayor flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo derivada de la reciente modificaci¨®n del Estatuto de los Trabajadores se sumar¨ªa esta ampliaci¨®n de los contratos en pr¨¢cticas, siempre m¨¢s baratos que los dem¨¢s. Y se obtendr¨ªan efectos multiples: flexibilizaci¨®n a¨²n mayor; abaratamiento del factor trabajo, pues de hecho se sacar¨ªa a estos contratados de la negociaci¨®n colectiva; menores costes sociales a la empresa gracias a las bonificaciones; rejuvenecimiento de la mano de obra, etc¨¦tera. En suma, no se garantiza m¨¢s empleo, sino progresiva sustituci¨®n de fijos por eventuales y mayores por j¨®venes.
En cuanto a la Seguridad Social, baste decir que quiere llevarse a una mesa paralela "con m¨¢s calma y tiempo", para comprender que la agresi¨®n va a ser tan fuerte que ante la segura oposici¨®n sindical se pretende sacar este,punto de la concertaci¨®n global.
Ya hemos se?alado que uno de los problemas m¨¢s vivos, como es el de la reestructuraci¨®n con reindustrializaci¨®n, que supondr¨ªa un giro en el tratamiento de los sectores en crisis, no piensan negociarlo.
?S¨®n precisos m¨¢s empleos?
?De d¨®nde se sacan, pues, esas ilusiones de cara a la concertaci¨®n?
Cuando estas cuestiones se siguen de cerca, lo ¨²nico que a uno se le ocurre es que estamos en presencia de una operaci¨®n pol¨ªtica derivada y a la contra de las luchas de los trabajadores, cuyo ¨²ltimo exponente fue la acci¨®n del d¨ªa 12 en Galicia y otros territorios afectados por la reconversi¨®n naval. Luchas que est¨¢n repercutiendo cada vez m¨¢s en el Gobierno, en el PSOE y en UGT. Para aliviar estas repercusiones se puede incluso cortar alguna cabeza ilustre, pero no un cambio de pol¨ªtica.
Llegado este punto cabe alguna conclusi¨®n. A saber:
a) El Gobierno no persigue tanto un acuerdo sobre pol¨ªtica econ¨®mica y social como una complicidad de las otras partes en el reajuste a la baja de su programa. De ese modo, al final de la legislatura dar¨ªa cuenta del cumplimiento de este pacto y no de sus compromisos alectorales.
Si los sindicatos avalamos la rebaja, en las elecciones de 1986 el PSOE dir¨¢ a los trabajadores,que sus sindicatos han estado de acuerdo. Ni qu¨¦ decir tiene que la CEOE s¨®lo tendr¨ªa razones pol¨ªticas para oponerse, pues desde el punto de vista estrictamente empresarial todo son ventajas.
b) Un acuerdo semejante restafiar¨ªa la tensiones internas, reforzar¨ªa el actual equipo guberna.mdnt¨¢l, principalmente a Felipe Gonz¨¢lez, y situar¨ªa en un marco m¨¢s propicio al sector dominante en el PSOE de cara a su pr¨®ximo congreso.
c) Con semejante acuerdo se buscar¨ªa tambi¨¦n trasladar a CC OO la crisis de la familia socialista. Ello es as¨ª porque, por un lado, se sabe que el mandato congresual de nuestro sindicato no podr¨ªa cumplirse al negarse las otras partes a tratar seriamente los puntos b¨¢sicos de CC OO para la concertaci¨®n. Pero, por otro lado, se piensa que puede haber sectores de CC OO que estar¨ªan dispuestos a aceptar el pacto como mal menor. Aspiran a que nos enzarcemos a fondo.
d) En cualquiera de los supuestos se busca que con el acuerdo se frenen las movilizaciones obreras y populares. La negociaci¨®n colectiva de 1985 quedar¨ªa ahormada, la lucha contra los efectos de la reconversion seguir¨ªa protagoniz¨¢ndola CC OO, pero con mayor hostigamiento de las otras partes, y el asalto a la Seguridad Social ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil.
Eso es lo que se piensa. Otra cosa es lo que suceda, pues ni decrecer¨¢ el n¨²mero de parados ni la Rente dejar¨¢ de percibir ese sentido antisocial del pacto que se persigue.
Vale la pena repetir que s¨ª se puede hacer otra pol¨ªtica y otros acuerdos con contenid¨®s realmente progresistas. Lo que interesa es comprender que para hacerlo posible debe incremontarse la oposici¨®n a lo actual y no revalidarla compactos antisociales.
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