A los 25 a?os del Plan de Estabilizaci¨®n
El Decreto-ley de Ordenaci¨®n Econ¨®mica de 21 de julio de 1959 por el que cuajaba el Plan de Estabilizaci¨®n Econ¨®mica es considerado como el punto de arranque del alineamiento de la econom¨ªa espa?ola con la econom¨ªa mundial.En estas fechas en que celebramos, pues, el 252 aniversario del Plan de Estabilizaci¨®n se impone hilvanar un comentario sobre lo que signific¨®, sobre los cauces que abri¨® y sobre la vigencia actual del esp¨ªritu que presidi¨® su concepci¨®n en el contexto de la situaci¨®n econ¨®mica presente.
Para ello hay que partir de la constataci¨®n de que hasta la remodelaci¨®n del Gobierno de 1957 la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola se hab¨ªa guiado por patrones aut¨¢rquicos.
Sobre la eficacia que tal concepci¨®n aut¨¢rquica y nacionalista tuvo sobre el desarrollo econ¨®mico espa?ol de la posguerra existen juicios antag¨®nicos, pues mientras nuestra "sabidur¨ªa convencional" hab¨ªa hecho siempre hincapi¨¦ en los costes que el aislamiento internacional del franquismo de la primera ¨¦poca hab¨ªa supuesto para Espa?a -con exclusi¨®n, por ejemplo, del Plan Marshall- algunos estudios recientes resaltan que aquella pol¨ªtica no fue una opci¨®n tan mala dadas las condiciones internas e internacionales existentes en la ¨¦poca.
Circunstancias pol¨ªticas
Los pactos con Estados Unidos de 1953 y el ingreso en las Naciones Unidas en 1955 cambiar¨ªan mucho las circunstancias pol¨ªticas del aislamiento exterior del anterior r¨¦gimen, y el cambio en la situaci¨®n internacional, que se empez¨® a operar a fines de los a?os cincuenta -con la creaci¨®n del Mercado Com¨²n Europeo, el inicio de los d¨¦ficit de la balanza de pagos norteamericana, que hasta entonces hab¨ªa sido positiva, y, sobre todo, la convertibilidad generalizada de las principales monedas europeas acordada el 27 de diciembre de 1958, con su corolario de disoluci¨®n del antiguo clearing multilateral que hab¨ªa venido siendo la Uni¨®n Europea de Pagos- dejaban a la Espa?a de entonces aislada s¨ª no se actuaba en consecuencia.
En este ambiente, y teniendo en cuenta que Espa?a hab¨ªa ingresado en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el Banco Mundial el 20 de julio de 1,958, y, tambi¨¦n, que el total agota miento de las divisas y la inflaci¨®n impon¨ªan un cambio de orientaci¨®n en la pol¨ªtica econ¨®mica, las cartas quedaban repartidas para llevar a cabo una revoluci¨®n copernicana como la que vendr¨ªa a suponer el llamado Plan de Estabilizaci¨®n.
Las experiencias
El Plan de Estabilizaci¨®n, articulado en el Decreto Ley de Ordenaci¨®n Econ¨®mica de 21 de julio de 1959 fue concebido con ayudas internacionales y en base a las experiencias de las estabilizaciones del Reino Unido (septiembre de 1957), Turqu¨ªa (agosto de 1958), Francia (diciembre de 1958) y Chile (abril de 1959) y se llevaba a cabo con la anuencia de los organismos y entidades que en aquella etapa de democracia org¨¢nica fueron consultados por el Gobierno: el Banco de Espa?a, la Organizaci¨®n Sindical, el Consejo Superior de las C¨¢maras de Comercio, la facultad de Ciencias Econ¨®micas, el Consejo de Econom¨ªa Nacional, etc¨¦tera.
Para reencauzar el proceso econ¨®mico por mejores cauces se dictaron medidas de contracci¨®n interna, se devalu¨® la peseta de 42 a 60 unidades por d¨®lar (decreto del 17 de julio) y se la hac¨ªa parcialmente convertible en otras divisas, se actuaba para disminuir el intervencionismo estatal que ten¨ªa completamente encorsetada a nuestra te¨®rica econom¨ªa de mercado y se abr¨ªa el camino hac¨ªa la apertura exterior que ir¨ªa plasm¨¢ndose de modo progresivo en una serie de disposiciones que se fueron dictando sucesivamente y que comportaron la sustituci¨®n. del Arancel Camb¨® de 1922 por el Arancel Ullastres de 1960, una legislaci¨®n liberal de recepci¨®n de inversiones extranjeras y una primera etapa de liberalizaci¨®n de importaciones.
La buena cosecha de 1959, el inicio del turismo de masas y la marcha alcista de la econom¨ªa europea, que absorbi¨® el problema del paro que se hubiera producido sin la emigraci¨®n, as¨ª como el comienzo de la competencia internacional en nuestro mercado determinaron que el llamado Plan de Estabilizaci¨®n fuera un ¨¦xito y que, a partir de ¨¦l, se pudiera entrar en la fase de los planes de desarrollo y del boom econ¨®mico de los a?os sesenta.
El tren de la historia
El mensaje del Plan de Estabilizaci¨®n de 1959 -cuyas bodas de plata ahora celebramos, y salvando las distancias que supone la crisis internacional actual en la cual nos movemos- ha sido siempre interpretado en el sentido de que se supo coger a tiempo el tren de la historia mundial,
Este tren consist¨ªa entonces en una mayor apertura exterior, y en dejar operar a la econom¨ªa de mercado, lo cual redund¨® en beneficio de la econom¨ªa global por m¨¢s que tuviera unos costes sociales iniciales que la situaci¨®n internacional permiti¨® absorber muy bien.
La modernizaci¨®n
Con aquella apertura, confirmada luego con el acceso al GATT (Acuerdo General de Aranceles y Comercio) en 1963, con nuestro Acuerdo de 1970 con la Comunidad Econ¨®mica Europea y con nuestra mayor articulaci¨®n -v¨ªa comercio exterior, turismo, intercambio tecnol¨®gico e inversiones extranjeras- se fue recorriendo el camino para una mejor modernizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, luego tan brutalmente afectada en sus posibilidades de crecimiento por las vacilaciones e inseguridades propias de la etapa posterior a la crisis del petr¨®leo y de los ¨²ltimos Gobiernos de Franco.
?ste es el mensaje, hoy, del Plan de Estabilizaci¨®n, y en su perspectiva hay que preguntarse, aqu¨ª y ahora, si dentro de 25 a?os se podr¨¢ valorar tan positivamente como hacemos ahora de las medidas de entonces, la gesti¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica de este momento y la capacidad existente para encauzar por buena v¨ªa la marcha hacia la meta que se ha marcado a nuestra econom¨ªa y que no es otra que intentar ponerla a nivel competitivo para que sea un ¨¦xito nuestra pr¨®xima incorporaci¨®n a los mecanismos de la Comunidad Econ¨®mica Europea.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.