La oposicion chilena, dividida en su lucha contra Pinochet

Un a?o despu¨¦s del inicio de la serie de protestas que arrebataron, por primera vez en una d¨¦cada, la iniciativa a la dictadura, los m¨¢s de 10 grupos y partidos pol¨ªticos opuestos al r¨¦gimen a¨²n se debaten en una est¨¦ril pol¨¦mica, con descalificaciones mutuas, sin lograr superar sus divergencias.No obstante, las tres principales alianzas formadas por los grupos de oposici¨®n -la Alianza Democr¨¢tica, el Bloque Socialista, y el Movimiento Democr¨¢tico Popular- han reiterado su inter¨¦s por formar un amplio movimiento que incluya a todos las fuerzas que combaten al r¨¦gimen, pero ninguna est¨¢ dispuesta a hacerlo en los t¨¦rminos que plantean las otras.

Por el momento, cada una de las tres alianzas opositoras intenta consolidar su propia estructura interna y estabilizar sus relaciones internas m¨¢s que abrirse a contactos con otros grupos.

La Alianza Democr¨¢tica -formada por democristianos, radicales, socialdem¨®cratas, derecha democr¨¢tica y socialistas moderados- padece la dificultad org¨¢nica que significa cambiar de presidente y de sede cada dos meses, lo que se traduce en una rotaci¨®n de estilos y pr¨¢cticas pol¨ªticas, seg¨²n cual sea el grupo al que corresponda dirigir la organizaci¨®n.

El Bloque Socialista, por su parte, atraviesa a¨²n una etapa en la que intenta de definir su posici¨®n y estructura org¨¢nica, lastrada por las diferencias entr¨¦ los distintos grupos socialistas.

El Movimiento Democr¨¢tico Popular, a la izquierda en el espectro de la oposici¨®n, est¨¢ integrado por un sector del Partido Socialista, por los comunistas y por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), y, por ello recae sobre ¨¦l peso de la represi¨®n, lo que dificulta su funcionamiento.

Razones de la dispersi¨®n

El tema de la violendia y la insurrecci¨®n, las t¨¢cticas diferentes frente a la intransigencia militar, el af¨¢n de cada grupo por hegemonizar una futura alianza nacional y la ausencia de un l¨ªder capaz de imponerse sobre las divergencias existentes, son las principales razones de la actual dispersi¨®n.

Sin embargo, el proceso parece avanzar cada vez m¨¢s claramente hacia una convergencia nacional que a¨²ne a todos los grupos de oposici¨®n. Todos tienen los mismos objetivos declarados: que Pinochet abandone el poder, que se elija una Asamblea constituyente para redactar una nueva Constituci¨®n y que durante un per¨ªodo que no debe superar los 18 meses se forme un Gobierno de emergencia y unidad nacional. Todos, adem¨¢s, son conscientes de que la dispersi¨®n y el inmovilismo s¨®lo favorecen la permanencia del r¨¦gimen.

Parad¨®jicamente, ha sido un hecho ocurrido en las filas cercanas al Gobierno lo que est¨¢ generando la posibilidad de acelerar el proceso unitario: el hundimiento del grupo de los ocho, formado a instancias del r¨¦gimen para apoyar su propio proyecto pol¨ªtico.

Simult¨¢neamente, el r¨¦gimen ha dado un nuevo impulso a la unidad opositora al quedar claro que no avanzar¨¢ por s¨ª solo hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos y que, por el contrario, se encamina hacia una soluci¨®n cada d¨ªa m¨¢s fascista, apoyado por minoritarios pero fan¨¢ticos grupos nacionalistas.

La oposici¨®n, entre tanto, sigue ganando batallas a nivel de la base, especialmente en las universidades, colegios profesionales y grandes sindicatos. De las nueve universidades m¨¢s importantes del pa¨ªs, ocho tienen sus organizaciones estudiantiles en manos de alumnos de la oposici¨®n. De los 20 principales colegios profesionales, los 12 m¨¢s importantes est¨¢n tambi¨¦n en sus manos. Lo mismo ocurre con cinco de las seis federaciones sindicales m¨¢s importantes.

En el campo sindical, que fue clave para iniciar la oleada de protestas populares en 1983, los dirigentes est¨¢n tambi¨¦n en un proceso de consolidar estructuras y han aplazado, por el momento, la movilizaci¨®n social.

Mientras tanto, la mayor¨ªa de los l¨ªderes pol¨ªticos, sindicales y de todos los niveles de la oposici¨®n ya han incorporado a su discurso la ret¨®rica de la unidad y se abre paso en todas las direcciones pol¨ªticas la idea. de una convergencia m¨¢s amplia. Las elecciones en universidades, sindicatos y otros organismos generan uniones concretas entre los distintos bloques. Tambi¨¦n se han producido coincidencias en la realizaci¨®n de acciones comunes, como protestas universitarias, marchas en las poblaciones obreras o pliegos reivindicativos en los sindicatos.

Una expresi¨®n, aunque parcial, de este paulatino acercamiento se produjo el lasado mes en Puerto Montt, una ciudad a 1.500 kil¨®metros al sur de Santiago, donde se constituy¨® un frente ¨²nico entre la Alianza Democr¨¢tica, el Bloque Socialista y el Movimiento Democr¨¢tico Popular, que actuar¨¢ en coordinaci¨®n con el Comando Nacional de Trabajadores de la zona.