C¨®rcega y Cerde?a

A pesar de su proximidad geogr¨¢fica, son las dos unas perfectas desconocidas para el viajero espa?ol. Curiosamente, su nombre no figura en ninguno de los cientos de programas que invaden con sus reclamos nuestros veranos; es la prueba indiscutible de que las corrientes tur¨ªsticas, las modas viajeras, no se configuran atendiendo tan s¨®lo a las bellezas del punto de destino. C¨®rcega es una monta?a ininterrumpida, verde y rosal hermos¨ªsima, que cae en un mar azul prusia de golpe, sin aviso previo, abandonada a la fuerza por unos habitantes que no encuentran el pan y la sal necesarios para la vida, olvidada por unos turistas que prefieren la imagen clara, reluciente y conocida de la cercana Costa Azul. Cerde?a casi la triplica en extensi¨®n, haci¨¦ndose llanura en los alrededores de Alghero, la capital, que repoblaron los catalanes a, mitad del siglo XIII; costa retorcida; bah¨ªas transparentes; archipi¨¦lago diminuto en Costa Esmeralda, el lugar elegido por Karim, el c¨¦lebre Aga Kahn; casas blancas y tejados rojos; puertos deportivos de tarifas inalcanzables, uno de los m¨¢s lujosos complejos tur¨ªsticos del Mediterr¨¢neo.Azotadas por invasiones, disputadas por reyes, nobles y hasta papas, la historia de ambas tiene en com¨²n los cambios continuos, la dominaci¨®n de las tierras continentales. Como tienen en com¨²n las dos islas una posici¨®n. estrat¨¦gica indiscutible, una belleza a¨²n no comprada por los operadores de turismo.