Haroum Tazieff
Vulcan¨®logo y nuevo secretario de Estado franc¨¦s para prevenir riesgos naturales
A los 70 a?os de edad ha vuelto a nacer Haroum Tazieff como ministro, o m¨¢s precisamente secretario de Estado encargado de la prevenci¨®n de los riesgos naturales y tecnol¨®gicos mayores. La tarjeta de visita de este polaco que despu¨¦s fue belga, antes de incorporarse definitivamente a la ciudadan¨ªa francesa, no es la de todos los mortales de a pie: ingeniero agr¨®nomo, espele¨®logo, futbolista, boxeador ol¨ªmpico, rugbyman, incluso alcalde de un pueblo llamado Mirmande (s¨®lo para defenderlo contra la construcci¨®n de una central nuclear), aventurero, hombre del riesgo y, sobre todo, muy por encima de todo, vulcan¨®logo o, como lo apellid¨® Jean Cocteau, "pelota del fuego".
Un d¨ªa reciente a¨²n dijo que "mi amor es el Etna". Otro d¨ªa asegur¨®: "Quiero con todo mi amor al Erebus, un volc¨¢n sublime de 4.000 metros en el coraz¨®n del Ant¨¢rtico. Su forma es simple y perfecta, como la que les dan los ni?os a los volcanes cuando los dibujan. Este volc¨¢n es el furor de la pasi¨®n: es fuego y hielo a la vez. Pero con quien yo estoy casado es con el Etna. Es un volc¨¢n que habla y al que yo s¨¦ responder. En ocasiones lo abandono, pero siempre vuelvo".Ser¨ªa in¨²til decir ni una palabra m¨¢s de este hombre que vive de amores locos con los volcanes, y, naturalmente, pobre de aquel que no comprenda sus flechazos por el Kibu (la monta?a del Congo, que ¨¦l conoci¨® cuando era ingeniero de minas de esta?o por cuenta de los belgas), o por el Kituro, de ?frica, otro volc¨¢n del que se enamor¨® en 1948. Para Tazieff, el olor de la lava es como el de un perfume mujeriego con clase.
De todas maneras, ahora que Fran?ois Mitterrand, lo ha integrado en el Gobierno, el sabio, el poeta, el artista que se ha colado por entre las lavas y peligros volc¨¢nicos hasta el coraz¨®n del fuego para despu¨¦s escribirlo en libros y en pel¨ªculas apasionantes, y al al cance de todo el mundo, todos se interesan por las minucias de lo que ha sido su vida. Los hechos mayores ya todos los conoc¨ªan en Francia, porque la vulcanolog¨ªa de la que es uno de los dioses del mundo, lo ha hecho popular.
Nacido en Varsovia, Tazieff se revel¨® inmediatamente como un hombre amante de los peligros Por eso fue boxeador aficionado y como tal, realiz¨® una carrera brillante, que lo llev¨® hasta el umbral de los juegos ol¨ªmpicos, pero su madre no le dej¨® jug¨¢rsela.
En 1950 fue cuando la contemplaci¨®n de una erupci¨®n volc¨¢nica le descubri¨® la vocaci¨®n de su vida. Y ya no ha hecho pr¨¢cticamente otra cosa en su vida m¨¢s que amar los volcanes. Como experto en volcanes trabaj¨® para la Unesco. Ha escrito y recientemen te realiz¨® una serie de pel¨ªculas para la televisi¨®n. Es enemigo del todo nuclear. Durante la campa?a electoral presidencial de Mitterrand apoy¨® a este ¨²ltimo como hombre defensor del entorno, y en las ¨²ltimas elecciones europeas se hizo el propagandista de la lista radical-ecol¨®gica que encabezaban tres l¨ªderes centristas-mitterrandistas. Ahora, su puesto oficial, su amor por la vulcanolog¨ªa y por su vulgarizaci¨®n, (desprecia a los intelectuales que no se rebajan hasta las cotas de la explicaci¨®n comprensible para todos) espera que le permitir¨¢n organizar estrat¨¦gica y econ¨®micamente la prevenci¨®n contra toda clase de peligros naturales y tecnol¨®gicos, es decir, at¨®micos, sobre todo.
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