Las novelas de Marcial Lafuente Estefan¨ªa seguir¨¢n public¨¢ndose despues de la muerte de su creador
Marcial Lafuente Estefan¨ªa, el espa?ol que aliment¨® la fantas¨ªa de millones de lectores con m¨¢s de 2.600 novelas del Oeste norteamericano, fue enterrado ayer en el cementerio de la Almudena, en Madrid. Falleci¨® el pasado martes, en esta misma ciudad, a los 81 a?os, a causa de una pulmon¨ªa. La muerte de Marcial Lafuente Estefan¨ªa no detendr¨¢ la prol¨ªfica aparici¨®n de los libros de este autor, cuyos hijos ya ven¨ªan colaborando con ¨¦l y que seguir¨¢n escribiendo, con el nombre de su padre, las novelas que tanta popularidad le dieron a ¨¦ste. Un contrato con la editorial Bruguera, que publica semanalmente las obras de Marcial Lafuente Estefan¨ªa, garantiza esta continuidad que convierte el nombre del autor fallecido en un s¨ªmbolo de este tipo de trabajos literarios.Marcial Lafuente Estefan¨ªa se llamada en realidad Marcial Antonio Lafuente Estefan¨ªa, y como Antonio Estefan¨ªa se rese?¨® ayer su fallecimiento en las notas oficiales sobre muertos en Madrid. Naci¨® en Toledo, vivi¨® en Madrid, pero fue un enamorado de Arenas de san Pedro (?vila).
El prol¨ªfico escritor, que hab¨ªa sido internado en el Hospital Provincial hace unos d¨ªas, fue uno de los m¨¢s le¨ªdos de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Sus libros inundaron los quioscos y librer¨ªas no s¨®lo de Espa?a sino de Am¨¦rica Latina e incluso de Estados Unidos. La universidad del Estado de Tejas solicitaba peri¨®dicamente las novelas de Marcial Lafuente y las grababan para que pudieran ser escuchadas por los ciegos hispanohablantes.
Hijo de un periodista y escritor, Marcial Antonio Lafuente Estefan¨ªa escribi¨® su primera novela del Oeste en 1942, bajo el t¨ªtulo de La mascota de la pradera. "Empec¨¦ a escribir pr¨¢cticamente en un rollo de papel higi¨¦nico. No ten¨ªa cuartillas, no ten¨ªa pluma; entonces decid¨ª utilizar el l¨¢piz y el papel de retrete. Estaba en una sala quinta de uno de los hoteles en los que me recluy¨® el Gobierno", relat¨® en una de sus ¨²ltimas, entrevistas. Marcial Lafuente era muy reacio a las entrevistas y a hablar de su vida personal. Fue ingeniero industrial y ejerci¨® como tal en Espa?a., Am¨¦rica y ?frica. Estuvo encarcelado en varias ocasiones tras la guerra civil espa?ola, y luego march¨® al exilio.
Libros para el ambiente
Recorri¨® gran parte del territorio de Estados Unidos entre los a?os 1928 y 1931, lo que le sirvi¨® posteriormente para ambientar sus novelas del Oeste. Le interesaba mucho la verosimilitud en sus historias. Trataba de ce?irse a la verdad hist¨®rica, geogr¨¢fica y bot¨¢nica del Oeste norteamericano. Para ello sol¨ªa recurrir a tres libros en particular: una obra muy completa de historia de Estados Unidos, un atlas muy antiguo de este pa¨ªs, donde aparec¨ªan los pueblos de la ¨¦poca de, la conquista del Oeste, y una gu¨ªa telef¨®nica estadounidense en la que encontraba los nombres de sus personajes.Marcial Lafuente Estefan¨ªa no se parec¨ªa en nada a sus h¨¦roes. De baja estatura y fuerte complexi¨®n, fue creador de personajes que med¨ªan siempre un promedio de seis pies y seis pulgadas, vaqueros rubios y amantes del orden y la violencia. En sus relatos hab¨ªa siempre muchas muertes, alrededor de 200.000 en los cuarenta a?os de su carrera. Novelas que los adolescentes de hace un par de d¨¦cadas le¨ªan con fruici¨®n, y que muchos adultos le¨ªan tambi¨¦n sin admitirlo.
Sus hijos Francisco y Federico han colaborado desde hace unos a?os con su padre en la redacci¨®n de estas novelas, utilizando indistintamente el nombre de Marcial Lafuente, gracias a un contrato entre los tres. De esta forma seguir¨¢n apareciendo novelas de este autor semanalmente en los quioscos. Las novelas se reeditan continuamente, y durante a?os se han venido publicando en tiradas, de 30.000 ejemplares. Federico Lafuente, hijo del escritor, visiblemente conmovido, declar¨® que ellos seguir¨ªan trabajando tal como hab¨ªan estado haci¨¦ndolo hasta ahora. Hace m¨¢s de un a?o que Marcial Lafuente no escrib¨ªa y hace varios a?os que sus hijos prosegu¨ªan la labor literaria de su padre.
"Lo admirable en Marcial Lafuente Estefan¨ªa fue su descomunal capacidad de crear mundos imaginarios sobre realidades tan apartadas como las del Oeste norteamericano, aislado en su pueblo de Arenas de San Pedro (Avila)", dice el escritor Juan Cueto. "Era una especie de Salgari espa?ol que, como ¨¦l, era capaz de transportar al lector a un mundo de aventuras que le absorb¨ªan." El cr¨ªtico y profesor Ricardo Gull¨®n manifest¨® su pesar por el fallecimiento de Lafuente Estefan¨ªa. "Fue un autor de novelas populares porque quer¨ªa llegar a un p¨²blico determinado, y logr¨® hacerlo. Lo hizo con dignidad y con la intenci¨®n de mantener el g¨¦nero en un nivel que otros escritores similares no ten¨ªan", concluy¨®.
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