La ingenier¨ªa gen¨¦tica abre el camino para la creacion de devastadoras armas 'raciales'
Ingenieros gen¨¦ticos que trabajan para un Gobierno blanco racista producen una enfermedad que mata s¨®lo a los negros, mientras que otros, al servicio de un Gobierno negro, fabrican otra que genera una enfermedad a la que son inmunes los negros pero destruye a los blancos. Los bi¨®logos, por su parte, desarrollan una bacteria que ataca ¨²nicamente a determinados ¨®rganos humanos, como los ojos de los soldados enemigos. Por ¨²ltimo, desarrollan la t¨¦cnica de la duplicaci¨®n de c¨¦lulas -clonar- y comienzan a fabricar soldados temerarios y amorales.
Todos estos supuestos, que, suenan a ficci¨®n cient¨ªfica, comienzan a ser estudiados seriamente por los gobernantes occidentales. La revoluci¨®n de la ingenier¨ªa gen¨¦tica, que permite a los cient¨ªficos manipular la cadena hereditaria de los seres vivos, confiere a los experimentos biol¨®gicos un potencial aterrador.El clonaje humano es una posibilidad muy remota, seg¨²n el Instituto Internacional de Investigaci¨®n para la Paz (SIPRI), pero fabricar enfermedades mort¨ªferas o que ataquen un espec¨ªfico grupo ¨¦tnico o racial puede ser pronto posible.
En el informe del SIPRI de 1984, al analizar las armas biol¨®gicas, el instituto sueco se?ala que los negros son m¨¢s vulnerables a un determinado tipo de tuberculosis y a un virus que puede causar mononucleosis, una enfermedad de la sangre. Una variante de esas enfermedades, modificada con las t¨¦cnicas de la ingenier¨ªa gen¨¦tica, puede convertirse en un arma racial.
Convenio internacional
Una convenci¨®n internacional sobre armas biol¨®gicas y t¨®xicas proh¨ªbe la producci¨®n y el uso de este tipo de armas. Tanto la Uni¨®n Sovi¨¦tica como Estados Unidos y el Reino Unido han firmado el tratado, pero Washington ha acusado a Mosc¨² de violar el acuerdo y de aplicar la ingenier¨ªa gen¨¦tica con fines b¨¦licos, una acusaci¨®n que la URRS ha rechazado.El Gobierno norteamericano propuso el pasado mes de abril un nuevo tratado para prohibir el uso de todo tipo de armas qu¨ªmicas. La Uni¨®n Sovi¨¦tica se ha negado a considerar la propuesta norteamericana en los debates sobre desarme de la Conferencia de Ginebra.
El Pent¨¢gono, en su ¨²ltimo informe sobre el poder¨ªo militar sovi¨¦tico, informaba que Mosc¨² ha puesto en funcionamiento al menos siete centros de investigaci¨®n en armas biol¨®gicas. "Existe aparentemente un esfuerzo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica de transferir algunos avances en la investigaci¨®n de la ingenier¨ªa gen¨¦tica a sus centros de guerra biol¨®gica", afirmaba el informe del Pent¨¢gono.
Entre las posibilidades que ha abierto la ingenier¨ªa gen¨¦tica se encuentran nuevas enfermedades sin cura conocida, agregaba el informe norteamericano, que precisaba que la manipulaci¨®n gen¨¦tica puede convertir bacterias y virus que actualmente son demasiado inestables para su almacenamiento o para emplearlos en armas biol¨®gicas, en armas eficaces. El informe del Pent¨¢gono precisaba que en la doctrina estrat¨¦gica sovi¨¦tica las armas biol¨®gicas est¨¢n catalogadas como armas estrat¨¦gicas capaces de difundir enfermedades.
En este sentido, el Pent¨¢gono pidi¨® a todas las empresas que trabajan en el campo de la ingenier¨ªa gen¨¦tica que restringiesen la exportaci¨®n a pa¨ªses del Este de material que pudiera ser empleado en laboratorios bacteriol¨®gicos. La modificaci¨®n gen¨¦tica ha abierto un campo insospechado en la agricultura, la ganader¨ªa o en la fabricaci¨®n de vacunas para combatir la hepatitis, el herpes, o la malaria (v¨¦ase EL PAIS del 4 de agosto).
El Pent¨¢gono est¨¢ financiando diversos proyectos de investigaci¨®n de ingenier¨ªa gen¨¦tica, entre ellos un proyecto de clonaje de microorganismos. Los militares norteamericanos afirman que estas investigaciones tienen un objetivo estrictamente defensivo y se atienen al convenio de 1972, que permite investigar ant¨ªdotos para curar las enfermedades que producen varias armas qu¨ªmicas.
Sin embargo, un libro publicado recientemente por tres profesores brit¨¢nicos mantiene que EE UU y otros pa¨ªses investigan en este campo para producir organismos altamente pat¨®genos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.