D¨ªaz Miguel: "Tal vez no volvamos a vivir este hecho"

J. M. M. F., "Es un sue?o. Tal vez no volvamos a vivir un hecho as¨ª". Antonio D¨ªaz Miguel, seleccionador espa?ol de baloncesto, estaba ayer euf¨®rico tras derrotar a Yugoslavia (74-61) en la primera semifinal del torneo ol¨ªmpico de baloncesto y adjudicarse, por lo menos, la medalla de plata de los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles. Espa?a se enfrentar¨¢ a Estados Unidos en la madrugada del s¨¢bado (4.00 horas de la madrugada, TVE-1), que derrot¨® a Canad¨¢ (78-59) en la segunda semifinal. D¨ªaz Miguel, que asegur¨® estar recibiendo multitud de cartas desde Espa?a, "por el buen papel que estamos haciendo", coment¨® graciosamente que "todos aqu¨ª somos conscientes de que millones de espa?oles est¨¢n perdiendo horas de sue?o por nosotros. Suerte que estamos en agosto, porque, entre las horas que pierden viendo los partidos y los comentarios que hacen despu¨¦s, deben llegar a sus oficinas totalmente dormidos. Estoy seguro que esta medalla de plata y que su equipo dispute la gran final le har¨¢ olvidar, durante algunos d¨ªas, al se?or Boyer, a Hacienda".

Todos le preguntaban a qui¨¦n dedicaba el triunfo. ?l no sab¨ªa qu¨¦ decir, y, entre varias dedicatorias, escogi¨® ¨¦sta: "Esta victoria se la dedico especialmente a aquellos entrenadores modestos, de equipos de pueblo, de equipos infantiles, de colegios, porque ellos son quienes descubren los nuevos talentos que acaban en el equipo nacional". Minutos despu¨¦s, los jugadores pedir¨ªan a la agencia Efe que transmitiera un telegrama a todos sus abonados en el que, m¨¢s o menos, dijeran que "los jugadores, t¨¦cnicos y directivos de la selecci¨®n dedicamos la medalla de plata a los espa?oles que madrugan, trasnochan e incluso no duermen para poder ver nuestros partidos".Son momentos de gloria gana dos a pulso. "Es el triunfo de la experiencia", explicaba el seleccionador; "supimos adquirir ventaja y, lo que es m¨¢s importante, hemos sido serios en el momento de conservar esa diferencia. Al final demostramos al p¨²blico norte americano que un peque?o pa¨ªs de Europa, Espa?a, era capaz de practicar un buen baloncesto"

Ten¨ªa ganas de hablar. "Todo el mundo piensa que EE UU va a obtener una victoria muy f¨¢cil en la final de ma?ana. Nosotros pensamos todo lo contrario". Alguien le pide explicaciones en torno a su triunfo ante Yugoslavia, le preguntan por Romay. "Ha sido muy decisivo, porque ha intimidado a los rivales bajo el tablero, ha salido a tapar los tiros de fuera y ha cogido muchos rebotes. Desde el momento en que hemos dominado nuestro aro hemos jugado bien".

Y ahora, EE UU

Y ahora, Estados Unidos. "S¨ª, ahora Estados Unidos. No podemos mentir, no podemos enga?ar al aficionado: es el equipo m¨¢s grande del torneo, juega en casa y saldr¨¢ a ganar desde el primer segundo. Pero, bueno, hasta el final nunca se sabe. Tambi¨¦n nos daban como perdedores ante Yugoslavia, y miren, ganamos por 13 puntos. Esto del baloncesto se ha puesto muy dif¨ªcil. En otra ¨¦poca, esta medalla de plata nos hubiera significado la clasificaci¨®n directa para los siguientes Juegos. Pero no, a Se¨²l ir¨¢n dos equipos asi¨¢ticos, dos africanos y s¨®lo tres europeos. Tendremos que seguir luchando por una de esas plazas".

D¨ªaz Miguel comenta, mientras esboza una amplia sonrisa, que, "a partir de este momento, todo lo que venga ser¨¢ un regalo. Vamos a esperar, vamos a gozar un poco de esta plata y a preparar el partido ante EE UU lo m¨¢s inteligentemente posible". ?Usted cree que el equipo se relajar¨¢ despu¨¦s de haberse asegurado la plata? "Llevamos cuatro meses de concentraci¨®n", es la cabeza de Romay la que surge, de pronto, y contesta la pregunta, "cuatro meses de intenso trabajo, y, como m¨ªnimo, nos merecemos una noche de relajaci¨®n, ?no?".

Jugar con la cabeza

D¨ªaz Miguel se pas¨® el d¨ªa de ayer viendo v¨ªdeos de Estados Unidos. Primero vision¨® el ¨²ltimo Espa?a-EE UU (68- 101), luego el EE UU-Canad¨¢ y, a continuaci¨®n el encuentro EE UU-RFA. "Los alemanes practicaron una defensa 1-2-2, que result¨® sumamente inc¨®moda para los norteamericanos. Perdieron por 11 puntos, pero los alemanes poseen una media entre 2,05 y 2,07 metros de altura. Hay que reflexionar mucho, mucho". Y, a continuaci¨®n, no puede m¨¢s y lo cuenta: "Veamos. Primero, tenemos que controlar los rebotes. Lo malo es que ellos, adem¨¢s de ser altos, saltan much¨ªsimo. Segundo, no debemos jugar demasiado r¨¢pido. Cuantas m¨¢s veces tiremos al aro, m¨¢s ocasiones les damos de coger rebotes. Tercero, los bases no deben driblar ni botar el bal¨®n. La defensa que practica Bobby Knight se basa en presionar al hombre que lleva el bal¨®n, para que no pueda volver a botar el bal¨®n". Esos son sus secretos a voces.

Se guarda una carta. "Si, estoy pensando en hablar con Bobby. No tenemos a Michael Jordan -jugador norteamericano que ante Espa?a consigui¨® 24 puntos-, pero tampoco lo necesito. Necesito reboteadores. S¨ª, voy a hablar con Bobby por si me presta lo que me falta. Le voy a pedir a Ewing y Tisdale, ?a ver qu¨¦ dice!".

As¨ª opina la Prensa

El p¨²blico norteamericano hubiera preferido que su selecci¨®n jugar¨¢ la final contra Yugoslavia, incluso les parece una arrogancia volverse a encontrar a los espa?oles: para algo los derrotaron. Los ?ngeles Times se atrevi¨® a anunciar, en la casilla perteneciente al partido por el bronce del programa. ol¨ªmpico, el Espa?a-Canad¨¢ (9 de ajosto, 19.00 horas, Forum de Los Angeles). El Herald Examiner, en una columna titulada "?Misi¨®n imposible?, no comprende", atribuye. a los espa?oles un 15% de posibilidads, asegurando que "de una serie de 10 partidos, Espa?a ser¨ªa capaz, como m¨¢ximo, de vencer en uno o dos de ellos". Pero, curiosamente, a continuaci¨®n asegura que "a lo mejor, eso sucede ma?ana".

La opini¨®n general est¨¢ m¨¢s cerca de la de Jack Donohue, seleccionador canadiense, para quien "s¨®lo un ataque terrorista, la locura total de los ¨¢rbitros o que el partido se decidiera tirando una moneda al aire, propiciar¨ªa una victoria espa?ola". El p¨²blico estadounidense se ha acostumbrado ya a no preocuparse de los adversarios, sobre los que su selecci¨®n pasa como una apisonadora. Hay tal delirio patri¨®tico, que los adversarios han dejado de contar.