Una pesadilla

Fin de la gran aventura. Tercera y ¨²ltima parte del ambicioso filme de Antoni Ribas. Lo dicho para los dos fragmentos precedentes es v¨¢lido para Vict¨°ria 3, tanto en lo que a consideraciones generales se refiere -desde la inconveniencia del proyecto hasta el caos guion¨ªstico-, como en el an¨¢lisis de cuestiones concretas -desigualdad de tono en las interpretaciones, planificaci¨®n incapaz de construir espacios cre¨ªbles, etc¨¦tera- No hay nada nuevo, que a?adir, como no sea constatar que en esta tercera parte hay una menor dispersi¨®n dram¨¢tica a base de acentuar el tono discursivo de los di¨¢logos.Jaume Canals, el anarquista que protagoniza Vict¨°ria, es, como el director del filme, un so?ador. De vez en cuando pasan por la cabeza del h¨¦roe rutilantes triunfos anarquistas, pantagru¨¦licos banquetes de parias de la tierra, venganzas de descamisados. Siempre son espejismos, deseos que no se cumplen, idealizaciones de sus fracasos.

De la misma manera que Barcelona "se pretend¨ªa un peque?o Par¨ªs y es un Sabadell ampliado, engrandecido", Vict¨°ria se quer¨ªa un Novecento catal¨¢n -el modelo ya es discutible de por s¨ª- y gran aventura de un pueblo", pero ha acabado por ser una versi¨®n anarquista de los pastorets y la peque?a aventura econ¨®mico-cultural de un pu?ado de visionarios. La gran pel¨ªcula, la ¨¦pica nacionalista, el impacto internacional, son sue?os tan ut¨®picos como la revoluci¨®n de Jaume Canals.