Chistes sobre Mor¨¢n

Almuerzo en casa de unos amigos en un pueblo de la sierra. Hay una monjita a la mesa. La monjita no sabe c¨®mo pienso ni c¨®mo dejo de perisar. Quiz¨¢ para saberlo, antes de que hayamos llegado al segundo plato la monjita dice que le han contado un chiste de Mor¨¢n. Lo va a contar. Me niego a o¨ªrlo. Por un impulso de amistad, pero, sobre todo, por un impulso de justicia.Conozco a Fernando Mor¨¢n desde hace muchos a?os. Por lo menos desde que en 1956 anduvimos los dos en la creaci¨®n de Acci¨®n Democr¨¢tica. Aprecio mucho a Fernando Mor¨¢n precisamente porque le conozco. S¨¦ que es un hombre inteligente, ¨ªntegro, de principios. ?Por qu¨¦ le han escogido a ¨¦l? ?Por qu¨¦ le aplican esos chistes a ¨¦l? ?Precisamente porque es un hombre inteligente, ¨ªntegro y de principios? Pero, sin duda, hay otros como ¨¦l y con responsabilidades de gobierno ahora. Sus compa?eros en esas responsabilidades deben de saber muy bien que, encima del cuello con pajarita al que hace poco se refer¨ªa un editorial de EL PA?S, hay una cabeza cuyos planteamientos han rendido frutos, como la nueva actitud de Francia en problemas como la entrada en el Mercado Com¨²n y, la lucha contra el terrorismo.

V¨¢zquez Montalb¨¢n, que sin duda ha sentido los mismos impulsos de amistad y justicia que yo siento y ha salido ya m¨¢s de tina vez en defensa de Fernando Mor¨¢n, dice que el buen escritor que es nuestro actual ministro de Asuntos Exteriores se vengar¨¢ alg¨²n d¨ªa. Yo no digo que no, pero, pens¨¢ndolo bien, ?de qu¨¦ se ha de vengar? Es cosa de la lucha en la pol¨ªtica. Peor ser¨ªa que sus enemigos pensasen que no necesitaban descabalgarle y no ladrasen.-